martes, 25 de abril de 2023

Visita de la reina Victoria Eugenia a Benajarafe

Victoria Eugenia con mantilla, por Joaquín Sorolla

En la pequeña historia de Benajarafe es bastante desconocida la visita que la reina Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII, realizó en 1926. Aquí recordamos dicho acontecimiento.

La costa de Málaga: la Riviera española.

Muchas personas piensan que la proyección turística de la costa malagueña fue un “invento” del franquismo. Si bien es cierto que el turismo europeo de veraneo llegó en los años 50 y 60, gracias a las políticas de los partidos socialdemócratas del norte de Europa que permitió a millones de familias trabajadoras disfrutar de un mes de vacaciones al año, la realidad es que las políticas turísticas en la provincia de Málaga empezaron muchas décadas antes, de cuando sólo viajaban las familias burguesas europeas, buscando climas templados durante los duros inviernos de la Europa septentrional.

En 1912 encontramos este artículo firmado por León Rollín en La Correspondencia de España, que hacía una apología de la provincia de Málaga como destino turístico invernal.

El autor escribía:

Yo he viajado mucho. Y digo sincera y honradamente que no he visto región que reúna tantas condiciones para ser una estación de inviero de primer órden como la que baña la bahía de Málaga.

La costa que se extiende, ondulante y bellísima, entre Torrox y Fuengirola es tan á propósito para la organización de la industrias del turismo, que desde este punto de vista no reconoce rivales.

El clima en ella es ideal. El termómetro á la sombra, oscila, durante lo smeses de noviembre á marzo, de los 20 á los 16 grados, y durante la noche, de los 12 á los 7.

Y Rollín añadía:

Tantas veces ha sido descrita la campiña malagueña; tantos poetas, novelistas y pintores dedicaron á ella su inspiración, su estilo, sus pinceles, que no me atrevo á aventurarme á descripciones nuevas de los montes de Málaga, de los encantadores pueblecillos que se llaman Álora, Fuengirola, Benagalbón, Benajarafe, Almayate, etc.

Recordaba solamente la impresión inolvidable que experimentara la tarde en que, con varios amigos, dejé pasar las horas como en un sueño, sentado en la peña que separa el conjunto de colinas donde se esconde Almayate, entre cañas y rosales, y el magnífico valle de Vélez.

Delante de nosotros extendíase una costa azul turquí, que se recortaba caprichosamente desde Torrox hasta Fuengirola.

Y compitiendo con ella en hermosura, el panorama del valle de Vélez se desarrollaba amplio y bellísimo, con sus tres líneas de montañas azuladas, moradas, bermejas, que escalaban los cielos y parecían clavar en ellos sus cumbres, cubiertas de nieve.

Y yo, viendo aquello, pensaba:

- ¡Qué magnífico decorado para una Riviera!....

Alfonso XIII visita Málaga.

Como nos recuerda el malagueño Carmelo Pellejero Martínez, en su artículo La política turística en la España del siglo XX: Una visión general,

Fue bajo la presidencia del liberal Montero Ríos cuando se inició la organización administrativa del turismo en España. Por Real Decreto de 6 de octubre de 1905 se creó una Comisión Nacional encargada de fomentar en nuestro país, y por cuantos medios estuvieran a su alcance, las excursiones artísticas y de recreo del público extranjero. […] El turismo español recibió un nuevo impulso oficial con la creación, por Real Decreto de 19 de junio de 1911, de la Comisaría Regia del Turismo y Cultura Artística, encargada de procurar el desarrollo del turismo y la divulgación de la cultura artística popular.

Pero no sería hasta los años 20 cuando en nuestro país se impulsó de forma significativa el turismo como una industria nacional. Por Real Decreto de 25 de abril de 1928 se creó el Patronato Nacional del Turismo, aprobándose distintos instrumentos para su fomento como fueron el Servicio de Crédito Hotelero, para estimular la construcción de hoteles; el Título de Establecimiento Recomendado, un marchamo de calidad turística; la Cámara Oficial Hostelera; una Guía Oficial turística; el Libro Oficial de Reclamaciones; así como la Red de Paradores y Albergues de Carretera.

La segunda mitad de la década de los años 20 supuso la inauguración de grandes hoteles en Andalucía, como los hoteles Alfonso XIII (Sevilla) y Atlántico (Cádiz) en 1929, el Hotel Príncipe de Asturias, más tarde Hotel Miramar (Málaga) en 1926...

En febrero de 1926 los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia visitaron la ciudad de Málaga, dentro de ese impulso de convertir la costa malagueña en un destino turístico invernal, para inaugurar el Hotel Príncipe de Asturias. Y no sólo fue el espaldarazo con la presencia real de aquel proyecto turístico malagueño, sino que el rey llegaría a manifestar a la prensa

que se hallaba encantado con el clima de Málaga, prometiendo que durante la cuaresma vendrá a ésta capital las Reinas doña Victoria y Doña Cristina, la Princesa de Axdir y el Príncipe de Asturias.

Y agregó: también vendré yo, especialmente durante la estación invernal a curarme los catarro.

La reina Victoria Eugenia visita Benajarafe.

No es de extrañar que algunos de los actos abordados durante la visita real se orientara a la promoción turística, de lo cual se harán ecos medios como El Telegrama del Rif, que recoge en su edición del 14 de febrero de 1926 la siguiente noticia:

LOS REYES PASEAN POR LOS ALREDEDORES DE LA CIUDAD.

Luego visitan los hospitales. Don Alfonso dice que vendrá a Málaga durante la estación invernal.

Doña Victoria dedicó gran parte del día a pasear por la carretera de Almería, llegando hasta Benajarafe, cerca de Vélez Málaga.

Al regresar a la ciudad, continuó el paseo hasta Torremolinos, no pasando por el pueblo de la Carihuela.

Acompañaban a Doña Victoria, los Infantes Don Carlos y Doña Luisa, la Princesa de Salm Salm y las Infantas Doña Isabel y Doña Alfonsa.

[…]

El Rey, después del almuerzo, efectuó una excursión en automóvil a los mismos lugares en que estuvo por la mañana su augusta esposa, llegando hasta cerca de Vélez Málaga.

Pero aquella visita no sirvió para que Benajarafe se uniera a los destinos turísticos europeos de invierno, y tendría que esperarse hasta finales de los años 50, para que el sr. Farnós Melgarejo, a través de la Urbanizadora Esperanza, SA, impulsara un completo proyecto turístico en el que se incluían una urbanización, La Esperanza, situada sobre terrenos de la antigua finca San José, un establecimiento hotelero (el Hostal La Esperanza), un club de tiro al pichón (en la carretera que sube a Benajarafe alto) e incluso un tentadero.

Pero ya enfocado al turismo veraniego que trajo la extensión de derechos laborales después de la Segunda Guerra Mundial.