miércoles, 31 de marzo de 2010

Una eficaz gestión socialista

Cuando la derecha se ve incapacitada para vender su política bajo el paraguas de la distrubución y la justifica social, suele echar mano de una supuesta eficacia y austeridad en la gestión.
Por eso, la publicación en DIARIO DE SEVILLA de una noticia sobre los fondos estructurales de la Unión Europea publicada tras un estudio elaborado por dos profesores de la Universidad de Cantabria llama la atención: “Escaso efecto en el resto de las regiones españolas - Andalucía fue la única región en la que los fondos redujeron las diferencias económicas”. En el mismo sentido, el artículo afirmaba “Una de las conclusiones más sorprendentes del monográfico publicado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) es que, salvo en Andalucía, los fondos estructurales apenas cumplieron con su función: reducir las diferencias económicas en Europa entre las regiones más pobres.”
Por lo tanto, podemos afirmar a grandes rasgos que la gestión de los fondos europeos por parte de la Junta de Andalucía ha sido no solo eficaz sino además la más eficaz y casi la única eficaz.
Esta noticia me ha recordado otra publicada en EL MUNDO hace un par de semanas titulada “Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid, las más endeudadas” en la que relacionaba el ranking con Cataluña 22.605 millones de euros, Comunidad Valenciana, la del inefable Camps con 14.330 millones y la de Madrid, presidida por la “popular” Esperanza Aguirre con 11.576 millones de euros. Por detrás se encontraba Andalucía, con 9.840 millones, Teniendo en cuenta que eran datos del Banco de España y que de las cuatro las dos más pobladas y con mayores competencias que atender eran Cataluña y Andalucía, en comparación la gestión de el endeudamiento de la Junta de Andalucía ha sido el más eficaz.
En el mismo artículo señalaba los ayuntamientos con más deuda de España que encabezaba el de Madrid, presidido por el “popular” Ruiz Gallardón con 6.762 millones (el 23,5% de toda la deuda de las corporaciones municipales de España); el de Valencia, con la “populosa” Rita, con 835 millones; Barcelona, con el socialista Jordi Hereu, con 753 millones; Zaragoza, con el socialista J.J. Belloch, con 752 millones; Málaga, con el “popular” Francisco de la Torre con 738 millones; cerrando la lista de las ciudades con más 500.000 habitantes, Sevilla, con el socialista Sánchez Monteseirín, con 522 millones.
Teniendo en cuenta la deuda por habitante, los ayuntamientos con mejor gestión de la deuda son los socialistas, y en el caso de Andalucía, con Sevilla con una deuda casi la mitad de Málaga. Eficaz gestión socialista.
Alguien puede alegar que las Comunidads Autónomas más endeudadas lo hacen para prestar mejores servicios a sus ciudadanos. En absoluto. Según el Informe de Evaluación de la Atención Primaria en las Comunidades Autónomas (Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública – FADSP- Mayo de 2007) calificaba la andaluza y la catalana como aceptable, y en cambio señalaba como regular la valenciana y con serias deficiencias la de Madrid. Para 2010 el gasto sanitario per cápita en Cataluña será de 1298,84€, en Andalucía de 1180,09€, en la Comunidad Valenciana de 1122,79€, y Madrid de 1108,14€ (fuente FADSP). Madrid roza la mayor renta per cápita de España, baja los impuestos y la inversión en salud, y aumenta su endeudamiento: ¿una gestión eficaz del PP? Comprendo la cara de pena que habitualmente nos muestra Rajoy por televisión, porque de sus feudos (Madrid y Valencia) solo puede mostrar despilfarro, endeudamiento y corrupción.
Con este post no pretendo describir Andalucía como un nuevo Jardín de las Hespérides, y como muestra de ello te recomiendo la lectura del Primer Informe sobre Desigualdades y Salud en Andalucía, con un diagnóstico claro no solo sobre el sistema sanitario andaluz sino sobre la propia sociedad andaluza y sus desigualdades.

martes, 30 de marzo de 2010

Ser gay no es sinónimo de ser inteligente.

Ni de ser idiota, ni de izquierda, ni de derechas, ni bueno, ni malo, ni santo ni pervertido. El buen dios fue muy democrático y maricones los hay en todas las familias. Recordé esta afirmación que hacía en los Jueves de COLEGA Sevilla, las reuniones semanales de la asociación durante mi etapa de miembro de su Ejecutiva, al ver el grupo de Facebook “Se puede ser gay y de derechas”.
La orientación sexual no se elige, pero sí puede desarrollarse, o no. Ser heterosexual, homosexual o bisexual no es una opción sexual, es una condición natural del individuo. Pero su práctica sí lo es. Tener relaciones heterosexuales, bisexuales u homosexuales es opcional, independientemente de la orientación sexual del individuo.
Los estudios obsesivos tanto de gays para explicar su orientación como de homófobos para detectar, eliminar o curar a homosexuales, han fracasado inevitablemente. Más éxito ha tenido la observación del mundo natural para detectar la existencia de relaciones homosexuales entre animales de diferentes especies. La conclusión es que en el mundo animal el sexo no está exclusivamente unido a la procreación, dándose en mamíferos, ovíparos, insectos, etc. relaciones afectivo-sexuales entre ejemplares del mismo sexo. Según Bruce Bagemihl se han observado este tipo de comportamientos en casi 1500 especies, desde primates hasta parásitos intestinales, y está bien documentado para unas 500 especies. Y, naturalmente, también en los seres humanos.
La heterosexualidad, la homosexualidad y la bisexualidad han estado presentes en toda la historia de la humanidad. Y se observa que las sociedades que más la han rechazado son las natalistas, es decir, las que priorizan su aumento constante de población como base de su expansión territorial. En cambio, en aquellas sociedades sin una apuesta natalista, la diversidad de orientación sexual ha sido respetada e incluso promovida.
En occidente las tres religiones monoteístas (judaísmo, cristianismo e Islamismo) han sido muy beligerantes contra la homosexualidad, especialmente la masculina. Odio hacia los homosexuales que heredó las ideologías conservadoras y de izquierda en el siglo XIX. Tan solo el liberalismo, que primaba la libertad del individuo, incluida la sexual, mostraba un mayor respeto hacia gays y lesbianas.
La Inglaterra victoriana, el comunismo (“acabando con los homosexuales acabaremos con el nazismo” afirmaba Máximo Gorki), el nazismo, el franquismo, etc. elaboraron leyes y estrategias para la persecución y la eliminación social de la homosexualidad… con evidente poco éxito pero con unos costes inmensos para millones de personas.
Rodríguez Zapatero tomó en su día una decisión importante, no exenta de controversia dentro del propio Partido Socialista Obrero Español: modificar el Código Civil para obviar el sexo de los contrayentes y así permitir el matrimonio de dos personas del mismo sexo. Con ello, España se convirtió, como afirmó ZP, en un país un poco más decente. Esta decisión pilló con el paso cambiado a la derecha política, mediática y sociológica española. La iglesia católica se asustó por el efecto contagio entre los países católicos mediterráneos e iberoamericanos. Y los y las homosexuales y bisexuales de derechas han tenido que inventar sobre la marcha una autojustificación moral para seguir siendo homosexuales, de derechas y poner a caldo a ZP. Como la que podemos leer en la página del grupo de Facebook: “Si, se puede, porque somos muchos, no todos los gays son de izquierdas, y seamos sinceros, la mayoria que voto a zapatero fue por lo de las bodas gays... La realidad es que con el PP todos viviamos mejor (sic)”. ¿Mejor como ricos o mejor como gays?
Excusatio non petita, accusatio manifesta. ¿Quién afirma que para ser gay hay que ser de izquierdas? Ni un solo documento, ni un solo escrito de los centenares que he leído sobre homosexualidad lo dice. Pero cuando observas que un partido realiza una apuesta fundamental por la igualdad mientras otro esconde su homofobia bajo el paraguas de la tradición y la familia, cualquier gay, lesbiana y bisexual no puede dejar de identificarte más con uno que con el otro. Y esta contradicción es la que lleva al gay de derechas a convertirse en homófobo. Es el mismo principio psicológico que llevó al senador Roy Ashburn, homosexual casado con una mujer y padre de cuatro hijos, a promover políticas homófobas en California. Ser gay no es sinónimo de inteligencia. Pero ser gay y sentirse cómodo en el PP, sí es sinónimo de idiotez.
Como curiosidad, te recomiendo un montaje titulado Hidden History colgado en Youtube con fotografías de parejas gays desde finales del siglo XIX.

lunes, 29 de marzo de 2010

¡Estúpido! La idiotez es bajar los salarios

Tradicionalmente, refranes, fábulas y dichos han sido en la cultura popular una buena herramienta para comprender el mundo. Su olvido es el primer paso para desarmarnos frente a los que no los olvidan.
Un refrán que los y las trabajadoras podemos recordar en estos momentos es aquel que dice que “a río revuelto, ganancias de pescadores”. Porque la crisis económica, lejos de suponer una experiencia terrible para todo el país es una fuente inagotable de oportunidades para los más “listos”, que bien manejada supone pingues beneficios. Los patronos (que no empresarios) lo están teniendo claro, usando la crisis económica para modelar en nuestro país un sistema económico y unas relaciones laborales a su gusto, obviando el pacto constitucional de la Transición (derechos laborales, negociación colectiva y libertad sindical a cambio de libertad de empresa y propiedad privada). A tanto han llegado que hasta el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha tenido que declarar nulos los despidos de siete trabajadores de Muebles Peralta pues la crisis económica que alegó la empresa no puede convertirse en "un simple medio para lograr un incremento del beneficio empresarial".
Pero el patrono Francisco Peralta no está solo. Aprovechando el río revuelto, se están escuchando declaraciones por parte de las organizaciones de patronos sobre la conveniencia de bajar los salarios para salir de la crisis. Hace un par de semanas, el presidente de la Cámara de Comercio de Madrid insistió en este aspecto. Según EUROPA PRESS, “Santos Campano también coincidió con el planteamiento del presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, respecto a la necesidad de una reducción de los salarios en España para fomentar la competitividad y el crecimiento de la economía” Así parece que afirmó: "Yo creo que es algo que se está haciendo en las empresas. Hay muchas empresas de los medios de comunicación que se han bajado los sueldos para poder mantener la empresa y en el momento en que volvamos a recuperar la normalidad, volverán a estar (los sueldos) donde tienen que estar. Por lo tanto me parece una medida muy acertada siempre que vaya a tratar de salvar puestos de trabajo".
¿A quién no le parece razonable hacer sacrificios si es para alcanzar un bien aunque sea futuro? Lo malo es que bajar salarios no es sólo un sacrificio para hoy sino un desastre para mañana.
Los economistas norteamericanos Bowles, Gordon y Weisskopf ya nos advirtieron del fracaso de la política económica de derechas en Estados Unidos, a pesar de los esfuerzos de los medios de comunicación y los lobby para convencernos de lo contrario. En su libro “Tras la economía del despilfarro. Una economía democrática para el año 2000”, publicado en España por Alianza Universidad en 1992, afirmaban “… sería necesario aumentar significativamente el valor real del salario mínimo, aplicar enérgicamente las medidas de lucha contra la discriminación e igualar los salarios elevando los más bajo”. ¿Qué lógica encierra esta propuesta? “unos elevados salarios contribuyen al crecimiento de la productividad no solo ofreciendo a los trabajadores una zanahoria, sino también obligando a los empresarios a modernizarse o cerrar
Los argumentos de la CEOE de bajar salarios se enhebra con la baja productividad de la economía española. Pero a esta afirmación podemos responderles con lo escrito por Bowles, Gordon y Weisskopf: “el principal problema de la economía norteamericana no son los trabajadores de baja productividad, sino los puestos de trabajo de baja productividad” y existen y proliferan “porque la abundancia de trabajadores de bajo salarios (a menudo víctimas de la discriminación o incapaces de ejercer sus derechos legales debido a que son inmigrantes) permite a las empresas de baja productividad obtener beneficios” ¿Te suena?
La “revolución” económica de Aznar en los noventa, que Rodríguez Zapatero fue incapaz de corregir a tiempo, lo que llenó España fue de empleos de baja productividad que ofrecían bajos salarios pero que permitía a las empresas beneficios escandalosos.
En estos momentos, bajar salarios en España lo único que serviría sería para mejorar los márgenes de beneficios de las empresas, desincentivando la modernización de nuestro aparato productivo o provocando su cierre para aumentar la inversión donde sí es posible generar empleos de gran productividad. Seguir las recomendaciones de la CEOE significa "premiar" al gestor incompetente frente al empresario responsable, primar a los accionistas avariciosos en contra de los accionistas responsables, y, en definitiva, condenar a nuestro país a un futuro sin futuro.

viernes, 26 de marzo de 2010

Cuando la crueldad es bella

Una noticia publicada recientemente me ha hecho recordar un relato leído en mi juventud y que podría adscribirse al abstracto campo de la literatura fantástica. En él se describía a un pobre perturbado mental acusado de asesinato que ante el olor de sangre humana entonaba con una voz fantástica las más hermosas arias.
El Rey define la fiesta de los toros como 'un mundo cultural y artístico fecundo'” titulaba El Mundo la noticia del parlamento del jefe del Estado durante la entrega de los Premios Universitarios y Trofeos Taurinos 2009 que concede la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.
Si soy sincero, debo reconocer que hasta el momento los alegatos de los defensores y los detractores de la que llamaban “fiesta nacional” me parecen de lo más pueril.
Como en la novela de mi adolescencia, que el resultado artístico de un acto atroz, como es la tortura planificada y consciente de un animal con sistema nervioso central, jamás puede ser un argumento válido para su defensa. El nazismo ya nos advirtió del peligro de cosificar a seres vivos, de transformarlos de tal manera que haga soportable su tortura sin sentir empatía por el que sufre. El toreo convierte al toro en una cosa, como un cuadro, un baile o una música, capaz de emocionar, de deslumbrarnos con su belleza a la vez que nos convence que una vez finaliza su fugaz vida, todo volverá a su lugar sin más daño.
Pero no. Una buena faena puede ser una danza hermosísima, un diálogo sublime de hombre y bestia. Pero finaliza con una muerte dolorosísima de un ser vivo que respira, que siente. Sabemos que el ser humano es capaz de crear belleza en medio de los actos más terroríficos, y muchos creadores se han acercado al personaje que crea arte a través de terribles crímenes con la pregunta ¿es justificable?
Claro que si justificar el arte de la crueldad me parece espantoso, justificar la fiesta de toros por su esencia nacional raya la estulticie más flagrante, que no es achacable ni a la LOGSE. Son tan idiotas nuestros conciudadanos carpetovetónicos que ignoran que las fiestas de toros si bien son plenamente españolas, no son cosa castellana, sino de moros, como bien decía Quevedo: “Gineta y cañas son contagio moro; Restitúyanse justas y torneos, y hagan paces las capas con el toro”. Al menos los tarados xenófobos deberían reconocer esta aportación, una más, del mundo musulmán a la cultura cristiana de occidente.
Claro que el sólo sufrimiento de una bestia, por duro que sea, no justifica una prohibición con tintes expeditivos. Nuestra cultura genera un maltrato constante a los seres vivos que los rodean. La mayoría de los ciudadanos de este país, ante noticias como la tortura de galgos, el abandono de mascotas en las calles y carreteras, la matanza de cobayas en manos de niños encargados de cuidarlos, encoge los hombros. Por lo tanto, prohibir la “fiesta” mientras toleramos tantos actos de barbarie no deja de causarme la impresión que se trata de una justificación moral: no soy malo puesto que me opongo a los toros.
Estoy seguro que nuestro país sería un poco más decente si finalmente las corridas de toros pasaran a ser recuerdo del pasado. No puedo compartir la justificación que provocar dolor conscientemente sea bueno o deseable. Pero no estoy seguro que la aplicación de iniciativas como la presentada en el Parlamento de Cataluña sea útil para que el ser humano sea capaz de convivir en armonía con el mundo que le acoge, le alimenta y le protege. Pero al menos es seguro que traerá más de bueno que de malo, ya que como el honor, como la decencia, no se puede comparar con el dinero.
No quiero dejar de aconsejar la lectura del texto de Mariano José de Larra titulado “Corridas de toros”, que nos muestra que la fiesta de los toros siempre ha sido rechazada por una parte importante de la sociedad española a través de los siglos, y que la Iniciativa Legislativa Popular no es cosa nueva ni de separatistas o antiespañoles. En todo caso, de gente decente, que hoy en día no es poco.

jueves, 25 de marzo de 2010

Cuando las Víctimas no son de nadie

Tenía la intención de no volver a dedicar un post a las víctimas del terrorismo tras varios de ellos publicados en los últimos meses, cuando este domingo me encontré con un artículo de EL PAIS titulado “Las Otras Víctimas” que versaba sobre los atentados terroristas de grupos paramilitares y de ultraderecha contra ciudadanos relacionados o no con la izquierda nacionalista vasca, en los años ochenta fundamentalmente.
Grupos como Triple A, Batallón Vasco Español, Grupos Armados Españoles y los tristemente famosos GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) se organizaron para hacer la guerra sucia al terrorismo de ETA: terror contra terror, violencia contra violencia.
No hay un terrorismo bueno y otro malo, ni siquiera más o menos justificable. La violencia ejercida de forma consciente, planificada y organizada para conseguir fines políticos es igual de repugnante se ejecute contra la población en general o contra elementos señalados de un poder institucional (militares, policías, etc.) o informal (terroristas).
Cualquier persona bien nacida debe estar en contra de cualquier acto de violencia, reconfortando a las víctimas. Por ello es tan execrable el ostracismo sufrido por las víctimas de ETA en el País Vasco como en el resto del Estado durante décadas.
Pero igualmente repugnante es mirar hacia otro lado con las víctimas, vascas o no, de los grupos paramilitares y ultraderechistas. Víctimas que independientemente de sus antecedentes, algunos sospechosos de pertenecer a ETA y otros simples ciudadanos que estaban en el lugar equivocado, a la hora equivocada, no dejan de serlo porque las consideremos buenas o malas personas.
Porque igual de repugnante es el asesinato de Melitón Manzanas, acusado de torturador y colaborador en su día de la GESTAPO, que los de José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, acusados de pertenecer a ETA. Pero mientras que al primero el gobierno de José María Aznar concedió la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo, los otros dos no han recibido ninguna reparación a pesar de que el Tribunal Supremo condenó a 75 años de cárcel al general Rodríguez Galindo por el secuestro y asesinato de ambos. Aún así, la familia de Lasa y Zabala fueron reconfortadas por los suyos, pero aún quedan muchas más que no han obtenido ninguna reparación o al menos una reparación suficiente. Hablamos de víctimas y familiares que no pudieron asistir al juicio de los asesinos porque no se investigó, se investigó deficientemente o no hubo voluntad de juzgarlos.
El PP quiere presentarse a la sociedad como la espada vengadora de las víctimas del terrorismo. Pero hay que reprocharles que sólo de las suyas. Para la derecha sociológica, política y mediática las otras víctimas no merecen ningún respeto, ni sus familias ningún consuelo. Y esto no solo desdora su actitud sino que la hace merecedora del mayor de los reproches morales.
Dado que se ha puesto de moda nombrar a las víctimas del terrorismo para que no se olvide, incluso en Palacio, me sumo a la apuesta informativa de EL PAIS y relaciono a continuación a las otras víctimas del terrorismo en España que como las víctimas de ETA, Al Qaeda, etc. merecen todo nuestra compresión y apoyo emocional a sus familias:
Iñaki Etxabe; Germán Aguirre; Norma Menchaca; José Antonio Cardosa; Josu Muguruza; David Salvador; Agurtzane Arregi; José Ramón Ansa; Antonio Contreras; Concepción Contreras; Anastasio Leal; Jesús María Etxebeste; Pablo Garayalde; Martín Merkelanz; José Ramón Beñarán; Enrique Álvarez; Jon Lopategi; Justo Elizaran; Jesús María Zubicarai; Felipe Sagarna; María José Bravo; José Miguel Etxeberria; Ángel Etxaniz; Miguel María Arbelaiz; Joaquín Antimasbere; Joaquín Etxeberria; Esperanza Arana; José Camio; Jean Pierre Haramendi; José Martín Sagardia; Francisco Javier Ansa; Xabier Aguirre; Tomás Alba; Carlos Saldise; Liborio Arana; María Paz Ariño; Pacífico Fica; Manuel Santacoloma; Ramón Oñaederra; Mikel Goikoetxea; Ángel Gurmindu; Vicente Perurena; Eugenio Gutiérrez; Jean Pierre Leiva; Xabier Pérez de Arenaza; Rafael Goikoetxea; Tomás Pérez Revilla; Christian Olaskoaga ; Santiago Brouard; Benoit Pecastaing; Xabier Galdeano; Emile Weiss; Claude Doer; Santos Blanco; Juan María Otegi; José María Etxaniz; Iñaki Asteazuinzarra; Agustín Irazustabarrena; Sabino Etxaide; Robert Caplane; Christophe Matxikote; Catherine Brion; Juan Carlos García Goena; José Antonio Lasa; y José Ignacio Zabala.

martes, 23 de marzo de 2010

In Memoria: Mª Crisanta Morterero (Justita)

A veces pienso que si algún lector, o lectora, ha tenido la paciencia de seguir los cuarenta post que he publicado en este blog habrá llegado a la conclusión de que soy un ateo comecristianos. Nada más lejos de la realidad. Hace poco comentaba a una amiga que a lo más que llego es a ser anticlerical, un comecuras al estilo decimonónico. Pero las personas que viven sinceramente su fe, aquellas que son coherentes entre lo que dicen creer y lo que viven en su vida cotidiana me merecen un sincero respeto.
Habiendo sido educado entre el catolicismo oficial y el crítico de mi familia, conozco lo suficiente de los grandes preceptos del cristianismo y del catolicismo (que aunque muchas personas no lo tengan claro se trata de dos cosas diferentes) para saber cuando se vive católicamente y cuando sólo se vive folclóricamente una seudofe más cercana a lo panteísmo herético que a la fe de Cristo. Por ello, la actitud de la jerarquía católica no solo no me merece respeto sino que me provocan un profundo desprecio moral.
En cambio, se convierte en sincero respecto y admiración hacia otras muchas personas que con humildad y sin temerarias certezas intentan vivir su fe en un mundo que constantemente les plantean dudas morales irresolubles. Una de esas personas que han vivido su fe de forma cabal fue mi tía y madrina María Crisanta Morterero, más conocida entre la familia y sus conocidos por Justita, recientemente fallecida.
Creo que la conocía todo lo bien que una persona puede conocer a otra, y no negaré que tenía sus defectos que ella misma no ocultaba. De sus labios escuché la historia de su negativa a tomar los hábitos cuando era joven porque no estaba dispuesta a obedecer a nadie, lo que apuntaba ya entonces hacia una flagrante trasgresión de las virtudes de humildad y paciencia. Y puede que la castidad practicada fuese más por no aguantar las órdenes de un marido que por su entrega a Dios.
Pero a lo largo de las seis décadas que vivió rodeada de más de dos docenas de sobrinos dio muestras admirables de compaginar su fe inquebrantable con el cariño hacia nosotros. Matrimonios civiles y homosexuales, divorcios, embarazos no deseados, y un largo etcétera de experiencias vitales de mis primos, hermanos y mía propia que le obligaba a dudar si anteponer sus propias convicciones morales y religiosas reprobando nuestro comportamiento, o darnos su cariño y amor mostrando confianza y respeto hacia nuestras decisiones. Estricta consigo misma y comprensiva con los demás, siempre optó por no juzgarnos según su fe, sino según su corazón.
Murió como vivió, mirando directamente a los ojos, sin evitarse un dolor o una incomodidad si era para dar muestras de su fe. Y sin dejar nunca de mostrar su cariño, su amor y su comprensión hacia los suyos, por muy lejos que sus vidas estuvieran de su fe católica.

jueves, 18 de marzo de 2010

Perdón

Una de las consecuencias de usar torticeramente las emociones en la política, puesta en boga por la derecha conservadora norteamericana a través de sus think tank, ha sido la perversión moral de las emociones.
Como ya he afirmado en alguna otra ocasión, uno de sus efectos más evidentes en la actualidad social y política española es la extraña, a la vez que perniciosa, promoción de las “víctimas” en el escalafón social. Prueba de ello es el “ascenso” de Juan José Cortés a asesor del Partido Popular en temas de justicia. “En concreto, trabajará con el primer partido de la oposición en la reforma del Código Penal que ha comenzado a tramitarse en el Congreso de los Diputados”. Como cualquier ciudadano en posesión de sus derechos civiles, al Sr. Cortés le es lícito asesorar, colaborar y participar en los proyectos que le dé la gana, donde le dé la gana, cuando le dé la gana. ¡Faltaría más!
Pero, ¿qué lleva a ser noticia el “fichaje” del Sr. Cortés por parte del PP? ¿Sus conocimientos jurídicos? ¿Su experiencia en los tribunales? ¿Acaso su conocimiento en el campo social de la reinserción de los presos? Mucho me temo que no, sino que lo hace en su condición de “víctima”, como si tal fuese una licenciatura o un doctorado. Es más, según EUROPA PRESS, expresó la necesidad de la cadena perpetua revisable, ya que cree que "va a ser muy efectiva para la sociedad española". Es decir, lo que pretende es trasladar su dolor de víctima a un texto legal.
El PP, el partido europeo de derechas que más ha “mamado” el ideario neoconservador de los Estados Unidos de América, pretende “contaminar” la elaboración de una ley con las emociones de un padre que ha sufrido una pérdida traumática. Con ello nos devuelve a la semítica ley del taliónojo por ojo, diente por diente” que creíamos superada tras la transición democrática.
Otro de los efectos perjudiciales que se puede observar en la sociedad por esa práctica de empapar de emocionalidad los razonamientos, lo observamos en la perversión del uso del término “perdón”. La DRAE define “perdonar” como “Remitir la deuda, ofensa, falta, delito u otra cosa”. Pero hoy se exige que las personas se disculpen por cualquier nimiedad, sin que exista deuda, ofensa, falta ni delito, simplemente porque ha hecho o dicho algo que ha molestado a un tercero.
Una prueba de hasta donde ha llegado el absurdo la tenemos en las declaraciones de Andrés Palop, guardameta del Sevilla FC, el cual, tras fallar la parada de un gol que supone para su equipo ser descabalgado de la Champion, se ha visto en la obligación moral de pedir perdón. La sorpresa llega hasta el titular de prensa que añade “La disculpa que nadie exigió a Palop” dando por hecho que no parar un gol podría ser causa suficiente en algún momento para exigirle a un guardameta pedir perdón.
Si alguien se siente ofendido porque un futbolista no alcance su objetivo de meter un gol o de evitarlo es señal que tiene alteradas sus percepciones de la realidad. Pero que socialmente se le exija a cualquier persona que pida perdón por expresar libremente su opinión demuestra que se está avanzando hacia un psicosis social grave.
Menos mal que no toda la sociedad está infectada de esta lacra. La Iglesia Católica Apostólica Romana, por el contrario, parece indemne a ella, y no solo no se le ocurre pedir perdón sino que tampoco admitir su responsabilidad por su participación en los hechos más deleznables. Es el caso del cardenal Seán Brady el cual, conociendo en 1975 los abusos sexuales cometido por otro sacerdote, convenció a los niños a que no dijeran nada. Esto sí parece encajar en los supuestos (deuda, ofensa, falta, delito) que requeriría pedir perdón. Pero no, no solo no dimite, si no que se justifica: “Hace 35 años el mundo era muy diferente. No teníamos dirección con que guiarnos, estábamos en territorio inexplorado. Ahora tenemos estándares mucho más altos y desde luego ahora no habría actuado de la misma manera en que lo hice entonces". Finalmente ayer, tras muchas presiones, Seán Brady pidió disculpas por su silencio, pero sin renunciar al cargo.
Absurdo mundo, donde un guardameta pide perdón por no parar un gol, y un cardenal se resiste a ello a pesar de obligar a dos niños a que callaran los abusos a los que les había sometido otro sacerdote católico.