jueves, 26 de abril de 2012

La confusión de Ortega y Gasset. Apuntes para una historia familiar.

Un día, hace años, descubrí un texto del filósofo José Ortega y Gasset que decía: “A este respecto, perdónenme un recuerdo personal. Tenía yo diecisiete años cuando por primera vez hice una excursión tierra adentro de España, cosa entonces sobremanera insólita. No iba solo; me llevaba un hombre admirable, de excelente condición, el primero que ha andado toda la Península, paso a paso, cuando nadie lo hacía entonces, que era artista y crítico de arte, pero cuyo verdadero valor consistía en su vida. Y como la vida tiene esa misma elegancia de ser fungible, es decir, que desaparece conforme va siendo, el valor de la vida de Francisco Alcántara no puede ser percibido ni reconocido por las nuevas generaciones. Por eso me creo obligado a recordar su vida. Fuimos los dos a la comarca rayana entre Guadalajara y Segovia, en esa tierra de pinares donde se desgranan, como un rosario roto, una serie de pueblos de nombres encantadores: Gálvez, Villacadimia, Los Condemios, Campisábalos... En Campisábalos tenía Alcántara un gran amigo, el boticario. Este boticario parecía predestinado a su oficio por su apellido: se llamaba Morterero. En efecto, los Mortereros, de padres a hijos, regentaban la botica de Campisábalos desde el siglo XVII. Por eso, el establecimiento presentaba el aspecto de una farmacia de comienzos del siglo XVIII. Allí estaba las paredes cubiertas con tarros de Talavera, y del mejor tiempo, que es el final del siglo XVII. En sus lomos se veían, junto a los adornos azules, letras también azules que decían los nombres latinos y españoles de la vieja farmacopea: aceite de almendras dulces, en uno; acero de Madrid, en otro; la uña de la gran bestia… En un rincón estaba un pequeño anaquel lleno de menudos botecillos que contenían venenos. El anaquel estaba cerrado con una puerta de vidrio donde había pintado un ojo, el famoso ojo del vigilante del boticario. Pero lo que más me impresionó fue ver en el centro, como gobernando aquella democracia de remedios, un gran tarro de Talavera en cuya panza leí por primera vez en mi vida `Triaca máxima´.”

Se trataba de un fragmento de una de las conferencias, doce en total, que Ortega ofreció en el curso inaugural del Instituto de Humanidades (1948/1949) titulado “Sobre una nueva interpretación de la Historia Universal. Exposición y examen de la obra de A. Toynbee, A Study of History”, que encontré traducido en diversos idiomas (alemán, inglés, francés) porque al parecer, y sin que encuentre una explicación lógica, se trata de un fragmento que los profesores de castellano utilizan para sus clases.

Aquel texto llamó mucho mi interés al ser una de las pocas referencias que encontré en aquel momento del apellido familiar. Año después, y tras consultas aquí y allí, he podido aclarar dicha historia, que no deja en buen lugar la memoria del filósofo.

El viaje al que hace referencia José Ortega y Gasset lo realizó en el verano de1899, junto al periodista Francisco Alcántara, que trabajaba para el diario El Imparcial, fundado por Eduardo Gasset Artime y dirigido a finales del siglo XIX por su yerno José Ortega Munilla, padre del filósofo. Y efectivamente Alcántara conocía y era amigo del boticario Morterero, pero no en Campisábalo como recordaría Ortega 48 años después, sino en Imón.

Era Silvestre Morterero y Baquero, natural de dicha localidad y licenciado en farmacia por la Universidad Central en 1868. Tras finalizar sus estudios adquirió la botica que en su localidad natal había poseído el farmacéutico Juan Tova Cabrera, y de la que fue titular hasta su fallecimiento en 1914.

Alcántara conocía Imón antes de visitarla junto el jovencísimo Ortega. De hecho, en la edición de El Imparcial del 8 de abril de 1899, se publicó un artículo suyo, que decía “partimos para Imón, donde dedicamos un recuerdo al malogrado pintor Juan Baquero, y pudimos admirar en la farmacia del Sr. Morterero el botamen de riquísima loza española del siglo XVI en perfecto estado de conservación.”

El viaje que Ortega recordaría casi como iniciático, fue ese mismo verano de 1899, tal y como recogió la edición del 13 de agosto de aquel año el semanario “Flores y Abejas” de Guadalajara: “El ilustrado redactor de El Imparcial don Francisco Alcántara veranea actualmente en Imón y el mes de Septiembre lo pasará en Atienza”.

Pero Silvestre Morterero y Baquero, primo hermano de mi bisabuelo Benito Morterero de Agustín, no era descendiente de un largo linaje de boticarios. A Ortega sus recuerdos le jugaron una mala pasada, ya que el padre de Silvestre, Toribio Morterero y Cano, natural de Valdearenas, descendía de una familia de la baja nobleza agraria de la provincia de Guadalajara, con propiedades en las Tierras y Común de Hita y Atienza, así como en Peñafiel, provincia de Valladolid.

Hoy en día, la botica de Imón que visitara Ortega se ha convertido en hotel rural, y de su señero botamen no se tienen noticias.

lunes, 23 de abril de 2012

Mercados versus Mercados

Lo primero que hay que aceptar es que, al menos en España, la derecha neoliberal mediática y económica vienen propagando su ideario como apóstoles de una nueva religión desde hace décadas. Con paciencia neocatecumenal han ido construyendo un discurso narrativo para justificar a posteriori el proyecto de máximos que estableció Milton Friedman: excepto el ejército, la magistratura y algunas carreteras, todo es susceptible de privatización, es decir de intermediación con beneficios privados.

Una de esos discursos se basa en la bondad de los mercados como entes auto-regulatorios, que asignan los recursos de la forma más eficaz y sostenible, y cual suave lluvia van empapando de riqueza y bienestar la pirámide social, desde su cúspide hasta su base. Pero como todo en el neoliberalismo “friedmano” se trata de una teoría no sólo voluntarista sino que reiteradamente se ha mostrado falsa, sólo manteniendo su vigencia en la interesada reiteración de sus apóstoles.

Bien es cierto que los mercados, como el agua, son parte esencial de la cultura humana. Pero como el agua, los mercados provocan vergeles, y desiertos, permite la vida y extiende la muerte. Por ello, por esa multiplicidad de realidades, los economistas se inventaron el mercado perfecto, como modelo sobre el que proyectar sus fantasías intelectuales. Pero resulta que algunos vieron su utilidad para justificar sus intereses desnaturalizando su origen puramente académico, proyectándolo en el mundo real.

Los mercados de competencia perfecta, ese estadio donde ninguno de los actores interviene con privilegios, es tan utópico como el paraíso mahometano de huríes voluptuosas y manantiales de leche y miel, o el comunismo de Pol Pot de una Camboya ruralizada en la pureza antiburguesa. La realidad es que los mercados son espacios de intercambio sometidos a todas las fuerzas asimétricas posibles, donde siempre hay un matón que mete miedo y asegura un equilibrio inestable.

Otras de las falacias que los apóstoles del neoliberalismo “friedmano” han propagado por todo el orbe es que los mercados se pueden auto-regular. En absoluto. La consecuencia natural de los mercados autorregulados, es decir desregularizado de facto, son las burbujas que explotan dejando la desolación a su paso.
Siguiendo con el símil del agua, canalizada, controlada, dirigida, crea riqueza, bienestar. Procura alimento para los seres humanos, higiene y belleza. Pero como el agua que se sale de madre, del cauce del río, trae destrucción, arrasa con todo, provoca muerte, y finalmente deja un desierto.

Los mercados son útiles para las sociedades humanas cuando están controlados. Y en democracia, debe ser el Estado nacional, o el Estado supranacional, Unión Europea en nuestro caso, quien lo haga, quien con normas, controles, tribunales y sanciones, mantenga dentro de los límites a cualquier espacio de intercambio de riquezas.

Por ello, para salir de esta crisis no vale para nade tirar del manual de los apóstoles del neoliberalismo “friedmano”. Es más, usar esas “recetas” es el camino seguro al desastre. Hay que volver a la regulación de los mercados, al control estatal, a la eliminación de los entes auto-regulatorios, a la promoción de gestores públicos sin intereses en los mercados mediante una nueva clase política y de altos funcionarios orgullosos de serlos y lo más incólumes posibles a las tentaciones económicas y honoríficas de los actores económicos. Hay que recuperar los poderes delegados en órganos no democráticos, como los bancos nacionales "independientes", las comisiones de valores, de telecomunicaciones, etc.

Sólo con más Estado, sólo con más Europa, sólo con más Administración Pública, podremos salir de esta crisis a la que nos han llevado los que ahora, “biblia” en mano, pretenden vendernos esas mismas políticas para salir de la crisis.

viernes, 20 de abril de 2012

Los 40.000 asesinatos del PP

A pesar de lo que pueda afirmarse, casi nadie piensa realmente que el aborto sea un asesinato, ni siquiera la Iglesia Católica. Si lo creyese realmente, el bautismo no se dejaría para después del parto, sino que se produciría en el momento más próximo al de la concepción. Esto es, al momento en el que la unión de un espermatozoide y un óvulo da paso a un embrión. De lo contrario, la Iglesia Católica sería cómplice de que millones de almas pre-católicas pululen inconsolables por el espacio ignoto del limbo.

Como yo tampoco lo creo, como no creo que el aborto sea un asesinato, nada puedo y nada debo reprochar al gobierno Rajoy ni a la amplísima mayoría absoluta de diputadas y diputados del PP, que con su inacción siguen permitiendo que desde que se formó el actual gobierno de la Nación, en España se hayan practicado alrededor de 40.000 abortos.

Pero si yo creyese que el aborto es un asesinato, me espantaría tener la certeza moral que la sangre de 40.000 seres inocentes manchan las manos del gobierno de la Nación por no eliminar el aborto en España por Real Decreto-Ley; si realmente creyera que el aborto significa sacrificar a un ser humano, no podría consolarme de haber votado a parte de los 186 diputadas y diputados (muchos de ellos católicos de comunión semanal) que con su preocupación en cosas banales (el medicamentazo, la contra-reforma laboral, etc.) toleran que el gobierno que sostienen siga permitiendo que cada día, cada hora, cada minuto, un ser humano inocente caiga bajo la cruel y asesina espátula de un médico (o médica) desalmado.

Pero me quedo tranquilo: como realmente nadie lo cree, ni siquiera las decenas de miles de católicos que se manifestaron a favor de la vida en Madrid durante los gobiernos de ZP, que el aborto sea un asesinato, nadie podrá acusar al PP de asesinos.

¿O sí?

jueves, 19 de abril de 2012

La Fe Neoliberal: Respuesta a Rafael Salgueiro


Estimado señor Salgueiro,


Aunque con retraso, por razones profesionales, familiares y personales que no vienen al caso, paso a responder al amable comentario que realizó vd. a mi post titulad “El totalitarismo de la "chusma" friedmana o neoliberal”, publicado en este blog el pasado día 18 de febrero de 2012.

Al igual que vd., agradezco mucho las lecturas de los post de mi blog así como las críticas razonadas conducentes a promover el debate de ideas, y por ello agradezco enormemente el esfuerzo que supone su respuesta.

Antes de pasar a considerar sus argumentos, me gustaría realizar una consideración general sobre Milton Friedman y sus seguidores, en los que le incluyo sobre todo por no refutarlo en su respuesta a mi anterior post.

Cuando leo y escucho los argumentos que se esgrimen en defensa del Estado “friedmano” y sus principios económicos no puedo evitar asociarlos a los que utilizaba el Régimen de Pol Pot en defensa de su sociedad utópica. Parecía que espantados en el siglo XX de los regímenes totalitarios, y en su concepto el Estado “friedmano” lo es, conocidos los efectos terribles del estalinismo, el maoísmo, el nazismo, el franquismo, etc., nadie en su sano juicio volvería a promocionar un “ideal” totalitario cuya consecución debe alzarse sobre la eliminación de cualquier estructura anterior. En el caso del Estado “friedmano” la estructura a demoler es el Estado de Bienestar.

Si para Saloth Sar (Pol Pot “el suave”), fue el exterminio de la civilización para alcanzar su “ideal”, para el Estado “friedmano” es el exterminio del triángulo de acero para llegar hasta él. De hecho, y una vez aceptada la concepción dialéctica defendida por Marx, la teoría “friedmana” viene a ser un ultra-marxismo deshumanizado, donde el objetivo final no es un mundo utópico de seres humanos, sino un mundo utópico de principios económicos.

Una muestra de ello es que el “programa de máximos” del Estado “friedmano”, el famoso “ladrillo” chileno, se intenta aplicar “urbe et orbi”, sobre cualquier tipo de sociedad, sobre cualquier tipo de economía. Es una “biblia” que se encuentra más allá de discusión. Como el “Libro Rojo” de Mao, el “ladrillo” friedmano es esgrimido para exigir la sumisión a cualquier población del mundo, da igual que sea en España, Bostwana, Chile, Polonia, Nepal o Bután, prometiéndonos un maravilloso paraíso que nadie ha visto y que nadie ha conseguido.

Enlazando mi consideración general con sus argumentos, considero que los éxitos chilenos y chinos a los que vd. hace referencia, ya lo consiguieron otros en el pasado: un sistema con una minoría cada vez más rica, y una mayoría cada vez más pobre. ¿No aumentó el PIB la revolución industrial?, ¿no lo hizo el colonialismo?, ¿no aumentó brutalmente el PIB y la renta per cápita la Rusia de Lenin?

¿Es acaso el crecimiento del PIB y la renta per cápita el único elemento del que puede presumir el Estado “friedmano”? Pero es que aunque pobres, ni siquiera las políticas “friedmanas” consiguieron dichos éxitos aplicadas en países como Argentina (de la mano de la dictadura militar, sea dicho de paso, y no menos de 8.000 asesinados según ha reconocido recientemente uno de sus generales). Claro que en estos casos, al no alcanzar el mínimo necesario para “pasearlo” por el mundo, estas experiencias fallidas se convierten en los hijos bastardos nunca reconocidos por el “friedmanismo”.

Estimado señor Salgueiro, para el conjunto de la sociedad la utilidad de un Estado es que promueva unos niveles de vida digna para el conjunto de la población. Y ahí es donde se produce la quiebra totalitaria del Estado “friedmano”, porque para Milton Friedman en el sistema económico la calidad de vida de los ciudadanos de un Estado es secundario e incluso irrelevante, siempre que las magnitudes macroeconómicas dibujen el bello cuadro de su ideal paranoico.

¿Qué puede hacer un partido socialista o socialdemócrata contra un proyecto totalitario? Si se definiese como “nazi” y promoviera la pureza racial, todos sabríamos como contestarlo. Pero ¿y si oculta su programa de máximos incluso a sus seguidores, lo llama “reformas” durante la campaña electoral, y se define “reformista, liberal y centrista”?

Al igual que cayó el Estado Zarista y el Estado Estalinista, el Estado “friedmano” caerá cuando acumule las suficientes tensiones sociales e ineficiencias económicas propias de todos los estados totalitarios. ¿Y como se enfrenta un partido socialista a un Estado “friedmano” impuesto por una dictadura militar como en Chile? ¿Agudizando las contradicciones y las tensiones para aumentar la fatiga del material y provocar su ruptura violenta? ¿Intentar evitar los mayores perjuicios del Estado “friedmano” entre los que menos tienen aunque con ello se mantenga el propio sistema? Se trata, sin duda, de la gran cuestión que debate la izquierda desde los socialistas “utópicos” de principios del siglo XIX.

Se “sorprende” que me “alarme” ante la mención del Triángulo de Acero, pero me ha entendido mal. No me “alarma”, me ayuda a descubrir las verdaderas intenciones que se ocultan tras el término “reformas”. A estas alturas tengo claro que el PP, promotor del Estado “friedmano” en España, abomina del Triángulo de Acero. Pero a lo que vd. no responde es a mi afirmación sobre que si el Triángulo de Acero es lo que en términos constitucionales se denomina “Estado Democrático y Social de Derecho”, defender la eliminación del Triángulo de Acero es directamente rechazar la Constitución Española de 1978 como espacio de convivencia de todos y todas las españolas.

Si quitamos de la Constitución el sistema parlamentario de partidos, las organizaciones sindicales y empresariales, la negociación colectiva, el derecho a huelga… ¿Qué nos queda del Pacto Constitucional? ¿La monarquía, la libertad de empresa, el derecho a la propiedad privada y a la libertad de empresa? Pues va a ser que no. Si se elimina la mitad de la Constitución, decidamos que la Constitución ya no es ese espacio de convivencia, y demos el siguiente paso. Pero dígase.

Su denostación de los Acuerdos de Concertación es consecuencia natural de su visión economicista “friedmana” del Estado. ¿Cree vd. que si para evitar una guerra con millones de muertos alguien plantea una “concertación” que evite la tragedia alguien honesto objetaría que dicho acuerdo es un “equilibrio de Nash (sí, el de la película) en el cual los agentes no pueden desarrollar ninguna estrategia que conduzca a mejorar su posición relativa”? Ahora bien, señor Salgueiro, si vd. lo que propone es suministrar la gasolina para que otros pongan la cerilla, hablamos de otra cosa. Si por “estrategias” que conduzcan a mejorar la posición relativa de algunos de los firmantes del pacto significa el todo vale, posiblemente convierta Andalucía en un escenario más cómodo emocional e intelectualmente, incluso para mí, aunque mucho más peligrosa para bienes y personas.

De ahí calificar de “deshumanizado” al Estado “friedmano” porque reduce la sociedad a variables matemáticas y económicas, a juegos y estrategias de “rol”. Esa deshumanización tiene un mucho de sicópata, donde se excluye ex profeso la empatía con el que sufre, y justifica el fin a cualquier medio, como se vio en Chile, Argentina y ahora en China.

Su referencia a la dialéctica marxista toma en este sentido un cariz siniestro. Lo que era una consecuencia, la lucha de clases, se convierte en el objetivo, la lucha de la clases, pero esta vez en vez de la lucha de la clase desposeida contra la clase poseedora, pasaremos de manos de Milton Friedman a la lucha de la clase  poseedora para subyugar a la clase desposeída mientras sea necesaria, y eliminarla cuando ya no lo sea.

Sobre su pregunta sobre el resultado de todos estos años de construcción del socialismo en Andalucía, es engañosa en un extremo, ya que en Andalucía no se ha pretendido “construir” el socialismo, sino tan solo “gestionar” desde principios socialistas un Estado cuyas reglas de juego no socialista habían sido pactadas en la Constitución de 1978.

Su afirmación sobre que “la renta per cápita andaluza es hoy la misma, 75% del promedio nacional aproximadamente, que lo fue a primeros de los 80” deberíamos aceptarla también en su sentido contrario, esto es, que el socialismo no ha supuesto un menor avance que en otras Comunidades Autonómicas gobernadas por liberales-conservadores como Madrid, Comunidad Valenciana y Cataluña. Si hemos avanzado al mismo ritmo, puede ser señal que el problema es la aceptación del marco intocable de los mercados como espacios autoorganizados para la asignación de recursos, y no el gobierno de tal o cual Partido.

Pero si bajamos a la calidad de vida de la población, los niveles entre Andalucía y el resto de Comunidades sí se han acercado. Es decir, ha habido más convergencia social que económica, que a la postre es lo que le interesa al ciudadano.

Ahora bien, acepto que la concertación en Andalucía ha tenido fallos clamorosos, como que las asociaciones empresariales hayan disfrutado de la mitad justa de la “tarta” pero sobre todo al servir a determinados dirigentes de la CEA para crear una red clientelar entre la clase empresarial. Pero me temo que su crítica no vaya en esa dirección.

Para finalizar, señalarle que efectivamente la muy conocida frase "Socialista a fuer de liberal" es de Indalecio Prieto, y en mayúsculas la utilizo como subtítulo del blog. En minúscula va la cita de Pablo Iglesias, “Quienes contraponen liberalismo y socialismo, o no conocen el primero o no saben los verdaderos objetivos del segundo”, quien sabía que la democracia “burguesa” termina pervertida para servir a los intereses ilegítimos del capital, ahora mercados, pero nunca propuso una dictadura del proletariado sino la democracia del proletariado, en la que inevitablemente se subsumiría la clase burguesa, pero democracia al fin y al cabo. Posición mucho más liberal que la que defendería la CEDA años más tarde, exactamente en 1936.

Atentamente,

Pablo Morterero

sábado, 18 de febrero de 2012

El totalitarismo de la "chusma" friedmana o neoliberal

DIARIO DE SEVILLA ha publicado hoy un artículo de Rafael Salgueiro, profesor titular de la Universidad de Sevilla, que pretende ser un alegato en defensa de la contrarreforma laboral puesta en marcha por el PP pero que nos pueden ayudar a comprender el verdadero peligro que acecha tras las frías letras de molde del BOE que nos traslada la reforma legal de Rajoy. Salgueiro es una de esas mentes grises que asesoran a Javier Arenas, presidente del PP de Andalucía, en su eterna marcha hacia el Palacio de San Telmo. Y por lo que escribe en el artículo (que puedes leer completo cliqueando aquí) también es un apóstol de la Escuela de Chicago, como esos que Milton Friedman se dedicó a sembrar por el mundo, comenzando los que desde la Universidad Católica de Chile ayudaron ideológicamente a la dictadura de Pinochet.

De su artículo "Reformas 'aggressives' a la inglesa", destaco especialmente el siguiente párrafo: "Las medidas difíciles son justamente las contrarias, cuando los perjudicados son nítidos y su perjuicio es real mientras que los beneficiarios son difusos y su beneficio es sólo potencial. Esta circunstancia fue muy bien examinada por Milton y Rose Friedman en su libro La tiranía del statu quo, en el que postulan la existencia de un "Triángulo de Acero" formado por las burocracias estatales asentadas en el sistema, los políticos capaces de casi todo a cambio de los votos y los beneficiarios directos de ciertas "políticas sociales", incluyendo en este vértice tanto a los sindicatos y lobbies empresariales como a las personas favorecidas por un exceso de protección. Verán como tendremos ocasión de contrastar esta tesis a lo largo de los próximos meses."

La diferencia entre un Estado del primer mundo de un Estado fallido, como Somalia, es, precisamente, su burocracia estatal, que articula y sustenta todos los derechos y libertades de los y las ciudadanas y sus instituciones. Por ello, el alegato friedmano en contra de la burocracia estatal, que se opone a cambios que atentan contra el propio Estado, lo que esconde es un alegato totalitarista. Friedman, y la chusma que lo sigue, tiene por lo tanto como objetivo la eliminación del Estado tal y como lo conocemos en Occidente, que se ha ido construyendo desde comienzos de la Edad Moderna, y en España desde los Reyes Católicos. Para los neoliberales de la Escuela de Chicago, el enemigo ya no es el comunismo, ni el marxismo ni AlQaeda, sino el andamiaje estatal que da sentido al Estado moderno.

Otro de los objetivos a destruir para Friedman, tal y como recoge Salgueiro en su artículo, son "los políticos capaces de casi todo a cambio de los votos". Es decir, el Estado democrático. En una democracia, el político es elegido a cambio de gobernar para sus votantes, anteponiendo los intereses de su electorado a los suyos propios. Para Friedman, como para Salguerio por lo que se ve, y podemos deducir que también para su pupilo Javier Arenas, el político debe anteponer los prejuicios ideológicos del Estado friedmano a los intereses de sus electores, imponiendolos incluso violentamente cuando se opongan frontalmente a ello. Para el Estado friedmano no sólo la burocracia estatal debe desaparecer, para que no sea un obstáculo para el cumplimiento de su programa ideológico, sino que además los políticos no deben responder a sus electores sino a los intereses de un programa ideológico que no han votado. Por eso Chile fue un magnífico ensayo para Friedman, al eliminar la variable democrática que obstaculizaba su proyecto ideológico. Y Grecia, Italia y Portugal su continuación.

Por último, Salgueiro recuerda que Friedman incluía en este vértice "a los sindicatos y lobbies empresariales". Es decir, lo que en nuestra Constitución de 1978 se define como Estado Social. Por lo tanto, los friedmanos como Salgueiro y por extensión Javier Arenas, consideran que la destrucción de las organizaciones empresariales y sindicales son la vía necesaria para conseguir imponer su proyecto ideológico. La inclusión de los Agentes Económicos y Sociales en la urdimbre constitucional, que pretendía superar los antagonismos de clases que tanta tragedia había traído a España, era precisamente la clave de la Transición española, la clave del arco que sustentaba el Pacto Constitucional de 1978. Y por lo tanto, su ruptura supone la ruptura del Pacto Constitucional que no sólo aseguran el derecho a huelga, la negociación colectiva y la libertad sindical, sino también la herencia, el derecho a la propiedad privada y a la libertad de empresa: todo iba en el mismo paquete.

Resumiendo: ante la imposibilidad de imponer un programa ideológico contrario a los intereses sociales y económicos del Estado, sus ciudadanos y sus representantes políticos y sociales, lo que defienden Friedman es destruir ese triángulo de acero, es decir, los mecanismos que precisamente se ha dotado el Estado Democrático, Social y de Derecho para su defensa. Por ello, la receta ideológica friedmana es, en puridad, un golpe de Estado totalitario. Y por eso mismo, al romper el pacto uno de sus firmantes (lo que antiguamente se llamaba la burguesía, el capital, y ahora los mercados y su ejecutores políticos, el Partido Popular), deben aceptar que el resto de firmantes también lo den por finiquitado.

Con la estrategia diseñada por Friedman en los años cincuenta desde la Universidad de Chicago, ¿alguien en su sano juicio piensa que los prejuicios contra políticos, empresarios, sindicalistas y funcionarios es casual? En absoluto, es una estrategia perfectamente diseñada y ejecutada, para lo cual cuentan con inestimables colaboradores entre esa izquierda apolítica que cree descubrir América al repetir los argumentos de los que se sirven la chusma friedmana para destruir el Estado que le estorba. Vía email y facebook, naturalmente.

miércoles, 25 de enero de 2012

Fascismo vía facebook

No hay pan para tanto chorizo” ha colgado en su perfil de facebook la imagen que acompaña este post y que algunos amigos de buena fe lo han compartido. Yo cada vez más desconfío de esta suerte de cadenas de información que pidiendo sangre para un niño enfermo, denunciando un secuestro o poniendo verde a los y las políticas terminan en nuestro buzón de correo electrónico y ahora en nuestro muro de facebook.

Por ello tengo la mala costumbre de comprobar la información por fuentes más fiables, y responder al amigo o amiga que me lo manda o lo comparte con la esperanza de que la próxima vez antes de compartirlo conmigo compruebe su veracidad. Así, me han llegado imágenes de europarlamentarios dormidos en sus escaños que resultaron ser diputados belgas, cifras astronómicas de supuestamente el presupuesto del Senado que no eran ni la mitad, de la mitad, de la mitad, de la mitad (exactamente desde los supuestos 3.000 millones de euros a los verdaderos 55 millones). En la imagen de este post se afirma relaciona supuestos salarios mensuales de diferentes profesionales: bomberos, policías, médicos. Y lo comparan con el supuesto salario de un diputado, 30.000 euros con la coletilla “y eso para toda su vida”.

Viéndolo compartido por amigos a los que aprecio y reconozco su solvencia moral, me puse a comprobar dichos datos, que ahora comparto contigo, amable lector o lectora. Evidentemente se trata de una manipulación “goebbeliana”, pero vayamos por parte.

Según la noticia publicada por ABC, que no es precisamente un defensor de la cosa pública, titulada “Los nuevos diputados cobrarán su sueldo desde hoy” y que puedes leer cliqueando aquí, el salario base de un diputado o diputada es de 2.813,87 euros al mes, que es 312 euros mensuales menos que lo que se cobraba hace cuatro años. Lo que multiplicado por 14 pagas, suman 39.394,18 euros. ¿Quién puede cobrar más del salario base? Pues aquellos que tengan alguna responsabilidad. Por ejemplo, el presidente del Congreso de los Diputados (y Diputadas), segundo en la jerarquía del Estado, que cobrará 9.121 euros más al año, lo que se pone en 48.515, 18 euros. Según la información compartida por “No hay pan…”, si cualquier diputado cobra 30.000 euros al mes suponen multiplicado por 14, la bonita cantidad de 420.000 euros. Y resulta que el diputado que más cobra, el presidente de la Cámara, cobra una octava parte. Si hablamos de un diputado “raso” significa que cobra una décima parte de la “denuncia” de “No hay pan…” A todo esto hay que recordar que se tratan de salarios brutos, a los cuales hay que descontarles las retenciones del IRPF, que luego serán devueltas total o parcialmente, o no, según su declaración anual.

Y sobre el supuesto “sueldo para toda la vida” es radicalmente falso: lo que tienen los diputados es una indemnización por cese, que sólo cobran los que hayan sido diputados durante al menos dos años. Y el famoso complemento de pensión sólo lo cobraban los que hubiesen estado más de siete años en ejercicio, circunstancia que ya no ocurre con el nuevo Reglamento.

De todas formas, recomiendo vivamente la lectura de la noticia de ABC porque sí recogen complementos para gastos, que no son precisamente salarios, como las dietas que puede cobrar un trabajador que la empresa lo manda a otra ciudad.

Vayamos ahora con otros de los salarios de la “denuncia” de “No hay pan…”, el del policía, por ejemplo, que cuantifica en 1.600 euros. Según la web infopol, que puedes leer si cliqueas aquí, los salarios dentro del Cuerpo Nacional de Policía eran los siguientes en 2007: un policía recién jurado, cobraría 1.400 euros al mes, que sumadas a dos pagas extraordinarias de 1.222 euros, suman alrededor de 19.000 euros al año, también con carácter bruto. Pero hablamos de salarios de un policía nacional recién jurado. ¿Cuándo cobra el resto? Según dicha web, las cantidades siguientes que se recogen en el cuadro que aparece en este post.


Es decir, que un comisario de policía cobra aproximadamente lo mismo que un diputado sin complementos. Pero en la misma web infopol advierte “es importante aclarar que el sueldo de un policía varía en función de la unidad donde trabaje, del lugar de destino y del nivel del puesto que ocupe. Y esta variación puede llegar a ser muy significativa. Con esto queremos decir que un policía recién jurado puede cobrar entorno a 1.500 euros y otro, de su misma promoción, rondar los 2.000 euros”. Es decir, que puede haber casos, en que un diputado cobre como mucho un 50% más que un policía recién jurado. Según “No hay pan…” un policía que se juega su vida cobraría 18 veces menos que un diputado, cuando la realidad es que hay diputados que cobran 1,6 veces de lo que cobran algunos policías recién jurados.

Vayamos ahora a por los médicos, otro de los colectivos señalados por “No hay pan…” Según la noticia publicada por DIARIO SUR que puedes leer cliqueando aquí, el Sindicato Médico de Málaga, los salarios brutos de los médicos en 2007 eran los siguientes: especialista de hospital con dedicación exclusiva 47.500 euros al año; sin dedicación exclusiva 38.000 euros al años; todo sin contar las retribuciones por guardia. En cuanto a los médicos de familia, ganaban 40.150 euros al año con exclusividad, y 30.210 euros al año sin exclusividad, sin guardias. Según “No hay pan…” un médico cobraba 2.200 euros, lo que al año sumaban 30.800 euros. Otra mentira más. El médico que menos cobra sin guardias, cobra eso. Y recordemos: un diputado “raso” cobra 39.340,18 euros. Es decir, menos que un especialista de hospital sin guardias.

Y advierto: estos son los datos del Sindicato Médico, porque según el Servicio Andaluz de Salud los datos correctos para 2007 eran los siguientes: especialistas con al menos tres años de antigüedad, 82.411 euros brutos al año; médicos de familiar, 75.785 euros brutos anuales con al menos 3 años de antigüedad… ¡casi el doble de lo que cobra el presidente del Congreso, segunda autoridad del Estado Español! Que recordemos, cobra 48.515, 18 euros.

Y finalizaremos con los bomberos, que según “No hay pan…” cobran 1.800 euros al mes, que multiplicado por 14 pagas, sumarían un total de 25.200 euros. Según la noticia publicada por EL MUNDO, que puedes leer si cliqueas aquí, un bombero en 2003 cobraba 28.783 euros brutos anuales, mientras que en 2010 la media es de 40.487,38. Si un jefe de grupo cobraba hace ocho años 33.088,46 ahora percibe 44.036 euros, aunque CCOO señalaba que “Esos datos son inflados, son de bomberos con jornadas extraordinarias. Tengo compañeros que llevan 20 años de servicio y siguen cobrando 1.790 euros netos al mes (los bomberos tienen 14 pagas.” Lo que significa que brutos, no son menos de 2.000 euros al mes, si aceptamos las consideraciones de CCOO. Pero implícitamente indican que hay bomberos con horas extras llegan a los 44.036 euros. Recordemos que un diputado “raso” cobra 39.394,18 euros. Y que la segunda autoridad del Estado 48.515,18 euros. Apenas 4.000 euros más que algunos bomberos de Madrid. Y eso sin hablar de magistrados y fiscales de Sevilla capital, por ejemplo, que como vemos en la noticia de DIARIO DE SEVILLA que puedes leer si cliqueas aquí, cobra 4.000 euros netos al mes, que supone cerca de 60.000 euros brutos al año, más que el diputado que más gana, el presidente del Congreso.

Es decir, el autor del texto compartido por “No hay pan…” miente en cada una de las líneas, descaradamente, sin rubor: una mentira absoluta, demagógica. ¿Cuál es su interés al engañar a ciudadanos confiados? En mi opinión se trata o bien de un resentido que no ha alcanzado un escaño, o un filofacista que quiere la destrucción de la democracia formal. Esa democracia formal que según la tradición marxista socialista española es la base para construir la democracia real.

martes, 24 de enero de 2012

¡Son los mercados, estúpido! (y I)

Las críticas [del Congreso del PSOE] se centraron, justamente, en los elementos autocríticos que ya estaban presentes en el informe y en algunos más, en esa misma línea. Se criticó lo que el informe denominaba la excesiva atención a la política institucional. Se puso en cuestión la falta de formación, de información, de participación y la excesiva centralización de poder por parte de las cúspides dirigentes.

La situación de desmovilización, de atonía, de abstención, de desencanto inundaba el cuerpo social. Se achacó tal fenómeno a una política parlamentarista y electoralista, sin capacidad de imbricarse en el tejido social. La inserción en el tejido social, la presencia del partido en el seno de la sociedad civil será, a partir de este momento, uno de los referentes constantes del debate socialista
.”

A muchos y muchas de los que en estos días hemos participado en el debate de las ponencias del 38º Congreso Federal del PSOE, tanto en el seno de las Agrupaciones como en las redes sociales, el relato de ese congreso nos suena mucho De hecho nos suena todo. Pero no, no corresponden a ningún debate de este año 2012. De hecho no corresponden a ningún Congreso del actual siglo. La verdad es que corresponden a la descripción que realiza Antonio García Santesmases en su libro REPENSAR LA IZQUIERDA (publicado en 1993), del 28º Congreso Federal celebrado en 1977, ¡hace 35 años! Sí, has leído bien, amable lector o lectora. Corresponde a esos años que a tenor de sus relatores actuales era el paraíso de la participación, de la movilización y de la imbricación de la sociedad y nuestro Partido.

Comienzo esta serie de post con una ducha de humildad. Aunque bases y críticos nos creamos unos Núñez de Balboa descubriendo el Pacífico, el debate actual en el que está sumergido el Partido Socialista Obrero Español es el mismo discurso no resueltos que, cual Guadiana, surge de las profundidades abisales cada vez que una derrota electoral nos arrolla. Y por lo tanto, acepto de antemano las limitaciones de mis análisis, de mis conclusiones y de mis propuestas.

Considero que a la hora de enfrentarse a un debate sobre la apurada situación actual del PSOE debemos partir de la siguiente premisa: si las preguntas que se hacían las compañeras y compañeros del 28º Congreso son las que nos hacemos los que nos toca vivir el 38º por considerarlas importante; si en el seno de nuestro Partido se vienen repitiendo las mismas preguntas desde hace 35 años, significa que o bien no tienen respuestas, o bien están mal formuladas.

La primera posibilidad es en sí misma absurda, ya que aceptarla significaría que un partido como el socialista no tiene cabida en una sociedad como la española, cosa que desmiente las sucesivas victorias electorales, algunas por mayoría absoluta, nacionales y autonómicas alcanzadas en estos 35 años (cada vez menores y con menos frecuencia, también es cierto) Si cada tanto tiempo el Partido se convierte en el referente político de amplias capas sociales de nuestro país, es señal que a modo de chispazo sí se produce una sintonía entre Partido y sociedad, aunque, reconozcámoslo, sin saber muy bien el porqué.

Tengo la convicción de que la cada vez más mayor ausencia de sintonía del Partido con la sociedad no responde al como si no al para qué; que la falta de sintonía no es la causa sino su consecuencia. Por ello, en los sucesivos post pretendo ir desgranando lo que en mi opinión son los postulados sobre los que debe construirse la renovación del PSOE.