Este artículo fue la Comunicación que presenté al XIV Encuentro de Historiadores del Valle del Henares, celebrado del 27 al 30 de noviembre de 2014, y que fue publicada en el Libro de Actas del mismo (ISBN 978-84-88293-05-3)
Cuando
Francisco Cantera Burgos y Carlos Carrete Parrondo sacaron a la luz la relación
de bienes de los y las judías de Hita expulsados en 1492[1], se centraron en el
aspecto más socio-económico del llamado Inventario
Osuna[2], es decir, “de sus moradores y de la condición social de
los mismos, de su capacidad económica y su propiedad urbana y rural, de sus
actividades agrícolas, sus instituciones religiosas y educativas y hasta, en
cierto modo, del ambiente campesino en que se movían aquellos judíos de Hita”[3].
Dentro
de este interés, Cantera y Carrete percibieron lo relevante de un dato que
aportaba dicha relación aunque sin profundizar en él: “Es de verdadero interés el que se consigne la existencia (totalmente
ignorada hasta ahora) de dos sinagogas en Hita: la llamada simplemente sinoga y
la sinoga mayor”[4]
Autores
posteriores, fundamentalmente Manuel Criado del Val[5] y Basilio Pavón Maldonado[6], se hicieron eco de la
existencia de la desconocida sinagoga mayor de Hita, pero de forma un tanto
confusa y contradictoria, ya que divergieron sustancialmente sobre su
emplazamiento.
Así,
Criado del Val aventura un emplazamiento lógico, al considerar como mayor la única sinagoga conocida: “No faltaban en Hita dos sinagogas (la Mayor situada en las
inmediaciones de la Plaza )…”.
Por su parte, Pavón no cree que la ya conocida sinagoga de la plaza fuese la mayor,
y la busca en otra parte: “una sinagoga
situada en la parte superior de la villa”
Al
estudiar a ambos autores llegamos a la conclusión que realizan una hipótesis
sobre su emplazamiento sin más base que la intuición. Por ello se hacía necesaria
una relectura de las fuentes utilizadas por Cantera y Carrete.
Tras
revisar la relación contenida en “La Judería de Hita” descubrimos que la referencia
sobre la sinagoga mayor de Hita se recoge exclusivamente en la relación de
bienes de Don Huda de Çuruelas, y es la siguiente:
36.º DON HUDA DE ÇURUELAS: viña de
fasta IIUCCC vides (Valdiel, que se llama El Presal?).- viña de fasta IULCCC
vides (el Portillo de la
Afrecha ).- viña (Valde Golvan) de fasta dos mill vides,
pegado a Bernaldo de las Moças.- otro majuelo (la Afreda ) de CCC vides.- faça
(Peñalgallo) que cabe dos fs. De senbradura.- oliuar con su faça, que puede
coger cinco fs.-medya bodega e la metad de las viñas (Çuruelas).-casas e
arrenal pehado a las casas (Heras de Arriba).- doza fs. de tierra de senbradura
e guerto e quatro pedaços de viñas (Valdearenas).- casas (cabo la SYNOGA MAYOR ).-çinco
cubas.-tina de XXXV cargas.-tenaja que podran caber dozientos e cincuenta
c.-tinilla de diez cargas.- en Çuruelas dos tinillas pequeñas e tina grande.-en
Çcuruelas tres cubas.-quatro tenajas, que podian caber todas CC c.-en casa de
Diego de Hita vna tenaja de L c. en casa de Jaco de Çuruelas, su hermano, dexo
dos tenajas que cabian cinco c.[7]
Como
observamos, tal y como se publicó, la referencia de las casas “cabo la SYNOGA MAYOR ” en
la transcripción del documento queda sin ubicarse en ninguna localidad
concreta. Y sólo por la interpretación de Cantera y Carrete reseñada
anteriormente (“Es de verdadero interés…”),
se localiza en Hita.
Pero
si revisamos el texto original, la copia manuscrita del Inventario Osuna, la
interpretación es muy diferente:
En Valdares[8]
doze fanegas de tierra de sembradura
e guerto e 4 pedaços de viñas_
unas casas cabo la Synoga Mayor _
En la bodega de Curuelas
Çinco cubas tyna de XXXV cargas_
Es
decir, las casas junto a la sinagoga mayor aparecen en una relación secuencial
de bienes situados fuera de Hita, e incluidas en la descripción de los bienes
de Huda de Çuruelas en la entonces aldea de Valdearenas, por lo que, en nuestra
opinión, deducir que dichas casas se encontraban en Hita (y por lo tanto dicha
sinagoga mayor) carece de todo fundamento.
Aún
así, podría alegarse que las casas a las que se hace referencia son las que se
recogen en la relación de bienes de Huda de los Puntos y que Cantera y Carrete
transcribían así:
28.º HUDA DE LOS PUNTOS: casas en
Hita que se dize el Corral de los Cabrones, adls.: casas de DON YUÇAF ALAZAR EL
VIEJO e casas de DON HUDA DE ÇURUELAS e las calles publicadas; tiene dos
puertas.-[9]
Pero
parece extraño que dada la relevancia de una sinagoga mayor, no se haga
referencia clara a ella en ninguna descripción de bienes certeramente ubicados
en la villa alcarreña, y en la descripción de las casas de Huda de los Puntos
en Hita se omita este dato y se prefiera ubicar en referencia (aledañas) a
otros propietarios judíos. Por lo tanto, debemos aceptar que las casas de Don
Huda de Çuruelas en Hita, aledañas a las de Huda de los Puntos, no son las
mismas que las descritas en el punto 36 de Cantera y Carrete, y que la sinagoga
mayor a la que se alude en el Inventario
no se encuentra en Hita, sino en Valdearenas.
Pero
ello nos plantea dos cuestiones principales. Una sería si Valdearenas tenía en
el siglo XV suficiente población judía para mantener al menos dos sinagogas,
tal y como sugiere la existencia de una intitulada “mayor”; y otra su posible
ubicación.
VALDEARENAS
JUDÍA
Sobre
la primera, nuestra hipótesis es que la de Valdearenas sería la sinagoga mayor no de la localidad sino
de toda la Tierra
de Hita. Pero tanto si existían dos sinagogas en Valdearenas como si se trataba
de la sinagoga mayor de la
Tierra de Hita, debemos aceptar que el dato del Inventario de Osuna nos obliga a
revaluar la importancia de Valdearenas (hasta ahora tenida como una simple
aldea del Alfoz de Hita) dentro de las aljamas judías medievales españolas, a
pesar de que Cantera y Carrete consideraron que ésta localidad sólo tenía un
modesto asentamiento de judíos[10].
Creemos
que esta visión responde, sobre todo, a que Valdearenas no aparece en los
distintos Padrones realizados por la corona a efectos fiscales. Pero no hay que
olvidar que “Los judíos habitantes de
poblaciones pequeñas se agregaban a una de las grandes aljamas en cuanto al
pago de los impuestos así como otros asuntos comunes” incluso algunas “que por su antigüedad e importancia
merecería a primera vista una total autonomía” [11]
En
este sentido creemos posible que hasta finales del siglo XIII, principios del
siglo XIV, la actual localidad de Valdearenas sólo estuviera habitada por
judíos[12]. Somos conscientes de lo
rupturista de esta hipótesis, ya que aunque Yitzhak Baer señaló que “A veces se mencionan colonias judías
aisladas, sin dependencia de ningún señorío, castillo o iglesia, y sin conexión
con ningún municipio cristiano”[13], otros autores niegan
dicha posibilidad, como Ricardo Izquierdo Benito cuando afirma que “No se conocen casos de comunidades judías
que hubiesen vivido completamente aisladas, formando un único e individualizado
núcleo de población”[14].
Algunos
datos que hemos localizado apuntan en este sentido, pero requieren un estudio
más pormenorizado con una relectura de las fuentes, una investigación en
profundidad del archivo diocesano de Toledo en lo relacionado con Valdearenas y
tal vez nuevos trabajos de campo.
Para
la segunda cuestión, proponemos una técnica deductiva: describamos las
condiciones necesarias para considerar a una sinagoga como mayor y busquemos la
mejor ubicación en la trama urbana de Valdearenas.
LOCALIZANDO
LA SINAGOGA MAYOR
DE VALDEARENAS
Como
nos advierte Izquierdo Benito “podían
existir varias sinagogas dispersas por la judería, aunque una de ellas, la
considerada como más importante, tenía la categoría de sinagoga mayor,
normalmente ubicada en la parte central –a poder ser en alto- y siendo casi
siempre un edificio externo y de sólida construcción”[15]. Extremo que nos confirma
Jesús Peláez del Rosal al escribir que los fieles judíos elegían “para construir sus sinagogas el lugar más
alto de la ciudad (Tos Meg 4,22-23), procurando, de no ser así, que el edificio
superase en altura a los edificios circundantes”[16].
“En las grandes ciudades”
afirma Jaume Riera Sans “la sinagoga
Mayor se ubica en el centro de la judería, con al menos tres paredes dando al
exterior, e incluso con plazuela al frente”[17] al
punto que “La Sinagoga Mayor es un edificio recio, noble, sólido y muy
patente”.
Por razones legales, dirá Izquierdo, “la mayoría de las sinagogas de Sefarad fueron edificios pequeños, de planta rectangular o cuadrada, con una fachada muy modesta” pero que por el contrario “en su interior podían desarrollarse ricas decoraciones”[18], construidas “conforme al estilo arquitectónico imperante en el momento”[19].
Miguel
Ángel Espinosa Villegas afirma además que en la Castilla medieval, la
tradicional puerta occidental “sería más
usual desplazarla al muro sur en los de planta de una o dos naves, sin importar
mucho las dimensiones mayores o menores de tal planta”[20].
Por último, como afirma Peláez del Rosal “Tras la expulsión de los judíos, la
mayoría de estas sinagogas medievales, en su mayoría edificios de modestas
proporciones, pasaron a pertenecer al tesoro real y los Reyes Católicos las
fueron donando, convirtiéndose gran parte de ellas en iglesias”.
Siguiendo
a Riera, Izquierdo, Espinosa y Peláez, para localizar una sinagoga mayor en
Valdearenas debemos buscar un edificio, o restos de él, que fuera exento, es
decir no rodeado de otros edificios, en el centro y en lo más alto de la
localidad, de una o dos naves con orientación este-oeste, con una apariencia
exterior sencilla pero sólida y recia, en el estilo de la comarca, con un
interior lujoso, cuyo acceso estuviera situado en la parte sur y que tras su
incautación pudiera haber sido cedida a la Iglesia. Estos
datos apuntan directamente a la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de Valdearenas,
tal y como ha sugerido Massimo Bachi[21].
La
antigua iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de Valdearenas
(actualmente apenas se conservan en pie algunos muros del ábside y el transepto)
era un edificio románico-mudéjar del siglo XIII, parcialmente reformado en el
siglo XV, con ábside y transepto de estilo columnario de iglesia de salón de
los siglos XVI-XVII[22].
Estaba
situada en lo alto de una colina. Exento, el edifico tenía la disposición
tradicional de los templos cristianos, con los pies de la nave orientado al
poniente, donde se encontraba la torre campanario; y el ábside, donde se
situaba el altar mayor y por lo tanto el sagrario, en el levante. Al sur de la
iglesia estaba el antiguo cementerio de la localidad, aún pendiente de una
restauración que devuelva el decoro al lugar.
En
los años ochenta del pasado siglo, el Inventario
Artístico de Guadalajara describía el edificio de la forma siguiente: “Iglesia parroquial. Siglo XVI, tipo
columnario. En ruinas”. Asimismo informaba del estado de las mismas: “Muros de sillería con contrafuertes.
Cabecera ochavada. Nota: Hace unos veinte años quitaron artesonado, rebajaron
la altura de los muros y destruyeron parte de la iglesia. Únicamente restan los
muros del crucero. Entre los restos del material, pila bautismal de gallones.
Lápidas rotas por el suelo. Una del señor Lucas Arias”[23].
Ninguno
de los autores consultados hacen referencia a sus dimensiones, pero siguiendo
los planos del proyecto de construcción de una nueva iglesia en 1966 sobre los
restos de la anterior[24], las medidas máximas
del templo serían, desde los pies de las naves a la cabecera de 30 metros de longitud y 18 metros de anchura en
las naves y 20 en el transepto. Tenía la nave central una altura máxima de
alrededor de 14 metros ,
y de 20 metros
el crucero y la capilla mayor. Su planta, en cuanto al ábside y el transepto se
refiere, correspondiente al proyecto de Bocerraiz del siglo XVI-XVII, debería
ser muy similar a la de la iglesia parroquial de Abarcón[25].
A
pesar de no contar con planos de la iglesia antes de su destrucción en los años
60, gracias a las fotografías que se conservan del exterior del edificio antes
de su demolición[26]
(en muchas de ellas la iglesia es un elemento más del paisaje), podemos
observar varias circunstancias interesantes.
Por
un lado, comprobamos que existe una coherencia arquitectónica de la nave de la
epístola y la nave central mientras la nave del evangelio parece un añadido
posterior. Nos referimos concretamente a las cubiertas a dos aguas del
edificio, ya que mientras el tejado sur va desde el caballete de la nave
central hasta el muro sur de la nave de la epístola, la nave del evangelio
dispone de su propio tejado. Por otro, la cubierta de la nave de la epístola
termina justo en la torre campanario, la de la nave del evangelio se prolonga
hasta el final de aquella.
También
destaca que el muro del siglo XII-XIII arranca con un aparejo de mampuesto con
hiladas de ladrillos y esquina de ladrillos, pero sólo hasta una altura
aproximada de cinco metros. A partir de ahí hasta el alero del tejado, el muro
continúa con aparejo de ladrillos (parece que a tizón) con esquina de
sillarejos. Asimismo se observa un pequeño anexo adosado al este del muro sur,
con igual aparejo de mampuesto y ladrillo hasta los cinco metros
aproximadamente, cubierto por el mismo tejado que el resto de la nave[27].
Del
sobrado existente en el muro sur con cuatro columnas (descrito por García López
y del que hablaremos más adelante), en la única fotografía conservada del tempo
desde su fachada sur, sólo observamos una fracción del tejaroz sobre dos
columnas, pero a su izquierda se ven en el muro tres huecos de otra sección,
debiendo haber existido otra sección más a la derecha[28].
De las fotografías
conservadas, extraña la ausencia casi de ventanas del edificio medieval, ya que
tan sólo se observan dos ventanucos en la fachada sur, uno encima del tejaroz y
otra sobre la construcción anexa, que más bien parecen oquedades abiertas con
posterioridad, y se intuye una ventana tapiada a la altura en la que el muro de
mampuesto da paso al muro de aparejo de ladrillos.
En
relación a las fuentes documentales, contamos con tres escritos de
extraordinario valor, dos de ellos correspondiente al historiador Juan Catalina
García López[29]
y un tercero correspondiente a Francisco Layna Serrano[30].
La
zona más antigua, anterior al proyecto de Bocerraiz del siglo XVI-XVII, que
correspondía a las naves (destacando el muro sur, la portada y el artesonado)
fue descrita así por García López[31]:
Consta
aquel edificio de tres naves que dividen su interior, y en el conjunto de sus
construcciones se advierten al punto varias épocas. Porque mientras la fachada
del Norte, con su arco de archivolta y los sencillos canes de la cornisa,
pertenecen al siglo XV, el muro del Mediodía, de mampuesto é hiladas
horizontales de ladrillo, parece corresponder al XII ó principios del XIII. En
aquella parte se abre una puerta de arco de medio punto, con tres archivoltas
planas y una imposta labrada en escocia, que hace veces de capitel corrido,
sobre las jambas; esta portadilla está encerrada en un cuerpo cuadrado á manera
de arrabá, con sus pilastrillas prismáticas, todo de ladrillo, lo que con una
imposta horizontal dentada, también de ladrillo, que corre encima, da un
notorio carácter mudéjar á la construcción, aunque el arco sea de medio punto.
Por falta de
dinero ó por otras causas no conocidas, se desmedró esta construcción, algo
excelsa en el resto de la iglesia, cuyas tres naves son de mucha menos altura
que lo demás, y aun la de la derecha está estropeada por una capillita.
Es
interesante la techumbre de la nave central, de madera, en forma de artesa, con
las ensambladuras, atirantados, haldas, labores geométricas algo profusas y
demás condiciones propias de los artesonados de gusto mudéjar.
En
otra de sus obras[32],
García López describe esta parte de la iglesia de la forma siguiente:
Pilares cilíndricos separan las
naves y la de la derecha está en parte cerrada por un pórtico y lonja que
corresponde al mediodía. La central es de techumbre de artesonado con tirantes
horizontales en su base, y la traza y líneas son mudéjares, de bastante
profusión de pormenores y buena conservación.
He dicho antes que se conserva
algún vestigio de la iglesia primitiva. En efecto allí está aun el pórtico del
mediodía con arco de medio punto y tres archivoltas planas, todo de ladrillo
como el recuadro arrabá en que se encierra, que tiene pilastrillas laterales y
encima unas impostas de ladrillos salientes. A derecha e izquierda de esta
portadilla de aparejo mudéjar, pero de líneas románicas, hay grandes témpanos
del muro, de cal y canto, con hiladas horizontales de ladrillo. Delante
pusieron en el siglo XV un sobrado, que soportan cuatro columnistas de
capiteles prismáticos apomatados.
Por
su parte, Layna Serrano[33], en los años treinta,
describió así la fachada sur del templo:
Aún la iglesia de Valdearenas es de
mampostería con hiladas de aquel material y el muro de mediodía todavía conserva
recuerdos del periodo románico en sus estertores. Allí se abre la pétrea
archivolta del ingreso, constituida por tres arcos lisos, en degradación, sobre
ancha imposta corrida que simula capiteles de inexistentes columnas, pues las
jambas son apilastradas; otra pilastra a cada lado remonta la puerta para
formar un arrabá gracias a horizontal cornisa dispuesta en dentellones, pero
ese recuadro es de ladrillo, como si quisiera advertir que desde ese pueblo en
adelante, la arquitectura mudéjar predomina en la campiña henarense.
A
partir de las fotografías conservadas, las descripciones de García López y
Layna antes reseñadas y de la planta del proyecto de nueva iglesia de 1966,
hemos elaborado el siguiente plano del edificio, que refleja de forma
aproximada su planta en los años sesenta, momento de su destrucción[34]:
Como
se puede observar, la nave de la epístola es extremadamente estrecha, no más de
dos metros, mientras la nave central debió tener una anchura de entre cinco y
seis metros, siendo la del evangelio de alrededor de cuatro metros y medio.
Toda
la información analizada (fotografías, descripciones y plano de la planta)
señala algunas características que alejaban a la parroquial de Valdearenas del
patrón de iglesias rurales románico-mudéjar de la actual provincia de
Guadalajara.
La
primera cuestión gira en torno a la planta y el alzado. Según Layna, a
excepción de las iglesias de villas importantes y monacales, “todas las románicas de Guadalajara son de
una sola nave”[35], pero la de
Valdearenas, ubicada en una aldea, nos revela una planta completamente
diferente. No sólo los distintos autores describen que tenía tres, sino que
además, según nos informa García López, la nave de la derecha “está en parte cerrada por un pórtico y lonja
que corresponde al mediodía”.
Creemos
que hasta la fecha no se le ha dado la suficiente importancia a esta
observación de García López, ya que incluso este autor, aún percibiendo lo
extraño de dicha disposición, intenta contextualizarla dentro de los parámetros
arquitectónicos previsibles.
Al
describirla como una lonja, (que se
confirma con la extrema estrechez de la misma) creemos que García López quería
señalar que se trataba de un espacio propio cerrado, diferenciado de la nave
mayor. Al señalar que el paso de la lonja a la nave central se realiza por un
pórtico, refuerza la idea de este espacio como nártex.
Pero
en las iglesias románicas rurales de la provincia de Guadalajara sólo se
describen exonártex porticados[36], típicos del románico
castellano[37],
en zonas serranas, muy extrañamente en valles. Y tanto por la descripción de
García López como por la fotografía que se conserva de la fachada meridional de
la iglesia, incluida en esta comunicación, podemos concluir que no se trataba
de una de estas galerías que estuviese parcialmente cerrada o tapiada con
posterioridad. Además, la existencia del sobrado descrito por éste autor, sería
una solución para albergar las reuniones del concejo[38] ante la ausencia en
el edificio de una galería porticada.
También
llama la atención la capilla, que según García López estropeaba la nave de la
derecha, espacio del que hemos hablado al describir la vista sur de la iglesia.
Porque a pesar de la expresión de este autor que vio dicha capilla como una
estructura incoherente, es evidente que no se trata de un añadido posterior
sino parte del proyecto original del edificio románico-mudéjar. Ello nos lleva
a la conclusión de que se trataba de un espacio, de aproximadamente 15 metros cuadrados ,
que originalmente tuvo otro uso y que sólo después fue reutilizado como
capilla.
En
relación a las diferencias de la nave del evangelio del resto de las naves, la conclusión
a la que llegamos es similar a la alcanzada por Layna para explicar la nave
norte de la antigua parroquial de San Bartolomé de Atienza: la necesidad de
ampliar la iglesia ante el aumento de la grey de la localidad [39].
Y
por último, las diferencias de aparejo del muro sur señalan a nuestro entender
que la reforma del cuatrocientos incluyó el recrecimiento de los muros del
edificio para darle mayor altura a las naves.
Por
todo ello podemos concluir que la planta original del edificio románico-mudéjar
constaba de dos crujías, un tercio más bajas de lo que García López y Layna
analizaron en el siglo XX. La situada al mediodía, más estrecha, correspondía a
una logia, la cual disponía a su derecha una sala. De la logia se accedía a la
crujía situada al norte, más amplia, a través de un pórtico.
En
cuanto al estilo, Layna también afirma que “Respecto
a motivos ornamentales, las iglesias románicas de Guadalajara son pobres en
general” pero “En cuanto a canecillos
esculturados, no faltan buenos ejemplares, hasta en templos alzados ya en pleno
siglo XIII”[40]
lo cual llama la atención si recordamos que García López describía canes de la cornisa pero en el muro norte de la nave del
evangelio, perteneciente al siglo XV. Parece que la intención de los promotores
y constructores del muro sur, así como del muro norte de la nave central, era
suprimir cualquier recurso iconográfico, incluso en su portada.
“Esta influencia mudéjar, no ya radica en la
universalidad de las techumbres de madera que muchos autores atribuyen a ese
origen, sino en multitud de detalles ornamentales” y describe algunos de
los elementos observados en las iglesias románicas con influencias mudéjar:
contramarcas de cantería con el clásico ochavo o estrella de seis puntas (sello
de Salomón) que también se observa en óculos y celosías de piedra calada;
entrelazados de típico sabor mudéjar en arquivoltas; atauriques a modo de
metopas entre cada dos canecillos bajo el alero; y las impostas con hojas y
flores estilizadas de tendencia geométrica, característicos de los frisos y
cornisas y capiteles del arte musulmán. Pero no describe ninguno de esos
elementos en la portada sur, ni ninguna de ladrillo con arrabá en
construcciones románicas de la provincia, excepto la de Valdearenas.
Pero
sorprendentemente, en relación a esta influencia mudéjar en las iglesias
románicas de la provincia de Guadalajara, señala que “es de advertir que se refiere sólo a las del norte de Guadalajara,
incluyendo Sigüenza, faltando casi en absoluto en todas las de la región
central, así como en el sur no obstante persistir en estas tierras numerosas
familias de musulmanes sometidos”[41].
Según este autor, la “aparente
paradoja que puede explicarse, porque ya al ser construidas las iglesias, la
población cristiana se había capacitado progresivamente para las obras finas de
cantería”.
Es
decir, de aceptar las descripciones realizadas in situ, el programa constructivo típico de las iglesias medievales
de la provincia de Guadalajara no fue aplicado a la parroquial de Valdearenas,
ya que en vez de la única nave típica del románico rural de la provincia, se
levantaron dos crujías, siendo la meridional una lonja; y se construyó la portada
en ladrillo, decidiendo sus promotores no incluir ningún programa iconográfico,
pero sí elementos mudéjares únicos a pesar de que los promotores del resto de
iglesias de la zona rechazaron dicha opción.
Todo
ello refuerza la teoría de que, en origen, la iglesia parroquial de Valdearenas
sería la sinagoga mayor de la que habla el Inventario
Osuna, para lo cual proponemos la siguiente hipótesis de su fundación y
evolución hasta su conversión en templo cristiano.
CREACIÓN
Y EVOLUCIÓN DE LA
SINAGOGA MAYOR DE VALDEARENAS
En
el siglo XI, tras la conquista del valle del Badiel por parte de las tropas
castellanas de Alfonso VI, la pudiente aljama judía de Hita consigue
autorización para construir una sinagoga rica y lujosa, pero no en la propia
villa, sino en una aldea cercana, Valdearenas, completamente habitada por
judíos. Libre por tanto de algunas de las limitaciones legales de la época, se
pudo aplicar sin demasiadas restricciones el programa constructivo ideal de una
sinagoga: en el centro de la localidad que además era lo más alto del cerrillo[42].
Se
levantó un edificio exento de dos crujías con orientación oeste-este, de unos
cinco metros de altura, cerradas con muros modestos de sólida mampostería con
hileras de ladrillos, cubierta con un tejado a dos aguas, situando su acceso en
la fachada sur. Para esta portada se utilizó el ladrillo dentro de la tradición
mudéjar pero al modo románico que habían traído los conquistadores cristianos,
sin representaciones de personas ni animales, reales o fantásticos, y sin resistirse a incluir un arrabá en su
composición dentro de la tradición mudéjar.
La
portada daba paso a la primera crujía, a modo de zaguán, situándose a la
derecha una sala, que correspondía a la galería de las mujeres[43].
En
el muro norte que cerraba esa crujía, se abriría un pórtico que daba acceso a
la segunda crujía, más ancha que la anterior, que sería la sala de oraciones,
cubierta con un rico artesonado, decorándose sus muros con lujosas yeserías[44]. En el muro de levante,
mirando a Jerusalén se colocó el hejal,
bajo una ventana por las que los orantes podían ver el cielo.
Y
en la fachada sur se construiría el patio tradicional que precede a la puerta
de las sinagogas de la época[45].
Tal
es su magnificencia que los judíos de la Tierra de Hita pasarán a denominarla sinagoga
mayor.
En
algún momento de finales del siglo XIII, principios del siglo XIV, (tal vez
durante los últimos años del reinado de Alfonso X especialmente duros para las
aljamas castellanas[46], pero en todo caso
mucho antes de los pogromos de 1391 desencadenados por las prédicas del
Arcediano de Écija[47]), disminuyó la
población judía de Valdearenas (posiblemente por conversiones así como por
traslados de familias judías a otras localidades como Hita o Guadalajara,
buscando una mayor protección) y simultáneamente apareció una nueva población
cristina, lo que llevó a la necesidad de crear un templo para este inédito
grupo religioso, sentenciándose el destino de la sinagoga, al decidir las
autoridades de la época su conversión en iglesia de los cristianos nuevos y
forasteros instalados en la localidad.
Para
adecuarla al rito cristiano, se fueron realizando diferentes reformas en los
siglos siguientes.
Así,
la primera modificación apenas transformó el edificio sinagogal, limitándose a
eliminar las yeserías con atauriques y textos judaicos e instalándose el altar
en el hueco dejado por el hejal Se
construyó una espadaña, así como se transformó el patio de acceso en el nuevo
cementerio cristiano, que con el trascurso de los años se irá ampliando con
cercanas casas abandonadas.
Posteriormente,
ya en el siglo XV, se hizo necesario ampliar el templo parroquial por el
aumento de la población cristiana. Por ello se decidió recrecer los muros y
convertirla en una iglesia con tres naves, despejándose la crujía sur de las
dependencias existentes para convertirla en la nave de la epístola (pero
manteniéndose parcialmente el paramento y el pórtico que daba a la nave
central). Se construyó, como dos siglos antes en la parroquia de San Bartolomé
de Atienza, una nueva nave en el lado del evangelio, sustituyéndose el muro que
la separaba de la nave central por pilares cilíndricos y cubriéndose con un
tejado más bajo que el de la sala de oraciones. Asimismo se abrió un nuevo
acceso en la fachada norte mediante una sencilla portada con un arco de
archivolta, para permitir una entrada más fácil a los vecinos, decorándose el
alero con canecillos. Y al recrecerse la altura de la antigua sala de oraciones
hubo de reformarse el artesonado que lo cubría desde tiempos judíos, tarea de
la que se encargó Bartolomé Cherino[48].
Por
último, se habilitó la antigua galería de las mujeres como capilla de la
familia Garzón, se eliminó la espadaña, construyéndose la torre campanario a
los pies de las naves y se levantó un tejaroz a lo largo del muro del mediodía,
para las reuniones del concejo.
Pero
su pasado sinagogal será tan importante que mucho tiempo después, como ocurre
actualmente con la mezquita de
Córdoba, se utilizará la denominación de “sinoga
mayor” al describirse en 1492 los bienes de Don Huda de Çuruelas con
ocasión del inventario ordenado por el duque del Infantado tras la expulsión de
los judíos españoles por parte de los Reyes Católicos.
[1] Francisco CANTERA BURGOS y
Carlos CARRETE PARRONDO. La judería de
Hita. Sefarad, 32:2 (Madrid, 1972)
[2] AHN Toledo Secc. Nobleza Leg.
1670-2 Exp. 7.
[3] Francisco CANTERA BURGOS y
Carlos CARRETE PARRONDO. La judería de
Hita. Sefarad, 32:2 (Madrid, 1972)
p. 253.
[4] Francisco CANTERA BURGOS y
Carlos CARRETE PARRONDO. La judería de
Hita. Sefarad, 32:2 (Madrid, 1972)
p. 256.
[5] Manuel CRIADO DEL VAL. Historia de Hita y Su Arcipreste: Vida y
Muerte de una Villa Mozárabe (Guadalajara, 1998) p. 217.
[6] Basilio PAVÓN MALDONADO. Guadalajara Medieval: Arte y Arqueología
árabe y Mudéjar. (Madrid, 1984) p. 113.
[7] Francisco CANTERA BURGOS y
Carlos CARRETE PARRONDO. La judería de
Hita. Sefarad, 32:2 (Madrid, 1972)
p. 288.
[8] “Los dos topónimos más importantes, además de Hita, Çures y Valdares,
tal y como aparecen generalmente en nuestros documentos, nos decidimos a
identificarlos con Çuruelas (hoy Ciruelas) y Valdearenas o Valdarenas, lugares
de 60 y 300 vecinos respectivamente en la Cosmografía de F.
Colón” Francisco CANTERA BURGOS y Carlos CARRETE PARRONDO. La judería de Hita. Sefarad, 32:2 (Madrid, 1972) pp. 274-275.
[9] Francisco CANTERA BURGOS y
Carlos CARRETE PARRONDO. La judería de
Hita. Sefarad, 32:2 (Madrid, 1972)
p. 284.
[10] Francisco CANTERO BURGOS y
Carlos CARRETE PARRONDO. Las juderías
medievales en la provincia de Guadalajara. Sefarad 33:1 (Madrid, 1973) p.
3.
[11] Yitzhak BAER. Historia de los Judíos en la España Cristiana
(Barcelona, 1998) p. 240.
[12] Nuestra hipótesis actual es que
la situación de vacío de poder creada en la comarca desde la conquista de
Toledo durante el reinado de Alfonso VI hasta la consolidación del poder
castellano en la zona, permitió la existencia de dicho núcleo judío, que los
conquistadores no tendrían problema en permitir ya que la Tierra de Hita tenía
numerosas aldeas, como Paciella (Penilla) situada a un kilómetros aguas abajo
del río Badiel.
[13] Yitzhak BAER. Historia de los judíos en la España cristiana.
(Barcelona, 1998) p. 87.
[14] Ricardo IZQUIERDO BENITO. Espacio y sociedad en la Sefarad Medieval. Juderías y Sinagogas de la Sefarad medieval. (2003) p. 33.
[15] Ricardo IZQUIERDO BENITO. Espacio y sociedad en la Sefarad Medieval. Juderías y Sinagogas de la Sefarad Medieval (Cuenca, 2003) pp. 46-51.
[16] Jesús
PELÁEZ DEL ROSAL. Las sinagogas
medievales españolas en los documentos de la baja edad media (SS. XIII-XV).
Universidad de Córdoba. Consultado el 12 de agosto de 2012 de http://www.uco.es/dptos/antiguedadyedadmedia/griego/publicaciones/docum1016.htm
[17] Jaume RIERA SANS. Acopio y destrucción del patrimonio
hispanojudío (1998) p. 108.
[18] Ricardo IZQUIERDO BENITO. Espacio y sociedad en la Sefarad Medieval. Juderías y Sinagogas de la Sefarad Medieval (Cuenca, 2003) p. 46.
[19] Ricardo IZQUIERDO BENITO. Arqueología de una minoría: la cultura
material hispanojudía. El Legado Material Hispanojudío. (Cuenca, 1998) p.
276.
[20] Miguel Ángel ESPINOSA VILLEGAS. El modelo arquitectónico sefardí: entre
oriente y occidente. Actas del XII Congreso CEHA (Oviedo, 1998) p. 97-104.
[21] Massimo BACHI. Hita y sus vecinos en el año de 1492. Un
nuevo enfoque sobre el Inventario de Osuna. (Inédito)
[22] Pablo MORTERERO MILLÁN. Aproximación Histórica a la Iglesia Parroquial
Nuestra Señora de la Asunción
de Valdearenas, en Guadalajara. p. 18. Consultado
el 6 de junio de 2013.
http://es.scribd.com/doc/142250857/Aproximacion-Historica-Igl-Valdearenas
[23] José María de AZCÁRATE RISTORI. Inventario Artístico de Guadalajara y su
provincia. Tomo II (Navas de Jadraque-Zorita de los Canes), Madrid,
Ministerio de Cultura, Dirección General de Bellas Artes y Archivos, Centro
Nacional de Información Artística, Arqueológica y Etnológica (1983) p. 300.
[24] El proyecto de 1966 pretendía
construir una nueva iglesia sobre los restos de la fallida rehabilitación de
1962, manteniendo el ábside y transepto pero con modificaciones importantes, y
alterando profundamente la planta de las naves, aunque manteniendo las
dimensiones del templo románico-mudéjar. Pablo MORTERERO MILLÁN. Aproximación Histórica a la Iglesia Parroquial
Nuestra Señora de la Asunción
de Valdearenas, en Guadalajara. p. 16-17. Consultado
el 6 de junio de 2013 de
http://es.scribd.com/doc/142250857/Aproximacion-Historica-Igl-Valdearenas
[25] José Miguel MUÑOZ JIMÉNEZ. Las iglesias de salón en la provincia de
Guadalajara. Wad-al-Hayara, 23 (Guadalajara, 1996) p. 292.
[26] Memoria gráfica de Valdearenas. Ediciones Bornova y Ayuntamiento de
Valdearenas (2010) pp. 8, 9, 136, 140, 141, 142, 146.
[27] García López señaló que “y aun la de la derecha está estropeada por una
capillita” [Juan
Catalina GARCÍA LÓPEZ. Memorial histórico
español: colección de documentos, opúsculos y antigüedades que publica la Real Academia de la Historia - Tomo XLIII
(Madrid, 1905) p. 243] Por otra parte, ¿se trataría de la Capilla de Garçon de
Valdares del Inventario de Osuna, publicado por Cantera y Carrete y citadado
por Criado del Val? [Francisco CANTERA BURGOS y Carlos CARRETE PARRONDO. La judería de Hita. Sefarad, 32:2 (Madrid, 1972) pág. 257 / Manuel CRIADO DEL
VAL. Historia de Hita y Su Arcipreste:
Vida y Muerte de una Villa Mozárabe (Guadalajara, 1998) p. 237]
[28] Antonio Casado Herrera,
prolífero autor, describe en los años 80 del siglo XX que “Esta portada estaba protegida por un tejarzo amplio sostenido por dos
columnillas” ya que no conoció in
situ la iglesia y habla de oidas y leídas, orientado sin duda por dicha
fotografía. Pero en todo caso, significa que desde la descripción de García
López, habría desaparecido dos tercios del sobrado. Antonio HERRERA CASADO. Crónica y Guía de la provincia de
Guadalajara. (Guadalajara, 1988)
[29] Historiador, literato y cronista
oficial de la provincia de Guadalajara, Juan Catalina García López
(Salmeroncillo de Abajo, 1845 – Madrid, 1911), cursó las carreras de Filosofía
y Letras y Derecho. Desde 1894 fue miembro numerario de la Real Academia de
Guadalajara, y desde 1908 catedrático de Arqueología, Numismática y Epigrafía
de la Universidad
de Madrid, función que simultaneó hasta su muerte con la dirección del Museo
Arqueológico Nacional. Universidad de Alcalá. Corpvs Inscriptionvm Latinarvm
II. Consultado el 20 de agosto de 2014 de
http://www2.uah.es/imagines_cilii/Epigrafistas/textos/Catalina.htm
[30] Francisco Layna
Serrano (Luzón, 1893 – Madrid, 1971) fue un médico e historiador de la
provincia de Guadalajara, de la que en 1934 llegaría a ser Cronista oficial.
Fue además miembro de la
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y de la Hispanic Society
of America, y recibió el Premio Fastenrath de la Real Academia de la Lengua así como la Medalla de Oro de la Provincia de Guadalajara
tras su muerte en 1971. Diputación de Guadalajara. Centro de la Fotografía y la Imagen Histórica
de Guadalajara. Consultado el 20 de agosto de 2014 de
http://www.cefihgu.es/fotografos/francisco-layna-serrano/
[31] Juan Catalina
GARCÍA LÓPEZ. Memorial histórico español:
colección de documentos, opúsculos y antigüedades que publica la Real Academia de la Historia - Tomo XLIII
(Madrid, 1905) pp. 242-243.
[32] Juan Catalina GARCÍA LÓPEZ. Catálogo
Monumental de la Provincia
de Guadalajara. Extraído de Memoria
gráfica de Valdearenas. Ediciones Bornova y Ayuntamiento de Valdearenas
(2010) pp. 138-139.
[33] Francisco LAYNA SERRANO. La arquitectura románica en la provincia de
Guadalajara. (Guadalajara, 2001) p. 148.
[34] La rehabilitación proyectada por
los prestigiosos arquitectos Rafael de la Joya Castro y Manuel
Barbero Rebolledo de 1962, con un presupuesto algo mayor del millón de pesetas,
terminó en un completo desastre al decidir la dirección técnica de la obra,
ante los supuestos problemas de cimentación, desmontar la iglesia y luego
levantarla de nuevo. Se hizo lo primero, pero no lo segundo, destruyéndose todo
rastro del edificio románico-mudéjar así como las partes del siglo XV, incluía
la portada del muro sur, y desapareciendo el artesonado de la nave central.
[35] Francisco LAYNA SERRANO. La arquitectura románica en la provincia de
Guadalajara. (Guadalajara, 2001) p. 37.
[36] Layna niega que dichos atrios
fuesen nártex, al afirmar que “…, Puig y
Cadalfach, seguido de Lampérez, y otros que después escribieron copiando a
éstos, piensan que tales atrios cubiertos fueron nártex para conversos; […] pero la causa clara y terminante de su
adopción en la fría meseta castellana y su rareza en los valles abrigados, no
fue otra que el afán de defender a los villanos en sus juntas comunales, del
clima ingrato en demasía.” Francisco LAYNA SERRANO. La arquitectura románica en la provincia de Guadalajara.
(Guadalajara, 2001) p. 39.
[37] “Elemento interesantísimo de muchas iglesias románicas españolas, es la
galería exterior […] Estas galerías que ciñen uno, dos o tres muros del templo,
son características del románico español, sobre todo del rural y casi
exclusivas de la meseta castellana, no hasta el norte de Guadalajara como
escriben autores mal enterados, sino hasta la cuenca del Tajuña.” Francisco
LAYNA SERRANO. La arquitectura románica
en la provincia de Guadalajara. (Guadalajara, 2001) p. 38.
[38] En un texto de 1540 se afirma “…En el dho lugar de Valdearenas este dho dia
domingo veynte e quatro dias del dho mes e año suso dho acabando de salir el
pueblo de oir la misa mayor se ayuntaron al concejo a campana tañida el concejo
el xxx del dho lugar la mayor parte de
los homes buenos pecheros en el cementerio de la yglesia de santa maria del dho
lugar donde dijeron se solian e acostumbraba ayuntar a su consejo para las
cosas cumplideras...” Archivo de la Real Chancillería
de Valladolid. Protocolos y Patrones. Caja 0064.0019.
[39] “Examinando con todo detenimiento la iglesia en cuestión, se advierte
con toda claridad que cuando obras sucesivas no habían alterado aún la
primitiva románica, era el templo de una sola nave cubierta por sencillo
artesonado de madera, con ábside cuadrado y galería exterior tendida a medio
día y poniente. Hoy, esa contextura aparece muy alterada, pues sin duda por
resultar la parroquia insuficiente, en el siglo XIII ya muy adelantado
añadieron otra nave al norte, substituyendo el muro por tres arcos apuntados”.
Francisco LAYNA SERRANO. La arquitectura
románica en la provincia de Guadalajara. (Guadalajara, 2001) p. 58.
[40] Francisco LAYNA SERRANO. La arquitectura románica en la provincia de
Guadalajara. (Guadalajara, 2001) p. 41-42.
[41] Francisco LAYNA SERRANO. La arquitectura románica en la provincia de
Guadalajara. (Guadalajara, 2001) p. 42.
[42] Como hemos comentado
anteriormente, nuestra hipótesis es que las autoridades civiles y religiosas
cristianas del siglo XII no se opondrían a que los judíos de la Tierra de Hita construyeran
una sinagoga así, al carecer la localidad de Valdearenas de población cristiana
que proteger.
[43] “…en unos casos se conservó la costumbre de construir una galería en el
piso superior; en otros, un espacio o habitación que comunicaba con la sala de
oración al mismo nivel” Jesús PELÁEZ DEL ROSAL. Las sinagogas medievales españolas en los
documentos de la baja edad media (SS. XIII-XV). Universidad de Córdoba. Consultado el 12 de agosto de 2012 de http://www.uco.es/dptos/antiguedadyedadmedia/griego/publicaciones/docum1016.htm
[44] “Para decorarías, los judíos empleaban versículos de la Biblia , escritos en
elegantes caracteres hebreos españoles, imitando de este modo la decoración de
las mezquitas con versículos del Corán”. Jesús
PELÁEZ DEL ROSAL. Las sinagogas
medievales españolas en los documentos de la baja edad media (SS. XIII-XV).
Universidad de Córdoba. Consultado el 12
de agosto de 2012 de http://www.uco.es/dptos/antiguedadyedadmedia/griego/publicaciones/docum1016.htm
[45] “Así, el acceso a su interior no se hacía directamente desde la calle,
sino a través de un patio o atrio, necesario para determinados usos litúrgicos
(para dejar el calzado los días de ayuno o montar las enramadas en la fiesta de
las Cabañuelas, por ejemplo) y aprovechable como lugar de estudio al aire libre.”
Ricardo IZQUIERDO BENITO. Espacio y
sociedad en la
Sefarad Medieval. Juderías y Sinagogas de la
Sefarad Medieval (Cuenca, 2003) pp, 47-48.
[46] “El lado sombrío del carácter de Alfonso X se puso de manifiesto al
final de su reinado […] por un decreto emanado de la voluntad personal de
Alfonso X se dejó sentir sobre los judíos castellanos una terrible desgracia,
la primera cuyas consecuencias podemos indagar con detalle.” Yitzhak BAER. Historia de los judíos en la España cristiana.
(Barcelona, 1998) p. 144
[47] En el siglo XIV,
la única iglesia de Valdearenas contaba con beneficios eclesiásticos, como
queda constancia en la relación de localidades del
arciprestazgo de Hita en tiempo
del rey Sancho IV [Ramón GONZÁLVEZ RUIZ. La persona de Juan Ruiz. I Congreso
Juan Ruiz, Arcipreste de Hita. Consultado el 12 de agosto de 2014 de
http://cvc.cervantes.es/literatura/arcipreste_hita/01/gonzalvez.htm], siendo clérigo
de la misma, en 1334, Juan Gómez, [Salvador DE MOXÓ. Los judíos castellanos en el reinado de Alfonso VI. Sefarad 35:1 (Madrid,
1975) p. 149] Por otra parte, Layna
erraba cuando identificó con Valdearenas la localidad de “Val de la Arena ” de la carta latina de
Don Gonzalo, obispo de Sigüenza, de 1345, publicada en su obra Historia de la Villa de Atienza [Francisco
LAYNA SERRANO. Historia de la Villa de Atienza.
(Guadalajara, 1984) p. 452-553], ya que
la localidad del Badiel pertenecía al arciprestazgo de Hita, como queda
constancia en la relación antes reseñada, y por lo tanto al arzobispado de
Toledo, y no al obispado de Sigüenza, de quien dependía Atienza.
[48] Pablo MORTERERO MILLÁN. Aproximación Histórica a la Iglesia Parroquial
Nuestra Señora de la Asunción
de Valdearenas, en Guadalajara. Pág. 18. Consultado
el 6 de junio de 2013 de http://es.scribd.com/doc/142250857/Aproximacion-Historica-Igl-Valdearenas