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domingo, 10 de junio de 2018

Orgullos, Mentiras y otras memeces



El artículo de Raúl Solís titulado “El movimiento LGTB andaluz se rompe y habrá dos manifestaciones del Orgullo: una institucional y otra crítica” tiene tantos errores de bulto que más que un artículo profesional e independiente, parece escrito al dictado de la ex “jefa” del sr. Solís de cuando fue vocal de prensa de la Federación Girasol, la sra. Cambrollé.

Afirma el sr. Solís que el 23 de junio habrá en Sevilla dos manifestaciones del Orgullo LGBI (cierto), una de ellas organizada por el Ayuntamiento de Sevilla (falso). Es evidente para cualquiera, y más para el sr. Solís que se jacta de ser un miembro activo de la comunidad LGTBI andaluza, que la manifestación del #OrgulloLGTBIAnd no la organiza el ayuntamiento (que por otra parte nunca convoca manifestaciones) sino la Federación Plataforma Orgullo LGTBI 28-J Andalucía. EL sr. Solís confunde a sabiendas lo que es la manifestación reivindicativa de los colectivos, con las actividades lúdicas que del 21 al 23 de junio el Ayuntamiento de Sevilla organiza en la Alameda.

El ayuntamiento de Sevilla financia la realización de numerosas actividades incluidas en el Mes de la Diversidad (jornadas, exposiciones, actos festivos, etc., incluida la exposición dedicada a la sra. Cambrollé en la avda de la Constitucion) a lo largo de junio. A las actividades lúdicas de la Alameda se les denomina “Orgullo LGTBI” pero en nada corresponde con la manifestación del #OrgulloLGTBIAnd. El sr. Solís lo sabe, pero miente a propósito para reforzar su argumento de manifestación “institucional” que es el lev-motiv de la sra. Cambrollé, lideresa de la manifestación minoritaria.

La convocatoria, día y hora, recorrido, lema y manifiesto, corre a cargo de la Federación. Ya en el Orgullo de 2017, tras la lectura del Manifiesto, se anunció el día que se iba a celebrar la manifestación de 2018. Lo único que facilita el ayuntamiento de Sevilla a la manifestación (aparte de los recursos de seguridad y protección civil que le obliga la ley) es que, al terminar en la Alameda nuestra manifestación, nos permite, amablemente, que durante unos minutos subamos al escenario y leamos el manifiesto.

Si la manifestación minoritaria hubiese querido, podría haber convocado para el viernes 21, y haber finalizado en la Alameda, y el ayuntamiento igualmente le habría facilitado que subiera al escenario para la lectura del manifiesto. ¿Por qué han elegido la misma hora y el mismo día para su manifestación, cuando sabían de la convocatoria de la manifestación del #OrgulloLGTBIAnd? No hay que ser muy “espabilao” para imaginar la respuesta.

No es cierto que “El motivo que ha provocado la ruptura del movimiento LGTB andaluz es la “declinación por unanimidad” […] a una propuesta de la Plataforma 40 Aniversario para que el manifiesto y la pancarta de la cabecera estuvieran dedicados y como protagonistas a los activistas históricos que lideraron la manifestación pionera de hace cuatro décadas por las calles de la capital andaluza.”

De hecho, la pancarta está dedicada a esa manifestación de 1978 (además de la exclusión de la homosexualidad de la Ley de Peligrosidad producida en el mismo año), y en la cabecera irán miembros históricos del MHAR, el FLHA y SOMOS, así como víctimas de las leyes de peligrosidad y rehabilitación social y de vagos y maleantes. Quien no va a ir es la sra. Cambrollé la cual quiso imponer sus condiciones ya que en caso contrario organizaría una manifestación en el mismo lugar, a la misma hora y el mismo día. Por eso se ha montado su propia manifa. A la que deseamos el mayor de los éxitos, porque en todo caso lo será del movimiento LGTBI.

El sr. Solís también miente al afirmar que la asociación que presido sea una “entidad vinculada al PSOE”. Ni jurídicamente ni fácticamente hay ningún tipo de vinculación. No es un secreto que hay miembros de la Junta Directiva afiliados al PSOE, entre ellos el que suscribe, pero también es cierto que hay miembros de otros partidos, incluso una afiliada a IU, ex concejala de dicha formación. La política de la asociación la decide su Junta Directiva y su asamblea. Pero el sr. Solís, que “trabaja” de parte, desliza el comentario para intentar satanizar a nuestra organización. Pero debe saber que para nosotros, estar afiliados a un partido político de izquierda (ya sea IU, PODEMOS, PSOE, etc) es más un orgullo que un desmérito. Porque somos una organización apartidista pero política, que pretendemos influir en la agenda política y que no somos una entidad prestadora de servicios ni “cazadora” de subvenciones.

Por último, no debemos rajarnos las vestiduras porque haya dos manifestaciones del Orgullo en Sevilla, ya que realmente desde 2013 se vienen celebrando dos Orgullos en nuestra ciudad. Efectivamente, desde aquel año, tras el rechazo total del movimiento LGTBI a la gestión de la sra. Cambrollé de la manifestación del Orgullo del Sur, a la que se le acusó de montar una manifestación mercantilista, ideo su propio Orgullo (del cual puede afirmar que es único en el mundo porque a nadie en el mundo se le ha ocurrido fracturar al movimiento por intereses personales), pero solo para las personas trans. Orgullo que desde dicho año ha contado con el apoyo del ayuntamiento de Sevilla. Y que año tras año ha sido un sonoro fracaso.

domingo, 24 de diciembre de 2017

Lucía y la homofobia


Twitter lo carga el diablo. Eso está cada día más claro. Es imposible para los que interactuamos en ese espacio no tener nuestros días malos, incluso para una persona como yo que extremo la prudencia al máximo y des-escribo tuits mucho más que de los que escribo.

En la mañana del pasado día 12 de diciembre, leí una columna de Lucía Extebarría titulada Budsexers, homosexualidad reprimida,misoginia y machismo que me produjo un gran desasosiego. Resumiendo (aunque recomiendo su lectura completa) la señora Extebarría responsabiliza de la bestial violación de la manada a la necesidad de verse la polla los unos a los otros porque no pueden reconocer en alto su parte homosexual.

Tras la lectura, no pude resistirme a compartir el siguiente tuit:


Posiblemente una decisión desacertada. Porque minutos después, una desairada Extevarría me respondía:


Ante lo cual me comprometí a responderle mediante un post, que hoy, querida y querido lector, es el que estás leyendo.

El culo y las témporas.

Yo también sufrí un terrible impacto con las noticias de la brutal violación de la manada a una chica madrileña, a penas salida de la adolescencia, por parte de un grupo de hombres sevillanos, en la fiesta de los Sanfermines.

Comprendo que la necesidad de explicarnos tan terrible comportamiento, agravado con el consabido son muy buenos muchachos de familiares y amigos, puede llevarnos a exponer algunas explicaciones bastante peregrinas, sin mayor trascendencia.

Si sólo se tratase de eso, la lectura de la opinión de Lucía Etxebarría no me habría llevado más que a negar con la cabeza y pasar a otro tema. Pero es que, como sugería en mi tuit, llovía sobre mojado.

Ignoro si los miembros de la manada son o no budsexers, es decir, personas heterosexuales que mantienen relaciones homosexuales. Mucho se ha escrito sobre el tema, y no voy a detenerme si tal cosa es posible o son personas homosexuales reprimidas con una gran homofobia asumida.

Lo que sí hay que reconocer es que Etxebarría rompe con un discurso homogéneo y tradicional del feminismo: el de la cosificación de la mujer por parte del hombre. Porque de acuerdo con la tradición feminista, la realidad es simple: lo que excita al macho es despersonalizar a la mujer, convertirla  en un objeto donde saciar su necesidad de dominio, incluido el sexo. Esta escena es, como dice la autora, muy habitual en la pornografía heterosexual.

¿Pretende Lucía Etxebarría cuestionar este principio? ¿A caso la escritora busca establecer un nuevo discurso feminista en el que se niega la cosificación de la mujer, ya que el fin último del machista es poder ver el rabo a otros machos?

En mi opinión, no creo que la escritora buscara con su artículo un cambio discursivo, sino tan sólo hallar un culpable a tan repugnante violación. ¿Y qué más fácil que culpar a la homosexualidad, reprimida eso sí, de todos los males de la humanidad?

Una conclusión que, lejos de amplificar la denuncia del machismo, lo que hace  es reforzar el machismo y el heteropatriarcado, porque la conclusión última exculpa al heterosexual machista y culpabiliza al homosexual reprimido (que de ser cierta su hipótesis no dejaría de ser también víctima, otra víctima más del machismo). Esa bestialidad no es cosa nuestra, puede pensar un o una machista hetero, eso es culpa de los maricones.

Llueve sobre mojado

Esto me llena de zozobra. En caso de ser cierta mi hipótesis, ¿qué llevaría a una mujer inteligente, que ha hecho gala de su bisexualidad y ha sido parte de la lucha LGTBI de este país, a tal conclusión que refuerza los prejuicios sobre las personas homosexuales?

Desde una parte del movimiento LGTBI venimos observando una deriva homófoba de cierto discurso feminismo, que ha aparecido en torno al debate de la gestación subrogada. Me niego, no sé si por razones sentimentales, a pensar que más que aparecer ha emergido. Pero el caso es que desde algunas tribunas feministas se ha denunciado dicha técnica reproductiva como el capricho de gais ricos para comprar bebés de mamás pobres, explotando el útero de esas mujeres.  

La alianza estratégica entre movimiento homosexual y feminismo ha sido una de las fortalezas que nos han permitido avances importantes en el campo de la diversidad sexual. Un apoyo donde el movimiento feminismo ha aportado más que recibido. Y por eso, el reconocimiento de las personas LGTBI debe ser eterno.

Pero los discursos neo-homófobos, además de ser falsos, están sembrando de desconfianza y susceptibilidades las relaciones entre ambos grupos.

Falsos, porque la mayoría de las personas que han accedido a la maternidad y la paternidad por subrogación son heterosexuales, en pareja o solteras. De hecho, durante años, nadie en los registros civiles de los consulados españoles, donde se inscribían dichos niños, sospechó que aquel bebé de una pareja (hombre y mujer) o una mujer soltera, no fuesen el resultado de los métodos tradicionales para procrear. Tan sólo cuando apareció una pareja de dos hombres para inscribir a su bebé, los funcionarios consulares se percataron de que era difícil explicar aquella procreación por la vía biológica tradicional.

Que una baronesa sea madre de dos hijos en una edad donde la naturaleza hace descartar la maternidad no deja de ser una simpática noticia de la sección de sociedad. Que un cantante claramente gay sea papá sin una mamá a quien endosar la criatura desata una tormenta perfecta.

Y Lucía Etxebarría escribió su columna

Por ello escribí en mi post: Triste y preocupado por la deriva #homofobica de cierto feminismo. @LaExtebarría es la última, pero no la primera.

Lo que buscaba con mi reflexión (posiblemente no tan acertada como pretendía) era señalar un hecho para mí objetivo: mujeres feministas inteligentes que comienzan a ver con sospecha a los hombres homosexuales, a los que culpabilizan de algunas de las desgracias de su género.

Los seres humanos somos complejos. El binarismo nunca ha sido más que un deseo de las culturas natalistas, que son las que nos han llevado a guerras, exterminios, y holocaustos. Pero la realidad es tozuda, y las personas somos mucho más diversas de lo que nos gusta admitir.

Y la diversidad genera inseguridad, angustia, temores. Nos sentimos más confortables en un mundo de opciones binarias, blanco o negro, y tendemos a rechazar todo aquello que nos lo cuestione.

Porque la realidad es que la brutalidad de la manada no es nueva. Por muy impactados que podamos estar, en poco se diferencia de otras miles de atrocidades que hemos visto en el pasado. Y me temo que a Lucía Etxebarría la agresión de aquellos Sanfermines, sin darse cuenta, le llevó a buscar consuelo en ese binarismo de malos y buenos, donde una vez más, los hombres homosexuales nos llevamos la peor parte.

Y eso, aquí y en Pekín, se llama homofobia.

domingo, 14 de febrero de 2016

#PECCAmos



Ayer tuvo lugar la novena edición de la Pequeña Muestra de Cine de Ambiente (PECCA) organizada por la asociación LGTB sevillana DeFrente. Sumar nueve ediciones de una actividad asociativa de esas características es todo un éxito que debemos celebrar, y demuestra que contra lo que muchos puedan pensar, Sevilla tiene músculo suficiente para este tipo de iniciativas.

Esta novena edición ha notado el cambio de gobierno municipal, ya que desde el “exilio” de otros años en espacios de la periferia de la ciudad, este año el ayuntamiento ha cedido para su celebración el Teatro Alameda, situado en la Alameda de Hércules, lo que sin duda realza el protagonismo de la PECCA.

Es la primera vez que asisto a esta gala, y desde luego salí deslumbrado. Una impecable organización, una magistral María Quesada como maestra de ceremonias, y una cuidada selección cinematográfica por parte de un jurado de primera (Carlos Durrif, José Luis Cienfuegos, Javier Rojas) contribuyeron a ello.

En cuanto a los cortos, me fascinaron algunos, me sorprendieron otros, y quiero compartir mi opinión sobre ellos, junto con la recomendación de que lo veas si te es posible.

ROSA, de Javier Gómez Sánchez. Abrió la muestra, con lo que tiene de bueno y malo. Una correcta cinta que refleja de una manera actual el posible conflicto de salir del armario, y como la diversidad se va instalando, aunque a retazos.

OH I LOST MY LEGS! de Natasha Rodríguez y Ramírez. En VOS, esta cinta parisina interpretada en inglés fue la única de contenido claramente lésbico. Una cinta que muestra como aún nos encontramos entre la duda y la aceptación de la propia sexualidad.

ROJO, de Carlos Alejandro Molina M. Sin duda mi favorita, este corto venezolano me sorprendió por su origen (la Universidad de Los Andes), un guión muy cuidado, y una realización más que correcta. La decisión de un final previsible no resta un átomo de tensión argumental, en un tema más que escabroso que es tratado con una delicadeza magistral.

FRITAS, de Manuel Gomar. Sin duda el más divertido de todos los cortos, razón por la que posiblemente llevó a ser el favorito del público asistente y premiado con la PECCA de Plata. Una cinta onubense ambientada en 1978, con tintes almodovarianos, que trata la homosexualidad de forma tangencial pero que en ese retazo nos recuerda la realidad de miles de parejas de gays en muchos pueblos y ciudades españolas de aquella época.

MI HERMANO, de Miguel Lafuente. Fue el corto que más me sorprendió. Si lo hubiese visto hace veinte años me habría fascinado su guión. Pero en 2016, me sorprendió que aún exista la necesidad de contar una historia así. Un drama en el que un joven que trabaja en Berlín recibe la noticia de que su hermano de 15 años ha fallecido en extrañas circunstancias. Una producción e interpretación impecable al servicio de una realidad que me sonaba a vieja. ¿O acaso erramos al dar por hecho que hay cosas que ya no ocurren?

TODO SOBRE TI, de Carlos Pineda. Una pequeña joyita con la que disfruté enormemente y que me lleva a una pregunta que me he hecho durante años y que siempre he respondido con un sí rotundo.

DE VUELTA, de Gabriel Dorado Pérez. Para mi gusto, tal vez la más intrascendente de las historias, que se compensa con la actuación de los protagonistas. Un fragmento de realidad casi irrelevante, un momento del paso de la adolescencia a la juventud de dos chavales algo más que amigos, pero que adquiere relevancia cuando se señala.

RARO EL QUE NO ES RARO, de Cristopher Carballo Lerma. Un corto mexicano en el que a veces eché de menos que no estuviera subtitulado en castellano normalizado. Una cinta que me enamoró y que muestra una visión de la realidad gay alejada del drama pero que no evita mostrar el conflicto.

EN RETOUR de Benjamin Wacksmann. Esta cinta francesa cerraba la competición, y plantea una historia que para muchas personas puede sorprender: como el amor puede llegar hasta las relaciones menos convencionales. Un corto de manufactura preciosista, cuidada y en VOS.

Cerró la muestra la obra galardonada con la PECCA de oro, concedida por el jurado. Una obra que trata el hecho LGTBI de forma tangencial pero que está llena de emoción, planteando una cuestión que siempre ha sido una obsesión para mí: ¿cuáles son las últimas palabras que dices a una persona que quieres o amas, cuando no sabes que será la última vez que la veas?

Y no puedo terminar este post sin recordar la actuación de La Rococompani, un divertidísimo dueto que llenó el teatro de carcajadas.