Por
razones que merecen un estudio pormenorizado, la Guerra de la Independencia
española ha mantenido desde el siglo XIX un protagonismo histórico y social que
ha desdibujado la importancia, hechos de armas y personajes más relevantes de
la Guerra de Sucesión, que asoló con igual dureza muchas de las comarcas y
provincias de Castilla.
Si
El Empecinado es un personaje muy
conocido, casi mítico, gracias sin duda a los Episodios Nacionales de Pérez
Galdós, alguien de igual o incluso superior destreza en la guerra de guerrillas
como fue José de Vallejo, es ignorado por la historiografía, hasta el punto de
no existir en la actualidad monografías sobre su persona.
De
esa historia poco conocida, queremos rescatar la figura de Manuel Morterero, un
hombre pechero de la Alcarria que decidió alcanzar la gloria de las armas
enrolándose como partisano en una de las partidas que José de Vallejo mantuvo
en la comarca.
No
disponemos de demasiada información sobre los orígenes de Manuel Morterero, pero
sí nos consta que era natural de Valdearenas, y que a principios del siglo
XVIII residía en Argecilla. Ignoramos su fecha de nacimiento, pero teniendo en
cuenta que hasta 1710 estuvo en la milicia y que su hijo Juan Morterero,
alcalde de Valdearenas por el estado de nobles(1),
tenía 53 años en 1752, podemos colegir que habría nacido a finales de 1670.
A
pesar de no residir en Valdearenas, Morterero debía pertenecer a una familia
acomodada de la misma, lo que posiblemente le permitió un ventajoso matrimonio
con una vecina de la villa de Argecilla, al punto que el Conde de Pliego lo
califica como “uno de los primeros
caudales della”. Sabemos (por el Memorial dirigido al rey Felipe V, y que
sirvió de prueba para la concesión del privilegio de hidalguía(2))
que quince años después de la hambruna de 1693, durante la Guerra de Sucesión, perdió
no menos de 2.000 ducados, dos caballos, ganado y cosechas.
En
algún momento de 1706, Manuel Morterero se unió a las partidas del coronel de
dragones, Don José Vallejo, mientras éste se encontraba acampado en las
inmediaciones del Monasterio de Sopetrán, cerca Hita, llevando su propio
caballo y armas.
Vallejo,
actualmente poco recordado, adquirió durante la Guerra de Sucesión un carácter
casi mítico por su osadía, valentía y destreza en la guerra de guerrillas. Natural
de Lima (Perú), Caballero de Santiago y Coronel de Dragones, en los pliegos cordel
que se publicaban en la época se le describía como un ser invencible: “Visto por los generales / cómo
Vallejo es la causa / de carecer de noticias, / luego dan orden que salgan /
diversos destacamentos / y prisionero lo traygan; / pero ni le traen ni
buelven, / que Vallejo los despacha / con boleta al hospital / para que los
pongan cama; / lo que infundió al archiduque / tal temor que luego trata / dar
orden a sus soldados / para que el campo mudaran”. Y también como vengador del pueblo castellano: “¿Qué es aquesto, luteranos? / ¿Dónde vais, gallinas,
mandrias, / en precipitada fuga, / no siguiendo vuestra marcha / más que
Vallejo y su gente, / que de ochocientos no passan, / pues nuestro gruesso de
tropas / aun se está en Casa Texada? / Mas creo que se han movido; / cuidado,
si os alcançan: / vuestra bárbara osadía / quedará bien castigada”(3).
Incluso
historiadores tan reputados como Modesto Lafuente, en su Historia General de
España(4) lo describen así: “… cuando la corte de
Felipe V se trasladó a Valladolid, dejó el rey á las inmediaciones de la
capital á don José Vallejo, coronel de dragones, con un grueso destacamento,
encargado de molestar á los enemigos. No podía haberse hecho una eleccion mas
acertad para el objeto. Porque era el don José Vallejo el tipo mas acabado de
esos intrépidos, hábiles é incansables guerreros, de esos famosos partidarios
en que se han señalado en todas épocas y tiempos el génio y el espíritu bélico
español. Correspondió el Vallejo á su cometido tan cumplidamente, y ejecutó
tales y tantas proezas, que llegó á ser el terror de las tropas aliadas con ser
tan numerosas, y á poner muchas veces en aprieto y conflicto el mismo cuartel
general el príncipe austriaco. De contado situándose en Madrid y Guadalajara,
cortó las comunicaciones entre la córte y los reinos de Aragon y Cataluña,
interceptaba los socorros y cogía los despachos, pliegos y cartas del
archiduque y la archiduquesa, y al paso que á ellos incomunicaba, él se ponía
al corriente de todos sus pensamientos y planes. Destruia las partidas que se
enviaban en su persecución, y siempre en continuo movimiento, caminando dia y
noche, y tan pronto en la Mancha como en tierra de Cuenca, en las cercanías de
Toledo como en las de Madrid, empleando mil estategemas y ardides, haciendo
continuas emboscadas y sorpresas, apareciendo á las puertas de la córte ó en
los bosques del Pardo cuando se le suponía mas lejos, destrozando destacamentos
enemigos, asaltando convoyes de equipages, municion o viveres, alentando los
pueblos á la resistencia, acreciendo sus filas con centenares de paisanos
resueltos y valerosos que se le unian, y llegando a combatir y derrotar cuerpos
de hasta tres mil hombres con el general Stanhope a la cabeza, como sucedió en
los llanos de Alcalá. Escribieronse entonces, y se conservan, y las tenemos a
la vista, multitud de relaciones de las hazañas de Vallejo”.
Por
lo que sabemos, Morterero participó en 1706 en el enfrentamiento de Vallejo con
el Barón de Mezer, guiando en los años siguientes a sus partidas por la
Alcarria y la Campiña del Henares, cuando interceptó dos correos
angloaustriacos. Posteriormente, con autorización de Vallejo, se retiró a
Argecilla desde donde realizaba proselitismo a favor del Borbón y recababa
información de interés para las partidas del Rey Felipe.
Debió
ser, pues, un personaje muy buscado en la comarca de la Alcarria y la Campiña
del Henares. En 1710, una partida de trescientos caballos e infantes lo
buscaron sin encontrarlo en Argecilla y finalmente fue detenido en Mandayona a
finales del mes de noviembre de ese año. Sabemos que fue trasladado a
Cifuentes, atado y arrastrado, permaneciendo encarcelado durante 18 días,
tiempo en el que fue torturado y finalmente condenado a la horca, por no
aceptar los ofrecimientos de pasarse al bando de Archiduque y facilitar la
localización de una partida de Vallejo con veinte caballos. Un testigo lo
describió así: “es publico y notorio que
el día que en esta villa [Mandayona] prendieron los enemigos al presente
escrivano, prendieron también a dho Manuel Morterero que no le habían podido
hallar en su casa y lo save por que estando preso el testigo en la villa de
Masegoso [del Tajuña] llego una partida de dos enemigos de el Reximto
de Cordova y llevaban atados con un cordel los brazos atras y después una a
otro dho Manuel Morterero y al presente esno y que todos los
juntaron y llevaron a la villa de Zifuentes y pusieron en el Cuerpo de Guardia
en rigurosa prisión con cordeles en los brazos y cadenas a los pies donde
estubieron muchos días hasta que llego Estaremberg de culla horden dieron (en
presencia del testigo) tormento a dho Manuel Morterero y le notificaron
sentencia de muerte…”(5).
No
fue ahorcado al “…haberse turbado sus designios con la noticia que tuvieron de que mis
tropas habían dado vista a Brihuega(6),
con cuya confusión os saquearon y llevaron atado entre sus batallones hasta que
dieron vista en Villaviciosa [de Tajuña] al Campo de dicho mi Ejercito,
habiéndose antes dado orden por ellos al Coronel don Gaspar de Córdoba para que
os quemasen vuestras casas”.
No
considerándolo suficiente, según relataba el propio Manuel Morterero, “me
pusieron en sus líneas para que pereciera” pero “habiendo
tenido la fortuna de que venciesen nras Armas en su retirada escape entre su
Carruaje hasta incorporarme con nuestras tropas”.
El
Marqués de San Felipe, en su obra “Comentarios de la Guerra de España”(7) dijo
de la batalla de Villaviciosa del Tajuña: “No
se portaron con menos valor en aquel ultimo lance el Conde de Aguilar, el de
San Estevan de Gormáz, y el Marqués de Moya su hermano, Don Feliciano
Bracamonte, Don Josph de Amezaga, Mahoní, y todos los Oficiales del Cuerpo del
Exercito […] No brilló menos la vigilancia, e infatigable aplicación de Don
Joseph Vallejo”.
Tras
la victoria de la batalla, que en palabras de Torcy “colocó la Corona sobre la cabeza del Rey Católico”(8), el
día 12 de diciembre de 1710 Felipe V, al frente del ejército, levantó el Campo
Real de Fuentes de la Alcarria para dirigirse a Cifuentes donde permanecieron
hasta el día 14 de diciembre. Tras abandonar la villa cifontina en dirección a
Siguenza(9), el
rey se alojaría esa misma noche en la casa de Manuel Morterero en Argecilla(10).
La
aspiración de ser ennoblecido y recompensado económicamente por su
participación en la Guerra de Sucesión con parte de la hacienda de D. José de
Torres en Valdearenas, Hita y su comarca, abandonada tras pasarse su
propietario al partido del archiduque de Austria, le ocupó los años siguientes.
Para ello dirigió un Memorial al rey Felipe V, en el que incluía las
declaraciones en su favor del coronel José Vallejo, del conde de San Esteban de
Gormaz, del conde de Pliego y del príncipe de T´Serclaes-Tilly(11).
Escudo de los Morterero en Valdeaernas. Foto gentileza de www.valdearenas.com |
La
participación de Manuel Morterero en la Guerra de Sucesión se saldó, por lado,
con varias acciones heroicas ante el enemigo, la participación de acciones que
hoy llamaríamos de inteligencia (y que siempre se han llamado de espionaje), penalidades
incluida la tortura, una milagrosa salvación en medio del frente de batalla, y
pérdidas económicas de más de un millón de maravedís (dos mil ducados por el
saqueo de sus dos casas y el incendio de la de Valdearenas, veinticuatro
doblones por la pérdida de dos caballos durante el servicio del rey, 200
doblones durante su prisión así como de cosechas y ganados); y por otro, con el
reconocimiento de algunos de los más importantes militares de su época
(Vallejo, el Conde de San Esteban de Gormaz, el Príncipe de T´Serclaes-Tilly), su
ennoblecimiento, y la parcial reparación económica con fincas en Valdearenas.
Pero
sus esperanzas resultan un tanto frustradas cuando el Consejo de Argecilla se
negó a eximirle de los tributos que por su nueva situación de hidalgo le
correspondía, a pesar de que en 1711 era Alcalde Ordinario(13) de la villa de Argecilla, y en 1713 Teniente Corregidor(14).
Para ello tuvo que remitir dos solicitudes al rey para finalmente conseguir que
la corona mandatase al alcalde mayor de Atienza para que obligara al Concejo de
Argecilla a que se cumpliese la voluntad del rey. Se debe entender que el
Concejo de Valdearenas, donde sabemos que tenía al menos una casa y las nuevas
tierras concedidas por el rey, no le pusieron ningún impedimento.
Por
su importancia histórica, trascribimos las recomendaciones firmadas por Vallejo,
Conde de San Esteban de Gormaz, Conde de Pliego y Príncipe de T´Serclaes-Tilly,
así como el Memorial remitido por Morterero al rey.
Escrito
de apoyo de D. José Vallejo, coronel de Dragones.
Dn
José de Vallejo, Cavo de la orden de Santiago, Coronel de un
Regimiento de Dragones Estrangeros y Comandante de un Destacamento de Cavalleria
= Zertifico que Manuel Morterero, vezino de la villa de Argencilla, al tiempo
que me hallé con el referido Destacamento en las cercanías de la villa de
Atienza se agrego al con su caballo y Armas, y asistió en la función que tuve
con el Varon de Mezer, en la que se porto con valor. Como también en la toma de
dos Correos habiendo servido de Guia en las Marchas que ejecute en aquellos
contornos. Y habiéndose retirado a su casa con mi orden desde ella me despacho
diferentes correos participándome algunas noticias que condujeron al Rl
Servicio, y quando entre en la villa de
Zifuentes por algunos Paysanos se me participo como el dho Manuel Morterero
había sido sorprendido por una partida de los enemigos y conducido a la carcel
publica de la dha villa de Zifuentes adonde le dieron tormento y condenaron a
muerte que se hubiera executado sino hubieran salido tan arrebatadamte
de dha villa con la noticia que tuvieron del sitio de Briuega y lo llebaron
entre sus tropas por lo que le Considero ser atendido de la piedad de su Magd.
Molina y diciembre diez y seis del mil setecientos y diez = Dn
Joseph de Vallejo.
Solicitud
de Manuel Morterero:
Manuel
Morterero vezino de la villa de Algecilla y natural de la de Valdearenas ante
Vm parezco y digo que a mo Dro combiene hazer Informazion en esta villa como en
el año de setecientos y seis segui y servi en las tropas de Su Magd
que Dios guarde en aquel tiempo que estuvieron en Sopetran, Jadraque hasta q. levanto
el Campo donde por mi dirección y saber la tierra y guía a muchas partidos y
destacamentos se hicieron muchas presas al enemigo. Y en este presenta hacer
andado en el Destacamto que comandaba el Coronel Dn
Joseph de Vallejo hasta que paso a la Mancha y en el dho tiempo haver servido
de guía y por mi dirección haver cojido dos correos y haver por mi hecho muchos
Prisioneros y muertos a los enemigos, como también haverme preso los enemigos
en esta villa de Mandayona y llevarme a la de Zifuentes donde me dieron
tormento y me sentenciaron a horca donde lo hubieran executado ano haver salido
precipidadamente a socorrer la Plaza de Briguega y hallándose a su frente ntro
Campo donde se dio la Batalla me pusieron en sus líneas para que pereciera y
habiendo tenido la fortuna de que venciesen nras Armas en su retirada escape
entre su Carruaje hasta incorporarme con nuestras tropas Y también haver perdido
en dho servicio dos caballos y armas mias propias como también haverme saqueado
los enemigos dos casas una en la villa de Algezilla y otra en la de Valdearenas
y haver dado Decreto en la de Zifuentes en su Junta de Guerra de quemarme la
casa con perdida de mas de dos mil ducados y en dha prisión haver gastado mas
de Ducientos doblones y que todo esto ha sido por fiel Vasallo de S. Magd
pues intentaron los enemigos falsear mi lealtad con promesas y dadivas
haciéndome partidos ventajosos que no quise admitir por conservarme leal a nro
Rey y por de todo lo qual a Vmd pido y suplico examine los testigos
que la pareziesen de esta Villa al tenor de esta Peticion y hecha me la mande
entregar para presentarla donde me combenga que es Justicia. Manuel Morterero.
Escrito
de apoyo del Conde de San Esteban de Gormaz:
Muy s. mio. Manl
Morterero vecino de Argecilla portador de esta hasistio a Vallejo con las
noticias de los enemigos por cuyo valor estuvieron para aorcarle y teniendole
atado pudimos ponerle en libertad despues de la Batalla hadado Memorial a S.
Mgd y se le remita a VExa y asi estimar que VExa la espen sus labores y a mi
repetidos precudos en que ejercitar mi rendida obediencia como deseo y necesito
Siguenza y Dicieme de 1710.
Sr.
Exmo aseguro a VEa que este portador es hombre que merece
toda atención porque ha serbido bien a el Rey avisando a Ballejo en muchas
ocasiones ha estado en gran peligro que
le aorcasen los enemigos. Exmo Sr. R.L.M. CAVE Su mas
rendido seror. Conde de Sn Esteban de Gormaz.
Escrito
de apoyo del Conde de Pliego:
El dador desta
el Manuel Morterero natural de la Villa de Val de Arenas y vecino de la de
Argecilla y uno de los primeros caudales della quien sea señalado en todo su
posible en el servicio del Rey estando en sus vecindades los enemigos y
saqueada su casa y hada en el año de 706 y en presente por como consta de los testimonios
que lleva y habiendo estado dos veces su vida arriesgo de horca y dadole
tormento en la villa de Zifuentes y haver tenido la honrra de haver ospedado al
rey en su casa el dia catorce deste mes y deseando por todas las expresadas
razones y servicios de leal vasallo y lo que…
Escrito
de apoyo del Príncipe de T´Serclaes-Tilly:
Señor mio,
Manuel Morterero que pondrá esta en manos de VEa ha presentado al
Rey un Memorial pidiendo le haga SM Noble en atenzion a lo mucho que ha
padezido por leal vasallo haviendo estado preso diez y ocho días en Zifuentes
en cullo tiempo le dieron los enemigos tormento y le hizieron otras extorsiones
el qual se ha remitido a Vea y siendo
este sujeto persona de mi maior estimación suplco a VEa
tome esta pretensión bajo su proteczión aplicandole toda la grazia posible no
dudando yo en lo mucho que siempre me ha faborezido VEa tendrá el
bien exito que deseo a que quedare con el reconocimiento debido como lo
experimentara VEa en quantas ocasiones se le ofrezcan de su agrado
Dios que a VEa mus años deseo, Campo Real de Siguenza, 22 de dize de
1710. El príncipe de T´Serclaes-Tilly.
[1] Catastro del Marqués de la Ensenada. Respuestas Generales
correspondiente a Valdearenas (1752)
[2] Archivo Histórico Nacional (Madrid). Sig. Consejos: 8952, N.10;
4477, N.31
[3] Gilard, Céline. Héroes y guapos: la Guerra de Sucesión española en
los pliegos de corde. Université de Poitiers.
[4] Lafuente y Zamaolloa, Modesto. Historia General de España. Tomo 9.
Página 382 y ss. Madrid, 1862.
[5] Testifical de Juan López, vecino
de Miralrio.
[6] Brihuega: Villa de la provincia de
Guadalajara, en la que acamparon las tropas inglesas del archiduque Carlos, y
que se rindieron al duque de Vendôme tras unas horas de asedio.
[7] Vicente Bacallar y Sanna, Marqués de San Felipe. Comentarios de la
Guerra de España e Historia de su Rey Fhelipe V, el Animoso. Génova, 172.
[8] Kamen, Henry. Felipe V, el rey que reinó dos veces. Ediciones Temas
de Hoy SA. Madrid, 2000.
[9] Blog-Web Memoria Histórica de Guadalajara: Cifuentes 1710. Post de 07.12.2010
(http://memoriadeguadalajara.blogspot.com.es/2010/12/cifuentes-1710.html)
[10] Fecha recogida en la
recomendación que a favor de Manuel Morterero realiza el Conde de Pliego el
mismo mes de diciembre de 1710, por lo que la fecha se puede considerar exacta.
[11] Albert-Octave de T´Serclaes Tilly (1646-1715). Sirvió en España a
partir del año 1703, cuando se convirtió en coronel de la Guardia Real. Le
hicieron Grande de España en 1705. Falleció en Barcelona en 1715. (Fuente:
Henry Kamen “Felipe V. El Rey que reinó dos veces”).
[12] José de Torres
Messia y Morales, Vizconde de Irueste: Regidor Perpetuo de la ciudad de
Guadalajara, fue uno de los pocos austracistas de la provincia, posiblemente
por su vinculación como caballerizo de doña Mariana de Neoburgo, viuda de
Carlos II, por lo que tras la derrota del aspirante austriaco fueron embargados
sus bienes, entre ellos su oficio de regidor, así como sus mayorazgos. No
obstante, el archiduque Carlos, ya como Carlos VI de Alemania, en 1718 le
concedió los títulos de Príncipe de las Torres y Marqués de Villamejor. Tras el
Tratado de Viena, Felipe V le recoció el título de Marqués de Villamejor. (Salgado
Olmeda, Félix: OLIGARQUÍA URBANA Y
GOBIERNO DE LA CIUDAD DE GUADALAJARA ENEL SIGLO XVIII. 1718—1788).
[13] Alcalde Ordinario: Autoridad judicial
municipal, designado por el ayuntamiento o por el señor jurisdiccional, que
conocerá en primera instancia los delitos ocurridos en el consejo, salvo
aquellos reservados a la
Corona.
[14] Corregidor: Desde el siglo XIV,
representante del rey en una población realenga con atribuciones militares,
judiciales, políticas y fiscales. A sus órdenes actuarán varios oficiales:
alguaciles, alcalde mayor, soldados, escribano. Normalmente se le añadirán
apelativos referentes a atribuciones jurisdiccionales especiales. Podrá ser
corregidor letrado (será entonces un licenciado universitario) o de capa y
espada (no tendrá titulación). Podrá tener un teniente, normalmente su alcalde
mayor.
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