martes, 7 de julio de 2020

¿Cuándo nació el barrio de San Jerónimo?

Plano General Proyecto de Defensa de Sevilla de las inundaciones (1900)

Los datos que he encontrado señalan que lo que hoy conocemos como barrio de San Jerónimo de Sevilla nació en las primeras décadas del siglo XX.
 
En el imaginario popular, el barrio de San Jerónimo parece entroncar con el ex convento de Buenavista (actualmente denominado monasterio), el cenobio jerónimo que nació a finales del siglo XV. Pero la realidad es que el barrio no es tan “anciano” como se lo imaginan sus actuales vecinos, sino que es relativamente joven.

Durante gran parte del siglo XIX, el entorno del conocido en Sevilla como Convento de San Gerónimo era una zona rural de huertas, en la que imponía su presencia la abandonada edificación, a pesar de los primeros intentos de industrialización como la instalación de una fábrica de vidrios (planos y huecos) en el cenobio monacal a finales de la década de los años 40 del siglo XIX, o las ladrilleras instaladas en su entorno.

Una imagen de este ambiente rural lo podemos ver en la bucólica ilustración de 1854 que recogió García-Tapial en su obra El Monasterio de San Jerónimo de Buenavista (Arte Hispalense). El paisaje que se divisa desde la actual glorieta de los Ferroviarios, es una llanura despejada de construcciones, con la línea férrea Sevilla-Córdoba en primer plano y el edificio conventual al fondo.

El aspecto rural de la zona se mantuvo hasta finales de siglo. Por ejemplo, en la “Guía de Sevilla y su provincia”, de 1889, al describir las parroquias de la ciudad, asignaba a la de San Gil las siguientes fincas urbanas y rústicas, a extramuros:

Casillas. De Carabineros, del Ferro-carril de Córdoba, Misericordia.—Cortijos. Francés, Garrido, Higuerón (grande), Higuerón (chico) Palomar, Quijano, Ronquillo, Tercia.—Haciendas. Misericordia, Palancar, -Huertas. Almena, Bachillera, Basurero, Camino, Capuchinos (grande). Capuchinos (chica). Carraca, Cerrero, Coja, Colecita, Cordobesa, Constanza, Damasquillos. Florida, Fontanilla, Galuchena (chica), Gator, Hospital, Imagen, lnhar. Meadero, Moscada, Papachina, Peligro, Portada, Rana, Ratón, Romera, Rosario, San Gerónimo, San Gil, San Jorge ó Nueva Galucha, San Lázaro (Grande), San Lázaro (chica), Sol, Soldado, Solana, Tercia, Torres, Torrejon, Zapote.—Mallo. Bachillera.—Ventas. Buenavista, Escalones, Gatos, San Lázaro, San Onofre.—Otros edificios. Cementerio de San Fernando, Cementerio de la iglesia reformada (ex-convento de San Gerónimo), Ermita de San Onofre, Ex-convento de Capuchinos, Ex-convento de San Gerónimo. Fielato de la Concepción, Hospital Central, Hospital de San Lázaro, Husillo del Blanquillo, Palmas (lavadero de la huerta). Tejar de San Gerónimo.—Resumen numérico. 3 casillas, 8 cortijos, 2 haciendas, 41 huertas, 1 mato, 5 ventas, 2 ex-conventos, 2 hospitales, 2 cementerios, 5 edificios de diversa índole. Total 71 fincas.

Esta situación comenzó a cambiar a partir de 1885, con la instalación de la refinería de petróleos llamada La Lucilina, propiedad de Deutsch y Cía, junto a las vías del ferrocarril de Sevilla a Córdoba, frente a la estación de El Empalme.

Esta fábrica era una de las tres proyectadas en España por la empresa francesa, copropiedad de la rama francesa de los Rothshild y la empresa petrolera francesa de la familia Deutsch. Fue construida por la firma escocesa A. and F. Craig & Co., y adoptó el nombre de la fábrica que los Deutsch tenían en Rouen, Francia.

A partir de 1900 nuevas industrias se unirán a la fábrica de Deutsch y Cía, lo que cambió radicalmente el aspecto agrícola que aún conservaba el entorno del convento de San Jerónimo. Así, se instalaron la fábrica de Colores Nuestra Señora de la Esperanza, la Unión Resinera Española (1907), la Fábrica de Sulfato de Cobre de la Sociedad Anglo-española Cooper (1914/1917), Bartiña, La Vidriera Andaluza, y la Sociedad General de la Industria y el Comercio (una filial de Deutsch y Cía), entre otras, muchas de ellas con apeaderos ferroviarios, que permitían tanto la llegada de materias primas como el envío de los productos manufacturados.

El primer documento que he encontrado contabilizando la población en la zona que actualmente ocupa el barrio de San Jerónimo es el Nomenclator de las ciudades, villas, lugares, aldeas y demás entidades de población de España en 1º de enero de 1888 elaborado por la Dirección General del Instituto Geográfico y Estadístico de España.

A partir de los datos de este nomenclátor, podemos concluir que en 1888 no existía el barrio de San Jerónimo, sino una serie de edificaciones de poca importancia (de una sola planta, en su mayoría), dedicadas a tareas de labor, así como un pequeño núcleo entorno a la estación del Empalme. Todas las edificaciones de la zona sumaban un total de 125 habitantes de hecho. Los datos desglosados son los siguientes:

Cortijo de Tercia: Casas de labor; 1 casa de un piso; 1 casa de dos pisos; Población de hecho: 30; Población de derecho: 29

Cortijos del Higuerón: Casas de labor; 1 casa de un piso; 1 casa de dos pisos; Población de hecho: 8; Población de derecho: 8

Estación de El Empalme: Caserío; 15 casas de un piso; Población de hecho: 58; Población de derecho: 49

San Jerónimo: Casas de labor y hortelanos; 1 casa de un piso; 1 casa de dos pisos; Población de hecho: 24; Población de derecho: 24.

San Onofre: Santuario y casa venta; 1 casa de un piso; 1 casa de dos pisos; Población de hecho: 5; Población de derecho: 5.

Sorprende que San Jerónimo (debemos entender que se referían al ex convento) sólo estaba habitado por 24 personas, mientras el cortijo de Tercia albergaba a 30 personas.

En el plano general del proyecto de defensa de Sevilla contra las inundaciones, elaborado por el ingeniero D. Javier Sanz, sólo 12 años después del Nomenclátor, recoge al norte de cementerio de San Fernando, el edificio del ex convento de San Jerónimo, el cortijo de Tercia, la fábrica de La Lucilina junto a las vías de la línea Sevilla-Córdoba, y al otro lado de las vías, la estación de El Empalme. El resto aparece como tierras de labor, cruzadas por distintos caminos como las carreteras de la Algaba y provincial de Alcalá del Río.

Por este documento, podemos concluir que en 1900 seguía sin existir el barrio de San Jerónimo, siendo posiblemente la población en la zona muy similar a la recogida en el Nomenclátor de 1888, y que difícilmente superaría los 200 habitantes.

Una situación que va cambiando con la instalación de las nuevas fábricas, al punto que en 1918 podemos hablar ya de la existencia del barrio de San Jerónimo. Y la prueba la encontramos en la hoja 984 de los mapas militares (a escala 1:50.000) de dicho año, que refleja la existencia de dos núcleos edificatorios en el barrio.

Hoja 984 de los Mapas Militares (1918)

Por un lado, aparece un núcleo de construcciones, de carácter habitacional, en forma de triángulo equilátero invertido y corresponde aproximadamente a la manzana actual delimitada por las calles Navarra, Extremadura y la avenida Medina y Galnares.

Por su parte, se ve claramente otro núcleo de construcciones, este de carácter industrial, construido alrededor de la fábrica de La Lucilina, entre la entonces carretera de Sevilla a Castilblanco y la línea férrea, situándose la estación de El Empalme al otro lado de las vías.

En el plano se ven otras edificaciones diseminadas, la mayoría situada en las proximidades de la línea férrea, destacando la Venta de la Cantera, situada en las inmediaciones de la actual Glorieta de los Ferroviarios. También se ve aislado un edificio a la izquierda de la carretera de Sevilla a Castilblanco, a la altura de la actual glorieta Club de Rugby, denominado “Ventorro”, posiblemente la antigua ermita y venta de San Onofre. Y sorprende que este plano no recoja las ruinas del convento de Buenavista.

Por los datos de este plano podemos calcular que la población del incipiente núcleo urbano de San Jerónimo construido entre las actuales calle Navarra y avenida de Medina y Galnares apenas superaría los 300 habitantes.

Pero sin duda fue con la instalación en 1928  de los talleres ferroviarios por parte de la compañía MZA (anteriormente ubicados en la Barqueta), cuando el barrio de San Jerónimo se consolidó definitivamente como núcleo extramuros de Sevilla. Y para la década de los 30 del siglo XX, el barrio ya era una realidad urbana, sumando en 1935 un total de 3.912 habitantes, como recoge Nicolás Salas en su obra Sevilla, Anales del Siglo XX: Prontuario de la Ciudad.


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