La frase del candidato Clinton “the economy, stupid”, devenida después en “Es la economía, Estúpido”, hizo
fortuna en las elecciones presidenciales de 1992 frente a George H. W. Bush.
Ahora que vivimos de sobresalto
en sobresalto social, y no precisamente por el papelón de la Selección Nacional
en el Mundial de Brasil 2014, es bueno reutilizarla. ¡Es la comunidad de
propietarios, estúpido!
Sostengo que una comunidad
de propietarios es una microsistema social perfecto para estudiar políticamente
al ser humano, en este caso al español medio. Podemos observar que conviven en
un espacio acotado, donde cada propietario adquiere la posición de sufragio
activo y pasivo (es decir, puede votar y ser votado), donde los cargos de
responsabilidad no son retribuidos y se eligen directamente, donde funciona la
fórmula un propietario un voto, y donde el sostenimiento de lo común se basa
por el contrario en proporción a la riqueza, es decir, a los metros de
propiedad.
En una comunidad de
propietarios de tamaño medio, la mayoría de ellas, los beneficios y los
perjuicios de las decisiones tomadas sin directos, la posibilidad del
asamblearismo es real, ya que no hay ninguna norma que lo impida, y donde es
posible conocerse con cierta intimidad para elegir a los mejores gestores, si
se quiere, o tomar todas las decisiones de forma colectiva.
Resumiendo, es un grupo
políticamente pequeño, donde los diversos actores tienen la posibilidad de
conocerse con cierta intimidad, donde los votos tienen el mismo valor y la
acción política es directa, tanto en la toma de decisiones como en los beneficios
o perjuicios de la misma. Además, el sostenimiento del interés común es
proporcional a la riqueza y su pago o impago afecta directamente a todos los
propietarios.
Se trataría por lo tanto
de un sistema político ideal donde estudiar el comportamiento y su proyección
hacia sistemas políticos más complejos, como una localidad, una comunidad
autónoma o el conjunto del Estado.
Pues bien ¿hay alguien que
conozca un comunidad de propietarios que no sea un nido de abstencionistas,
intrigas, enfrentamientos y rivalidades? ¿Alguien conoce alguna comunidad donde
nunca la presidencia ha quedado vacante y ha habido que o bien presionar a
algunos de los propietarios para que se presentara como “voluntario” o incluso
elegirlo por sorteo? ¿Alguien no conoce alguna comunidad de propietarios donde
las cuotas comunales no sean objeto de perpetuo enfrentamiento, donde
propietarios se niegan a asumir coste del ascensor porque viven en la planta
baja o la primera planta –y yo no tengo que pagar lo que no uso-, donde
propietarios discuten cualquier subida? ¿Alguien conoce alguna comunidad de
propietarios donde no se den enfrentamientos entre propietarios por el ruido de
los niños en los espacios comunes, del uso de los elementos comunes, o
directamente por un quítame allá esas pajas? En fin, ¿nunca has
escuchado que ”lo mejor de esta vivienda es que no depende de ninguna
comunidad de propietarios”?
Pues si una comunidad de
propietarios es el sistema ideal para el desarrollo de una república perfecta, sin
amos ni señores, sin castas ni bipartidismo, sin corruptelas y mangoneos, y los
españoles conseguimos hacer un espacio de enfrentamiento en vez de convivencia
¿esperamos que sistemas políticos muchos más complejos, donde se dilucidan fortísimos intereses contrapuestos, donde se manejan presupuestos ingentes, sean
gobernados por esos mismos actores políticos con inteligencia, mesura, ética y
pundonor sin otro trabajo que confiar en fórmulas milagrosas donde todo el
esfuerzo se confía en el otro?
Como fantasía es consoladora, pero como proyecto político es aterrador. Y todo lo aterrador termina por cumplirse.
Como fantasía es consoladora, pero como proyecto político es aterrador. Y todo lo aterrador termina por cumplirse.
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