sábado, 18 de febrero de 2012

El totalitarismo de la "chusma" friedmana o neoliberal

DIARIO DE SEVILLA ha publicado hoy un artículo de Rafael Salgueiro, profesor titular de la Universidad de Sevilla, que pretende ser un alegato en defensa de la contrarreforma laboral puesta en marcha por el PP pero que nos pueden ayudar a comprender el verdadero peligro que acecha tras las frías letras de molde del BOE que nos traslada la reforma legal de Rajoy. Salgueiro es una de esas mentes grises que asesoran a Javier Arenas, presidente del PP de Andalucía, en su eterna marcha hacia el Palacio de San Telmo. Y por lo que escribe en el artículo (que puedes leer completo cliqueando aquí) también es un apóstol de la Escuela de Chicago, como esos que Milton Friedman se dedicó a sembrar por el mundo, comenzando los que desde la Universidad Católica de Chile ayudaron ideológicamente a la dictadura de Pinochet.

De su artículo "Reformas 'aggressives' a la inglesa", destaco especialmente el siguiente párrafo: "Las medidas difíciles son justamente las contrarias, cuando los perjudicados son nítidos y su perjuicio es real mientras que los beneficiarios son difusos y su beneficio es sólo potencial. Esta circunstancia fue muy bien examinada por Milton y Rose Friedman en su libro La tiranía del statu quo, en el que postulan la existencia de un "Triángulo de Acero" formado por las burocracias estatales asentadas en el sistema, los políticos capaces de casi todo a cambio de los votos y los beneficiarios directos de ciertas "políticas sociales", incluyendo en este vértice tanto a los sindicatos y lobbies empresariales como a las personas favorecidas por un exceso de protección. Verán como tendremos ocasión de contrastar esta tesis a lo largo de los próximos meses."

La diferencia entre un Estado del primer mundo de un Estado fallido, como Somalia, es, precisamente, su burocracia estatal, que articula y sustenta todos los derechos y libertades de los y las ciudadanas y sus instituciones. Por ello, el alegato friedmano en contra de la burocracia estatal, que se opone a cambios que atentan contra el propio Estado, lo que esconde es un alegato totalitarista. Friedman, y la chusma que lo sigue, tiene por lo tanto como objetivo la eliminación del Estado tal y como lo conocemos en Occidente, que se ha ido construyendo desde comienzos de la Edad Moderna, y en España desde los Reyes Católicos. Para los neoliberales de la Escuela de Chicago, el enemigo ya no es el comunismo, ni el marxismo ni AlQaeda, sino el andamiaje estatal que da sentido al Estado moderno.

Otro de los objetivos a destruir para Friedman, tal y como recoge Salgueiro en su artículo, son "los políticos capaces de casi todo a cambio de los votos". Es decir, el Estado democrático. En una democracia, el político es elegido a cambio de gobernar para sus votantes, anteponiendo los intereses de su electorado a los suyos propios. Para Friedman, como para Salguerio por lo que se ve, y podemos deducir que también para su pupilo Javier Arenas, el político debe anteponer los prejuicios ideológicos del Estado friedmano a los intereses de sus electores, imponiendolos incluso violentamente cuando se opongan frontalmente a ello. Para el Estado friedmano no sólo la burocracia estatal debe desaparecer, para que no sea un obstáculo para el cumplimiento de su programa ideológico, sino que además los políticos no deben responder a sus electores sino a los intereses de un programa ideológico que no han votado. Por eso Chile fue un magnífico ensayo para Friedman, al eliminar la variable democrática que obstaculizaba su proyecto ideológico. Y Grecia, Italia y Portugal su continuación.

Por último, Salgueiro recuerda que Friedman incluía en este vértice "a los sindicatos y lobbies empresariales". Es decir, lo que en nuestra Constitución de 1978 se define como Estado Social. Por lo tanto, los friedmanos como Salgueiro y por extensión Javier Arenas, consideran que la destrucción de las organizaciones empresariales y sindicales son la vía necesaria para conseguir imponer su proyecto ideológico. La inclusión de los Agentes Económicos y Sociales en la urdimbre constitucional, que pretendía superar los antagonismos de clases que tanta tragedia había traído a España, era precisamente la clave de la Transición española, la clave del arco que sustentaba el Pacto Constitucional de 1978. Y por lo tanto, su ruptura supone la ruptura del Pacto Constitucional que no sólo aseguran el derecho a huelga, la negociación colectiva y la libertad sindical, sino también la herencia, el derecho a la propiedad privada y a la libertad de empresa: todo iba en el mismo paquete.

Resumiendo: ante la imposibilidad de imponer un programa ideológico contrario a los intereses sociales y económicos del Estado, sus ciudadanos y sus representantes políticos y sociales, lo que defienden Friedman es destruir ese triángulo de acero, es decir, los mecanismos que precisamente se ha dotado el Estado Democrático, Social y de Derecho para su defensa. Por ello, la receta ideológica friedmana es, en puridad, un golpe de Estado totalitario. Y por eso mismo, al romper el pacto uno de sus firmantes (lo que antiguamente se llamaba la burguesía, el capital, y ahora los mercados y su ejecutores políticos, el Partido Popular), deben aceptar que el resto de firmantes también lo den por finiquitado.

Con la estrategia diseñada por Friedman en los años cincuenta desde la Universidad de Chicago, ¿alguien en su sano juicio piensa que los prejuicios contra políticos, empresarios, sindicalistas y funcionarios es casual? En absoluto, es una estrategia perfectamente diseñada y ejecutada, para lo cual cuentan con inestimables colaboradores entre esa izquierda apolítica que cree descubrir América al repetir los argumentos de los que se sirven la chusma friedmana para destruir el Estado que le estorba. Vía email y facebook, naturalmente.

2 comentarios:

  1. Agradezco muchísimo la lectura que ha hecho de mi artículo y su crítica. Para eso se publican. No obstante me gustaría señalar algunas cosas. En primer lugar los desconocedores siempre han criticado que Friedman hubiera aconsejado determinadas reformas al gobierno de Pinochet, pero nunca critican que también las propusiese al gobierno de China. Huelga decir que en ambos casos han tenido un éxito notable y que en el caso chileno no fueron modificadas por los gobiernos socialistas posteriores al dictador.

    También, ya es casualidad, el gobierno sueco adoptó en su gran reforma del estado del bienestar a principios de los noventa algunos postulados que habían sido propuestos por Friedman sobre la financiación de las pensiones y la introducción de competencia en servicios sociales; por ejemplo el "cheque escolar".

    No era mi propósito en este artículo defender una reforma laboral, que la defiendo, porque eso ya lo he publicado hace años. Igual que he anticipado hace años -era bastante fácil, la verdad- la insostenibilidad económica del sistema sanitario público y del de pensiones de reparto; basta una calculadora infantil para comprobarlo.

    El artículo reflexiona sobre la resistencia que se produce en todos los procesos de cambio, la visibilidad que, en general, tienen los inconvenientes y los perjudicados, y la más difícil identificación de quienes vayan a ser los beneficiarios.

    Me sorprende que se alarme ante la mención del Triángulo de Acero, cuando su existencia es más que evidente en los sucesivos acuerdos de Concertación Social que aquí hemos elevado a rango estatutario. ¿Cree usted, sinceramente, que la Concertación ha contribuido al progreso de esta región o más bien lo ha limitado? Aún a pesar de que me vea todavía más "mente gris" (y muy agradecido) le propongo que considere lo siguiente: La concertación social Junta-Sindicatos- Empresarios es un equilibrio de Nash (sí, el de la película) en el cual los agentes no pueden desarrollar ninguna estrategia que conduzca a mejorar su posición relativa, por eso actúan concertadamente. En nuestro caso, además, se despliegan incentivos (representación, interlocución, financiación y no conflicto) que hacen que los agentes quieran permanecer en esa situación.

    Pero como usted sabe, y en esto Marx tiene toda la razón, sin dialéctica no hay progreso de la sociedad. ¿El resultado de todos estos años de construcción del socialismo? La renta per cápita andaluza es hoy la misma, 75% del promedio nacional aproximadamente, que lo fue a primeros de los 80. O sea, que no hemos pprogresado nada en términos relativos. Algunos se conformarán con más universidades, aves, carreteras y hospitales. Yo aspiro a mucho más: a una sociedad desarrollada por sí misma y no dependiente de lo que otras nos transfieran.

    Y una pequeña anotación, por último. La conocida frase "Socialista a fuer de liberal" es de Indalecio Prieto, no de Iglesias, La utilizó en una conferencia pronunciada en Bilbao y titulada "la libertad". Iglesias, simplemente, se conformaba con mantenerse dentro de las instituciones democráticas siempre que ello sirviese a su propósito. También esto quedó escrito.

    Le gradezco de nuevo, con toda sinceridad, la lectura de mi artículo y la crítica que de él ha realizado. Nada más lejos de mi intención que tener la razón, me conformo con contribuir algo a un debate que nos hace mucha falta.

    Atentamente,
    Rafael Salgueiro

    NB: Pues menos mal que no ha leído usted el titulado "¡Indignados! Pedid más", también en el mismo periódico.

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  2. Nunca buscáis un punto de encuentro, de equilibrio, sobre todo de justicias para los desheredados de la tierra, sois o representáis a la autoproclamada élite (personas superiores en inteligencia y poder, y por tanto los únicos con derecho a heredar los bienes de la tierra) y en verdad lo que no tenéis es la capacidad humana de la compasión, porque tenéis embotado los sentidos por la codicia y el opio del poder. Llegaras el día en el que se haga la Luz, pero para entonces será aberrante contemplar el sufrimiento que habréis ocasionado a los desheredados de la tierra. ¡No tenéis corazón! claro que esto para ustedes es una limitación, una debilidad para conseguir vuestro objetivo que es pisar la cabeza del débil, del desprotegido y así tenerlos sometidos a vuestra voluntad y privarle de su libertad ¡habéis suplantado al mismísimo Creador!

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