jueves, 24 de julio de 2025

Que la tierra te sea leve, querida Lala

Con los años llega uno a comprender que en la infancia vemos el mundo como algo inmutable de personas y paisajes que están ahí, como si hubieran estado desde el principio de los tiempos. Son las pérdidas que van alcanzándote las que te llevan a descubrir que ese mundo infantil era, en el mejor de los casos, un fugaz espejismo que la vida va arrebatándote.

Soy un hombre afortunado. El familiar más cercano fallecido, Manolo, lo hizo siendo yo un recién nacido, y tardé varias décadas en comprobar que la muerte también llegaba hasta mi sueño infantil, poblado de padres, hermanos, tíos y primos.

Nos arrebató, uno a uno, a los más mayores, a Paquita, a Miguel, a Enriqueta, a Isaac, a Benito, a Justita, a Emilio, a Carmenchu, a Clemente, a Manoli, a mi padre, pero también a algunos de nosotros, a Maricarmen, a Justo, incluso a la pequeña Cristina, que por derecho debía habernos sobrevivido.

Hoy has partido tú, Lala. Eras otra de esas personas que siempre estuviste allí, en el bosque Diplomático, en el Gorriti, en Punta Cires.

Estabas allí, detrás de esa malla metálica que separa el patio infantil de los mayores de bachillerato, cuando te reíste junto a tus amigas cuando dije “No cabo” al intentar atravesar la valla que nos separaba. Aún recuerdo la ira que me embargó en aquel momento.

Nos llevábamos nueve años, y un género de diferencia (los chicos con los chicos, ya sabes...) por lo que Iñaki y Javier tenían más presencia en mi vida que tú, que Arancha y o que Pili. Pero no puedo dejar de recordar aquellos días sin verte ahí, siempre presente, hasta que te fuiste a estudiar fuera.

Fuiste protagonista, y te has ido sin saberlo, de un momento del que siempre me sentí muy orgulloso. Fue en sexto, creo recordar, cuando hiciste las prácticas en el Ramón y Cajal. Mi madre me dijo: En clase Lala será tu maestra, no tu prima. Y allí estuve, comedido, sintiéndome grande al no demostrar a nadie que la joven profesora era mi prima.

Luego la vida nos alejó y nos volvió a acercar, como esas olas mansas que había en la playa cuando no corría el levante.

Tu trabajo, nuestro retorno, y nuestras vidas impusieron un abismo espacial, que nunca sentí que nos volviera desconocidos.

Las redes nos llevó a recuperar una cotidianeidad que no tuvimos ni siquiera durante aquellos años de la infancia y la primera juventud, falsa sin duda, pero que nos permitía saber que aquella infancia existió, que ese mundo seguía ahí, en La Haya, en bulevar de París, en San Francisco. En esos largos domingos, en aquellas pequeñas multitudes familiares.

A penas nos vimos tres de veces en los últimos años, despidiendo a nuestra querida Justita, aquellos días que pasaste en nuestro piso después del homenaje al abuelo Justo en el cementerio de Écija, y el penúltimo verano, cuando ya habías recorrido un largo campo de la enfermedad que finalmente te nos ha arrebatado.

Pero siempre sentí esa misma confianza, esa cercanía vital y emocional que nunca sabré si era real, pero que para mí valía todo el oro del mundo.

Ya no estás. Y sería egoísta por mi parte querer parecer que seré el que más te extrañe. Pero, créeme, contigo se va un trocito de mi paraíso infantil, el que siempre será nuestro verdadero reino.

Que la tierra te sea leve, querida prima.

 

sábado, 19 de abril de 2025

EL FIN DEL “SIGLO AMERICANO” - Capítulo 1: El brexit y los aranceles de Trump, la huida hacia adelante de las élites neoliberales

 

Los aranceles de Trump sigue la misma lógica que el brexit: la huida haca adelante de un neoliberalismo que muestra su fracaso en las sociedades que lo vieron nacer. Un post neoliberalismo que en el caso de Estados Unidos pone punto final al “siglo americano” que comenzó en 1945.

De todos los análisis que he leído en los últimos meses sobre la política arancelaria impulsada en su segundo mandato por parte del presidente de Estados Unidos de América, Donald Trump, ninguno establece una relación causal entre el brexit y la política comercial del mandatario estadounidenses.

En una reciente entrevista en eldiario.es, el politólogo francés Pascal Boniface declaraba certeramente que “Trump no es sólo un imbécilque se enfada, hay un proyecto político detrás”, es decir, que más allá de su histrionismo narcisista, el “trumpismo” configura un nuevo proyecto político que desborda al neoliberalismo de Milton Friedman.

Y es que desde principios del siglo XXI, incluso desde ámbitos neoliberales se ha tomado conciencia del fracaso del contrato social neoliberal que impulsaron Ronald Reagan y Margaret Thatcher, en Estados Unidos y Reino Unido, respectivamente, y que arrastraron al resto del mundo.

Cualquier contrato social es una promesa de más riqueza y bienestar, al que a veces se une los conceptos de justicia y libertad. Su incumplimiento supone el fracaso del mismo, e inevitablemente provoca la respuesta social que lleva a su derrota. Esto fue, en definitiva, lo que ocurrió en la Unión Soviética, cuando el contrato social soviético fue incapaz de ofrecer los niveles de bienestar que había prometido.

¿En qué se basaba el contrato social neoliberal? Fundamentalmente que la desregulación, las bajadas de impuestos, la reducción del Estado (a solo el ejército y el sistema judicial, defendía Friedman), la libertad de movimientos de capitales y la globalización provocaría un aumento de la productividad de la economía y la bajada de la inflación. Un círculo “virtuoso” que efectivamente aumentaría la riqueza de las élites para que a la postre, cual “lluvia fina”, terminara empatando de riqueza a toda la sociedad.

Tras los años 70 y 80, con altas tasas de inflación y destrucción de empleo por la crisis del petróleo, las propuestas neoliberales fueron parcial o totalmente aceptadas, no sólo por las fuerzas de derechas y conservadoras sino también por parte de las fuerzas de izquierda, socialistas e incluso comunistas, resumida por Deng Xiaoping, presidente en aquella época de la República Popular China, en la famosa frase “Gato negro, gato blanco, que más da si caza ratones”.

La primera parte del axioma se cumplió: la bajada de impuestos, el desmantelamiento de los Estados y la deslocalización industrial de la globalización contribuyó a una mayor riqueza de las élites. Pero para el conjunto social los efectos positivos fueron parciales y sólo al principio.

En Reino Unido, donde se inició la revolución “neoliberal”, la venta de las viviendas públicas a sus alquilados por los gobierno de Thatcher y Major, por ejemplo, generó un falso espejismo a cientos de miles de familias trabajadoras que pasaron a ser “propietarios”. O la venta de acciones de las empresa públicas a las clases medias y populares creó una supuesta nueva clase de accionistas obreros, que de alguna forma resonaba en sus mentes como la marxista toma de los medios de producción por parte de la clase obrera.

Pero la realidad es que la constante bajada de impuestos en el Reino Unido durante décadas significó la degradación de los servicios públicos hasta niveles insostenibles y las fracasadas privatizaciones como la de los ferrocarriles se han convertido en una trampa de precios altos y servicios ineficientes. Además, la deslocalización de las industrias y las políticas antisindicales, provocó una bajada salarial brutal y la desertificación de las otrora fundamentales zonas industriales del Reino Unido.

La respuesta natural habría sido un movimiento contrario: aumento de impuestos a los más ricos, más regulación estatal y mejorar la capacidad de negociación de los sindicatos, para provocar el aumento salarial.

Pero previsoramente, las fuerzas conservadoras “inventaron” un enemigo externo sobre el que cargar las culpas y fracasos de las políticas neoliberales: la Unión Europea. Desde ese momento, el problema no era la insuficiencia fiscal del Estado tras cuarenta años de bajadas de impuesto, el abuso de las élites tras la desaparición de las regulaciones que protegían a las clases trabajadoras, ni la depredación de los enormes capitales que cuales mangostas llegan, explotan y abandonan el territorio tras esquilmar todos los recursos. No, el problema era una Unión Europea que “robaba” al Reino Unido y unos inmigrantes que se aprovechaban del Estado de Bienestar británico. Y consiguieron que una parte importante de los antiguos votantes laboristas apoyaran el Brexit.

En Estados Unidos, la situación económica a partir de la crisis de 2008 era mucho peor que la del Reino Unido. La triada que lleva al desastre a la gran república, ha sido los crónicos déficit debido a la brutal bajada de impuestos a las grandes fortunas, el consiguiente aumento desmesurado de la deuda pública y un gasto en la maquinaria de guerra claramente desproporcionada para un mundo donde ya no había enemigos.

Datos escalofriantes de la situación de Estados Unidos es la tasa de mortalidad infantil, en el puesto 56 según el Banco Mundial (2023), con países por delante como Rumanía, Sri Lanka, Macedonia del Norte, República de Corea, o Bielorrusia, por ejemplo, cuando es el cuarto país del mundo por gasto sanitario por habitante (2022, Banco Mundial), y siendo los tres primero, por este orden, Afganistán, Tuvalu y Nauru.

En cuanto al gasto en defensa, Estados Unidos gastó en 2023 un total de 861.633 millones de dólares, un 7,18% más que el año anterior, representando el 3,34% de su PIB. Por contra, en infraestructuras, Estados Unidos gastó en 2019 el 2,5% de su PIB, frente al 4,2% que gastó en la década de 1930. En 2017 se publicó que “2.000 presas podrían romperse, 56.000 puentes al igual que dos de cada diez calles están en mal estado. Para cada hogar estadounidense los costes de los baches, las desviaciones, las obras y los costes por trenes que no funcionan, ascienden a 3.400 dólares anuales”. El plan bipartidista de infraestructuras de Biden de 2021, ha mejorado algo la situación pero aún se calcula que hacen falta “3,7 billones de dólares durante una década” según el informe de 2025 de la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles.

¿Cómo es posible que esta precariedad de las infraestructuras de Estados Unidos si de 1980 a 2023 se ha pasado de una deuda del 41,18% del PIB al 118,73%? Pues a que toda esa deuda, realmente inmanejable, se ha utilizado en compensar las rebajas de impuestos y el aumento de la maquinaria de guerra.

Además, las multinacionales y los grandes fondos de inversiones se han beneficiado durante décadas de la desregulación y la globalización, deslocalizando la industria a países con salarios más bajos, fundamentalmente México y Asia. Es decir, el déficit comercial estadounidense es provocado por la estrategia neoliberal de sus propias empresas para maximizar sus beneficios.

Es lógico que la sociedad norteamericana, como la del Reino Unido en la década pasada, esté claramente preocupada por su futuro. La solución pasa, naturalmente, por una mayor regulación pública, mayores ingresos fiscales para reducir el déficit, gastar mucho menos en la maquinaria de guerra y más en infraestructuras civiles, construir un sistema sanitario al estilo del de Canadá o el de los países de la Unión Europea, y mejorar la capacidad de negociación de los sindicatos para aumentar los salarios. Es decir, hacer una enmienda a la totalidad al proyecto neoliberal de Ronald Reagan y apostar por un proyecto socialdemócrata como el de Franklin D. Roosevelt.

Así lo reconoció Francis Fukuyama, quien afirmó en 2018 que “los neoliberales fueron demasiadolejos. Ahora hacen falta más políticas socialdemócratas”.

Pero eso sería reconocer las mentiras del pasado y obligar a las grandes multinacionales norteamericanas, a los grandes fondos de inversión y a las élites a devolver ingentes recursos esquilmados durante décadas. La respuesta del neoliberalismo estadounidense ha sido mutar para proteger la enorme riqueza conseguida de forma espuria.

Ahora el problema es el “globalismo” supuestamente “woke”, todo un acierto de la ingeniería neurolingüística para ocultar lo evidente: que la “globalización” neoliberal es uno de los responsable de la deslocalización industrial norteamericana y la desaparición del empleo industrial.

Al igual que en el Reino Unido se inventó un enemigo, la Unión Europea, para justificar el brexit, en Estados Unidos se han inventado que el mundo entero es el enemigo, con frases como “el mundo nos roba” y justificar así uno de sus instrumentos estrella: los aranceles.

Estos fuegos de artificio impiden reparar en lo principal: el proyecto presupuestario presentado al Congreso por Trump, que reduce los impuestos en aproximadamente 5 billones de dólares, y añadirá aproximadamente 5,7 billones de dólares a la deuda del Gobierno federal durante la próxima década.

Tras la reciente reunión con primera ministra italiana Giorgia Meloni, Trump declaró que “No tenemos prisa (…) los aranceles nos están haciendo ricos” añadiendo que “perdíamos mucho dinero con Biden (…) y ahora todo ha cambiado” añadiendo que Estados Unidos está “recibiendo billones y billones de dólares” como resultado de los aranceles comerciales globales impuestos a países como China y Canadá.

La realidad es que según datos del Departamento del Tesoro, se sugiere que los ingresos por aranceles son muy inferiores a los necesarios para compensar los efectos de la extensión de los recursos de impuestos.

Pero es que en el caso de que lo hicieran, significaría un nuevo expolio de la sociedad norteamericana, ya que los aranceles son impuestos que paga la sociedad no para mejorar la situación, extremadamente deteriorada, sino para aumentar los beneficios de las grandes multinacionales, los grandes fondos de inversión y las élites.

domingo, 13 de abril de 2025

De Málaga a Vélez de la mano de Antonio Ponz (siglo XVIII)

 

El besijero Antonio Ponz Piquer, sacerdote y pintor del siglo XVIII, formado artísticamente en Italia, publicó una serie de libros de viaje por España y Europa, en los que además de poner en valor nuestro país, denunciaba sus carencias y ofrecía propuestas para superarlas.

Posiblemente Antonio Ponz Piquer nunca imaginó que el encargo real de inventariar en Andalucía los bienes artísticos de los jesuitas expulsados por decisión de la corona, diera lugar a una de las obras más espléndidas de la Ilustración española, sus cartas de “Viages por España”, un total de 17 volúmenes, a los que hay que añadir el 18, finalizado por su sobrino, en el que habla de su paso por la Axarquía malagueña.

Al fabuloso inventario artístico (que lamentablemente sirvió a las tropas napoleónicas para el saqueo artístico de España), Ponz le unió detalladas descripciones sobre la agricultura, la industria, el paisaje y las infraestructuras, lo que convierte su obra en una referencia para comprender la España de la segunda mitad del siglo XVIII.

Por desgracia, la descripción de la Axarquía en su libro XVIII es muy parca, dando cuenta de ello el mismo abate:

Tenga V. entendido, que en todos los Pueblos de esta ruta hasta Granada, de donde escribo, he hecho poquísima detención ; sumamente enfadado de sus ruines posadas , é impaciente por dexarlas quanto antes. Por tanto no será mucho lo que me detenga en darle noticias agradables.

Y es que la posada de Vélez Málaga le resultó especialmente aborrecible:

La posada de Velez Málaga es de lo peor que yo he visto : cosa vergonzosa en una Ciudad de dos mil vecinos, como dicen que es esta , lo qual, como tantas veces hemos hablado, procede de la errada máxima , perjudicialísima á la humanidad , de que haya de ser deshonroso recibir de oficio al forastero

Sobre la descripción entre Málaga y Vélez, Ponz dejó escrito:

Las cinco leguas que cuentan desde dicha Ciudad á la de Velez-Málaga, llamada Menoba en otro tiempo , me parecieron demasiado largas, así por lo desamparada que está de Pueblos toda esta distancia , como por lo incómodo que también es el camino , y en algunas partes perverso. Lo mas de él es costa de mar, con algunas torres ó atalayas de trecho en trecho , y dos casas fortificadas para guardacostas. Se descubren dilatados viñedos en las lomas que se quedan á mano izquierda, y también se pasa por entre algunas frondosas huertas , particularmente en las cercanías de Málaga.

Como publiqué anteriormente, la costa del reino de Granada fue objeto de un despoblamiento forzoso durante la guerra de las Alpujarras, para asegurar que los piratas berberiscos y la armada turca no pudieran apresar a cristiano, ni que los cristianos “nuevos” (moriscos conversos) favorecieran la invasión. Sólo las dos casas fortificadas a las que hace referencia Ponz, el castillo de Bezmiliana (en el Rincón de la Victoria) y el castillo del Marqués, en Valle Niza, construidos pocos años antes, cambió la comarca favoreciendo un gran des3minado, como el de Benajarafe.

Como pie de nota a éste párrafo, su sobrino añadió:

Después que se escribió esta Carta se ha sabido , que se ha construido un nuevo y muy comodo camino desde Málaga hasta Velez-Málaga , cuya importante obra ha dirigido el Ingeniero Don Domingo Belestá.

Domingo Belestá y Pared fue un ingeniero militar español, fallecido en 1819 a la edad de setenta y siete años, que trabajó en proyectos como el canal de Campos, un ramal del canal de Castilla, el paseo de la Explanada de Barcelona, o la defensa de Cádiz, además del camino de Málaga a Vélez a finales de la década de los 80 del siglo XVIII. Posiblemente el puente existente junto a la torre del Jaral (entre Valle Niza y Almayate) sea parte del proyecto de Belestá.

martes, 7 de noviembre de 2023

El fin de una historia de 137 años.

 

Justo e Isabel, con sus hijos Justita, Carmenchu, Benito y Manolito, en Écija.

El 23 de agosto de 1886, nacía en Trijueque, una pequeña localidad de Guadalajara, Justo José Morterero Felipe, hijo de Benito Morterero de Agustín y Crisanta María Felipe Pajares, medianos propietarios de la comarca de la Alcarria. Con su natalicio se iniciaba lo que luego sería un feliz matrimonio y una prole numerosa.

Pocos años después, el 12 de junio de 1894, nacía en La Palma del Condado, provincia de Huelva, la niña Isabel del Pino Díaz, hija del entonces sargento de Carabineros (jubilado como segundo teniente) Manuel del Pino Ponce, y de María Díaz López.

Justo e Isabel se conocieron en Ceuta. Justo, después de estudiar magisterio en el Instituto de Guipúzcoa, se había trasladado a la ciudad de las siete colinas para trabajar con su hermano Jesús Morterero, propietario de la Joyería Morterero (que luego compraría Epifanio Hernández, transformándola en la Joyería “La Esmeralda”). Por su parte, Isabel se había trasladado a Ceuta a principios de la década de los años 20, junto con su padre y hermanas, una de ellas Rafaela, casada con Emilio Millán Rivero. La razón fue que Emilio, auxiliar de farmacia ugetista, fue uno de los líderes de la huelga general del comercio de Málaga de 1919, que tras fracasar fue vetado laboralmente en toda la zona, por lo que tuvieron que emigrar, eligiendo como destino la española ciudad norteafricana.

De aquel encuentro entre Justo e Isabel surgiría lo que sus hijos describían como una adoración entre ambos, un rápido matrimonio, en 1921, y el nacimiento de una nueva saga con María Crisanta (que todos conocían como Justa o Justita), Carmen (familiarmente conocida como Carmenchu), Benito, el pequeño Manolito (que tras el asesinato de su padre empezaría a ser llamado Justo) y Marisa, la pequeña que murió y fue enterrada en tierra santa de Rebollosa de Hita.

Pero esa historia, nacida en 1886, tendría un grave suceso, cuando Justo fue asesinado por orden del felón Queipo de Llano en agosto de 1936, a un día antes de cumplir los 50 años, en Écija, donde ejercía de maestro nacional afiliado a la FETE, por el terrible delito de ser un buen padre, un buen esposo y un buen maestro, como escribiría su viuda a su hermana Carmen, y que la censura militar franquista no se atrevió a tachar.

Isabel, Isabelita como le llamaba su marido Justo, fallecería el 1 de septiembre de 1952.

Pero esa historia aún le quedaban muchos frutos. Ya en Ceuta, Carmenchu conocería a Clemente Cerdeira García de la Torre, con quien tendrían seis hijos, Clemente, Maribel, Maricarmen, Justo, Alfonso y Marién. Benito se casaría con Pilar, matrimonio del que nacerían cinco hijos, Lala, Javier, Arancha, Pili e Iñaki. Y Justo se casaría con Carmelita, con quien tuvo siete hijos, Justo, Rafa, Maricarmen, Maribel, el pequeño Jesús que no llegaría a sobrevivir, Pablo y Dani. Justita, por el contrario, sería la tía a la que todos adorarían, y que tuvo tres hijos postizos en sus ahijados, Maribel Cerdeira, Javier Morterero y Pablo Morterero. Como ella decía, a quien Dios no le da hijos, el diablo le da sobrinos.

Luego, la vida fue cumpliendo su destino, y fueron falleciendo Benito, Justita y Carmenchu.

Este domingo 5 de noviembre de 2023 falleció el pequeño Manolito, a la edad de 96 años, en las soleadas tierra del lugar de Benajarafe, villa de Vélez-Málaga, obispado de Málaga y reino de Granada, cerrando esa preciosa historia de amor que nació 137 años antes.

Que la tierra te sea leve, papá.


viernes, 18 de agosto de 2023

Antonio Escuin Lois, el nombre y la cara del asesino

 

Antonio Escuin Lois, fuente www.todoslosnombres.org

Han pasado más de ocho décadas, pero la verdad no entiende de tiempo. Hoy sé el nombre de uno de los asesinos de mi abuelo, y quiero gritarlo: Antonio Escuin Lois.

El pasado 18 de julio se cumplió 87 años del alzamiento de una gran parte del ejército español (no todo él) contra el gobierno legítimo presidido por Santiago Casares Quiroga, que a la postre fue un levantamiento contra la II República.

A nivel personal, cada 18 de julio comienza una sucesión de emociones que termina el 23 de agosto, aniversario del asesinato de mi abuelo, Justo José Morterero Felipe, en Écija, por bando de Guerra.

Durante muchas décadas, no supimos nada de los asesinos de ese buen padre, buen esposo, buen maestro en palabras de viuda, mi abuela Isabel del Pino. En casa solo se comentaba que los que dispararon a mi abuelo habían sido alumnos suyos anteriormente, lo que sin duda añadía más horror a la historia.

Sabemos que cada asesinato en la Andalucía ocupada por las tropas rebeldes aplicando el tristemente famoso Bando de Guerra fue ordenado específicamente por el genocida Queipo de Llano. Como recoge José María García Márquez, solo consta un asesinato que no fue ordenado por el felón, y su autor, un falangista, fue duramente castigado. En la Sevilla de agosto del 36, nadie moría violentamente si no era por voluntad del abominable Gonzalo.

Pero construir la cadena de acontecimientos que llevaban al ex militar (fue expulsado del Ejército español ese mismo mes por el Tribunal Supremo) a ordenar cada asesinato, es complejo

Aunque poco a poco, y gracias a ese movimiento memorialístico que tanto horroriza a las derechas españolas, jerarquía católica incluida, vamos descubriendo algunos de esos procedimientos.

En el caso de los asesinatos de Écija, la localización de un expediente judicial gaditano ha permitido saber que existió una junta en la localidad, que proponía las personas que debían ser asesinadas.

El 23 de diciembre de 1939, el entonces comandante Antonio Escuin Lois, compareció ante un juzgado gaditano en relación al asesinato del maestro de la provincia de Córdoba Vicente Alvanez (sic) Pastor.

Escuin, capitán de la Guardia Civil en aquel terrible verano del 36, se hizo famoso en Écija y su comarca por su participación en la sangrienta represión ejercida por las fuerzas rebeldes tras el 18 de julio, como en los asesinatos de El Rubio, Marchena y Puente Genil. Y años después sería sancionado militarmente por un turbio delito de contrabando de tabaco en Sevilla.

En su declaración, Escuin manifestó en 1939

Que para llevar a cabo cualquier ejecución, de individuos peligrosos en los dias críticos que se atravesaba en la España Nacional, se acordaba su ejecución, en reunión de las Autoridades de Ecija, compuesta por el Comandante Militar de la Plaza, un Capitan del Depósito de Recria y Doma, el Policia Señor Angulo y el que declara, y con arreglo a la peligrosidad del individuo, cargos y denuncia que contra él habia, se acordaba o nó su ejecución.

añadiendo que

… igualmente no los recuerda [el nombre] los de los dos Maestros ejecutados y el de que fué expulsado como igualmente la Maestra…

En 1939 Escuín no recordaba el nombre de mi abuelo, al que dio orden de asesinar. Pero nosotros, en pleno siglo XXI, no podremos olvidar su nombre.


viernes, 4 de agosto de 2023

Un asesinato nunca es agua pasada

 

En la versión televisiva de “El templete de Nasse-House”, protagonizado por David Suchet en el papel de Hercules Poirot, conversando con la anciana dama, anterior titular de la hermosa propiedad de Devonshire, le reprocha:

  • ¿Tan terrible como lo que pasó aquí hace cinco semanas? ¿Tan terrible como matar a una niña que solo tenía catorce años?

La anciana le responde enfadada:

  • Déjelo ya. Es agua pasada. Se acabó.

Entonces el detective belga le responde lapidario:

  • No, madame. Un asesinato nunca es agua pasada.

Y es cierto: nunca lo es.

Se proyecta a su alrededor y su eco resuena durante años, décadas, siglos, mientras hayan personas que fueron víctimas directas o indirectas.

Por eso es tan repugnante clasificar la importancia de los asesinatos, y de sus víctimas, en función del tiempo transcurrido, o en función de nuestra cercanía ideológica con los muertos.

Una repugnancia que aumenta cuando no parte de un individuo aislado, cuando no es una opinión personal, sino que se inserta en un discurso ideológico y político, para priorizar unas víctimas sobre otras, en función de su utilidad política en el presente.

El asesinato de una persona en el año 36 de manos de un pelotón de fusilamiento ordenado por Queipo de Llano es tan insoportable como el asesinato de Miguel Ángel Blanco por parte de ETA, el asesinato de Ana Orantes en manos de su marido, o el asesinato de Marta del Castillo. Todos ellos merecen nuestra compasión, y comprensión al dolor de sus familias, dando igual que hayan pasado hace 100, 50, 10 años.

Cualquier asesinato (incluso los “legales” en aplicación de la pena de muerte en algunos Estados) es insoportable.

Freidrich Schiller, en su opúsculo “Sobre lo sublime”, nos advertía que

Nada es tan indigno del hombre, pues, como sufrir violencia: la actitud violenta lo aniquila. El que la ejerce nos disputa nada menos que la humanidad. El que la sufre cobardemente se despoja de su humanidad.

Y si hay algo que me indigna sobremanera es la manipulación de aquellos que establecen una jerarquía de víctimas buenas y malas, que se burlan de los hijos y nietos de aquellos asesinados y asesinadas que buscan justicia, mientras exigen violentamente compasión hacia sus muertos.

Son los degenerados de siempre, los que están acostumbrados a utilizar a los muertos en su beneficio económico, los que históricamente se han lucrado con los asesinatos y la violencia.

Asqueroso, desde luego.


martes, 25 de abril de 2023

Visita de la reina Victoria Eugenia a Benajarafe

Victoria Eugenia con mantilla, por Joaquín Sorolla

En la pequeña historia de Benajarafe es bastante desconocida la visita que la reina Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII, realizó en 1926. Aquí recordamos dicho acontecimiento.

La costa de Málaga: la Riviera española.

Muchas personas piensan que la proyección turística de la costa malagueña fue un “invento” del franquismo. Si bien es cierto que el turismo europeo de veraneo llegó en los años 50 y 60, gracias a las políticas de los partidos socialdemócratas del norte de Europa que permitió a millones de familias trabajadoras disfrutar de un mes de vacaciones al año, la realidad es que las políticas turísticas en la provincia de Málaga empezaron muchas décadas antes, de cuando sólo viajaban las familias burguesas europeas, buscando climas templados durante los duros inviernos de la Europa septentrional.

En 1912 encontramos este artículo firmado por León Rollín en La Correspondencia de España, que hacía una apología de la provincia de Málaga como destino turístico invernal.

El autor escribía:

Yo he viajado mucho. Y digo sincera y honradamente que no he visto región que reúna tantas condiciones para ser una estación de inviero de primer órden como la que baña la bahía de Málaga.

La costa que se extiende, ondulante y bellísima, entre Torrox y Fuengirola es tan á propósito para la organización de la industrias del turismo, que desde este punto de vista no reconoce rivales.

El clima en ella es ideal. El termómetro á la sombra, oscila, durante lo smeses de noviembre á marzo, de los 20 á los 16 grados, y durante la noche, de los 12 á los 7.

Y Rollín añadía:

Tantas veces ha sido descrita la campiña malagueña; tantos poetas, novelistas y pintores dedicaron á ella su inspiración, su estilo, sus pinceles, que no me atrevo á aventurarme á descripciones nuevas de los montes de Málaga, de los encantadores pueblecillos que se llaman Álora, Fuengirola, Benagalbón, Benajarafe, Almayate, etc.

Recordaba solamente la impresión inolvidable que experimentara la tarde en que, con varios amigos, dejé pasar las horas como en un sueño, sentado en la peña que separa el conjunto de colinas donde se esconde Almayate, entre cañas y rosales, y el magnífico valle de Vélez.

Delante de nosotros extendíase una costa azul turquí, que se recortaba caprichosamente desde Torrox hasta Fuengirola.

Y compitiendo con ella en hermosura, el panorama del valle de Vélez se desarrollaba amplio y bellísimo, con sus tres líneas de montañas azuladas, moradas, bermejas, que escalaban los cielos y parecían clavar en ellos sus cumbres, cubiertas de nieve.

Y yo, viendo aquello, pensaba:

- ¡Qué magnífico decorado para una Riviera!....

Alfonso XIII visita Málaga.

Como nos recuerda el malagueño Carmelo Pellejero Martínez, en su artículo La política turística en la España del siglo XX: Una visión general,

Fue bajo la presidencia del liberal Montero Ríos cuando se inició la organización administrativa del turismo en España. Por Real Decreto de 6 de octubre de 1905 se creó una Comisión Nacional encargada de fomentar en nuestro país, y por cuantos medios estuvieran a su alcance, las excursiones artísticas y de recreo del público extranjero. […] El turismo español recibió un nuevo impulso oficial con la creación, por Real Decreto de 19 de junio de 1911, de la Comisaría Regia del Turismo y Cultura Artística, encargada de procurar el desarrollo del turismo y la divulgación de la cultura artística popular.

Pero no sería hasta los años 20 cuando en nuestro país se impulsó de forma significativa el turismo como una industria nacional. Por Real Decreto de 25 de abril de 1928 se creó el Patronato Nacional del Turismo, aprobándose distintos instrumentos para su fomento como fueron el Servicio de Crédito Hotelero, para estimular la construcción de hoteles; el Título de Establecimiento Recomendado, un marchamo de calidad turística; la Cámara Oficial Hostelera; una Guía Oficial turística; el Libro Oficial de Reclamaciones; así como la Red de Paradores y Albergues de Carretera.

La segunda mitad de la década de los años 20 supuso la inauguración de grandes hoteles en Andalucía, como los hoteles Alfonso XIII (Sevilla) y Atlántico (Cádiz) en 1929, el Hotel Príncipe de Asturias, más tarde Hotel Miramar (Málaga) en 1926...

En febrero de 1926 los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia visitaron la ciudad de Málaga, dentro de ese impulso de convertir la costa malagueña en un destino turístico invernal, para inaugurar el Hotel Príncipe de Asturias. Y no sólo fue el espaldarazo con la presencia real de aquel proyecto turístico malagueño, sino que el rey llegaría a manifestar a la prensa

que se hallaba encantado con el clima de Málaga, prometiendo que durante la cuaresma vendrá a ésta capital las Reinas doña Victoria y Doña Cristina, la Princesa de Axdir y el Príncipe de Asturias.

Y agregó: también vendré yo, especialmente durante la estación invernal a curarme los catarro.

La reina Victoria Eugenia visita Benajarafe.

No es de extrañar que algunos de los actos abordados durante la visita real se orientara a la promoción turística, de lo cual se harán ecos medios como El Telegrama del Rif, que recoge en su edición del 14 de febrero de 1926 la siguiente noticia:

LOS REYES PASEAN POR LOS ALREDEDORES DE LA CIUDAD.

Luego visitan los hospitales. Don Alfonso dice que vendrá a Málaga durante la estación invernal.

Doña Victoria dedicó gran parte del día a pasear por la carretera de Almería, llegando hasta Benajarafe, cerca de Vélez Málaga.

Al regresar a la ciudad, continuó el paseo hasta Torremolinos, no pasando por el pueblo de la Carihuela.

Acompañaban a Doña Victoria, los Infantes Don Carlos y Doña Luisa, la Princesa de Salm Salm y las Infantas Doña Isabel y Doña Alfonsa.

[…]

El Rey, después del almuerzo, efectuó una excursión en automóvil a los mismos lugares en que estuvo por la mañana su augusta esposa, llegando hasta cerca de Vélez Málaga.

Pero aquella visita no sirvió para que Benajarafe se uniera a los destinos turísticos europeos de invierno, y tendría que esperarse hasta finales de los años 50, para que el sr. Farnós Melgarejo, a través de la Urbanizadora Esperanza, SA, impulsara un completo proyecto turístico en el que se incluían una urbanización, La Esperanza, situada sobre terrenos de la antigua finca San José, un establecimiento hotelero (el Hostal La Esperanza), un club de tiro al pichón (en la carretera que sube a Benajarafe alto) e incluso un tentadero.

Pero ya enfocado al turismo veraniego que trajo la extensión de derechos laborales después de la Segunda Guerra Mundial.