Como muchas, y
algunos, han resaltado, desde que Susana Díaz Pacheco empezó a pergeñarse como
la futura presidenta de Andalucía, desde diestra y siniestra empezaran a
articular un relato en contra de la entonces secretaria general de la Agrupación Provincial
Socialista de Sevilla, donde, entre otros elementos, figura uno que concita
especial consenso: su falta de experiencia fuera de la política.
Incluso una fina
analista como Concha Caballero, en su post “Antisusanismo”, en el que defiende
la idoneidad y la oportunidad histórica de la candidatura de Susana Díaz,
afirmaba “Susana
Díaz es una persona que “no ha trabajado en su vida en la empresa privada ni ha
hecho oposiciones en la
Administración pública”. Efectivamente esto es así y soy
también de las que creen que esto, no es que los inhabilite en absoluto para un
cargo, pero supone un cierto déficit.”
Este discurso, el
del desmérito de haber “echado” los dientes, y solamente, en un partido, me
lleva a pensar que para muchos, la gestión de lo público tiene un carácter de
amateur como los antiguos juegos olímpicos, donde no se les permitía jugar a
los jugadores de baloncestos de la
NBA porque eran “profesionales”.
Este discurso es
casi hegemónico en la actualidad, posiblemente provocado por la experiencia, en
los últimos años, de políticos y políticas que llevan ocupando puestos de
responsabilidad durante décadas, sin otro mérito de estar bien relacionados.
Pero ello no significa que sea cierto.
Y el argumento es
contundente. A la hora de elegir al gestor de un gran hospital público,
¿preferiría a un profesional que ha recorrido todo el escalafón y conozca su
estructura y sus dinámicas internas, o a un prestigioso pianista? Para rector
de una gran universidad, ¿no sería mejor uno o una que haya pasado desde la
condición de becario a la de catedrático, en vez un dentista afamado con
consulta abierta? O, por ejemplo, para un gran banco ¿no es mejor aquel que ha
desarrollado toda su carrera dentro de la entidad a una magnífica ingeniera
superior? Aún recuerdo que entre los panegíricos sobre Alfonso Escámez, presidente
en su día del Banco Central, destacaba que había empezado en la entidad de
botones, con 12 años.
La política como
afición, incluso sin remuneración, proviene del antiguo régimen e incluso del
sistema liberal inglés, cuando sólo las clases más privilegiadas, la alta
burguesía y la nobleza, se dedicaban a la gestión pública del que obtenían
rentas de forma indirecta al defender sus derechos en sus negocios privados. Es
memorable la indignación de los partidos liberal y conservador ingleses, en la Cámara de los Comunes,
cuando los laboristas, obreros sin rentas de capital, decidieron poner un
salario a los miembros del parlamento inglés.
Desde una óptica
romántica, cierto amateurismo de la cosa pública puede ser atractivo:
ciudadanos libres que ocupan transitoriamente una responsabilidad pública. Pero
la realidad de la actual maquinaria administrativa y política convierte esa
visión en un suicidio colectivo.
Para mí, el
curriculum de Susana Díaz es posiblemente una de sus mayores virtudes
políticas: conoce desde dentro el municipalismo; conoce perfectamente la
maquinaria política del mayor grupo parlamentario que sustenta el gobierno;
conoce las dinámicas de la Corte ,
para ello ha sido diputada nacional; y ha gestionado la consejería política por
excelencia de cualquier gobierno.
Si se hubiera
dedicado durante cuatro o diez años a ser procuradora de tribunales, por ejemplo ¿qué
mérito añadiría para su candidatura? Si durante una década hubiera sido becaria
de un departamento universitario y luego profesora asociada, ¿sería Susana Díaz
mejor candidata? Yo, sinceramente, creo que no sólo no sería mejor candidata
sino que sería posiblemente una candidata perfectamente prescindible.
Otra cosa es que
un candidato o una candidata deba pasar un tribunal calificador. ¿Y que son, si
no, las elecciones democráticas? El mejor tribunal del mundo.
Cómo casi siempre ¡genial!!. Esperemos que el "tribunal" de las próximas elecciones ratifique tus argumentos
ResponderEliminarPrimero damos caña y luego lamemos culo....actitud muy de psoe.
ResponderEliminarEsta tía es otra vividora que no vale ni para esconderse y que no conoce los problemas de los ciudadanos porque nunca los ha tenido, básicamente a lo mismo que aspiras tu, chupar culo hasta coger carguito y buen sueldecito.... No a los políticos profesionales,han arruinado el país. No más bipartidismo, PSOE y PP misma mierda es....