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miércoles, 14 de agosto de 2019

¿Es posible hacer una crónica poética-bucólica de una violación? La prensa andaluza de 1901 pensaba que sí.



Afortunadamente, la sociedad española reaccionada cada vez con mayor contundencia contra la violencia hacia las mujeres. La insoportable crónica de los asesinatos de las mujeres de manos de sus parejas o ex, y las violaciones y agresiones sexuales, ya sean individuales o colectivas y sucesivas, nos lleva a pensar lo mucho que aún nos falta por conseguir para la plena igualdad de hombres y mujeres.

A veces, recuerdos de hace veinte, treinta o cuarenta años, como canciones, regulaciones legales o piezas periodísticas, nos demuestran que, a pesar de todo, se ha avanzado mucho.

Hoy quiero compartir una noticia publicada en la edición del 5 de octubre de 1901 del periódico granadino “La Publicidad” en relación a la violación de una joven veleña por parte de un hombre mayor.

Acostumbrado a las descripciones morbosas de este tipo de hechos por parte de la prensa más sensacionalista, no creía que pudiera escandalizarme más. Pero el tratamiento que el periodista de la publicación granadina, que se puede calificar de poético-bucólica, casi lo consigue.

Mezclar en la noticia de una violación expresiones como “bonita comedia”, "idilio", “galán” o “parlamentos dramáticos”, o referencias al dramaturgo Lope de Vega, es una muestra de la insensibilidad de la época para una tragedia como es una violación.

Aquí transcribo la noticia publicada:

XXXXXX XXXXX XXXXXX, joven de 20 años de edad, del partido de Benajarafe, se dirigió al pilar llamado de “Pepe Eusebio” con objeto de llenar de agua el indispensable cántaro que llevan todas las zagalas.

“Al pasar el arroyo…” bonita comedia de Lope de Vega Carpio, sucedió algo parecido á lo que ocurre en la regocijada trama del inmortal poeta madrileño, pues se presentó un galán viudo, por más señas, llamado XXXXX XXXXXX XXXXX, y después de decirla varios parlamentos dramáticos para convencerla, sin resultado, se aprovechó de la soledad de aquellos sitios para llegar al decenlace(sic).

La guardia civil y el juez de instrucción de Vélez se han encargado de escribir el epílogo de este idilio, deteniendo al galán del teatro antiguo en la cárcel.

sábado, 24 de diciembre de 2016

Las mujeres de los rojos, por fin, han conocido hombres de verdad



Manuel Muñoz Medina ha intentado justificar su acción, que sólo puede tacharse de violencia machista, como “broma de mal gusto”. En algunas noticias se ha llegado a insinuar como justificación el alto grado de intoxicación etílica que supuestamente embargaba al empresario y vocal de la Cámara de Comercio de Sevilla en el momento de su repugnante acción.

Mi primer pensamiento después de la repugnancia que sentí al leer la noticia, fue que si esto le había ocurrido a una política de primera fila, feminista y peleona, que sucederá con las trabajadoras de dicho empresario. Porque cualquiera puede llegar a la conclusión que, para este empresario, acorralar y violentar a una mujer es algo gracioso, una broma.

Pero luego recordé al infame Queipo de Llano (maldito sea esté donde esté) y sus discursos radiofónicos, cuando anunciaba a los cuatro vientos de las ondas que los legionarios enseñarían a las mujeres de los rojos que era un hombre, “y no castrados milicianos” para finalizar afirmando que “Dar patadas y berrear no las salvará”. Es decir, que resistirse a la violación no sería suficiente para evitarla.

Y mucho me temo que en este caso concreto, además de la naturaleza de violencia machista, el acto repugnante de Manuel Muñoz Medina oculta un vector ideológico: mostrar a una roja, esposa de un “miliciano castrado”, el alcalde de Cádiz en este caso, lo que es un hombre de verdad.

Y es natural que las enseñanzas de Queipo pervivan socialmente en una sociedad que no tiene la decencia de sacar de la basílica de la Macarena los restos de un genocida, patrocinador del asesinato en masa de más de 15.000 personas en la provincia de Sevilla fundamentalmente pero también de otras partes de Andalucía, autor intelectual de los asesinatos de García Lorca o Blas Infante.

Y es que no se trata de un hecho aislado, sino que lo hemos visto recientemente durante la investigación por violación de una chica madrileña en Pamplona supuestamente por varios jóvenes sevillanos, algunos miembros del ejército y de los cuerpos de seguridad del Estado.

Muchos aún en Sevilla comparte con Queipo y Manuel Muñoz Medina un poso social e ideológico, no solo de machismo violento, sino de desprecio a la dignidad humana.

Dios los cría.....

viernes, 6 de noviembre de 2009

Criminales católicos

Afirmar que en España la mayoría de los criminales (asesinos, violadores, pedófilos, ladrones, corruptos, etc.) son católicos es casi una obviedad. Ya sabemos, o por lo menos eso afirmaba la Iglesia Católica de mi niñez, que el bautismo imprime carácter, por lo que una vez recibida las “aguas”, ¡zas!, ya no hay quien te libre del catolicismo, ni tú apostatando, ni el Papa con la excomunión.
Por eso, si la mayoría de los y las españolas de sangre y mucho de las españolas y españoles por carta de naturaleza y residencia fueron bautizados de pequeños y algunos ya de mayores, la mayoría de los criminales españoles son católicos. Claro que también son católicos nuestros mejores intelectuales, científicos, políticos, etc.
Pero en este post quiero hablar de dos noticias de actualidad, donde el catolicismo de sus personajes agranda la monstruosidad de su crimen.
Me refiero, como no, al político del Partido Popular y miembro de la católica Comunidad Neocatecumenal Javier Rodríguez de Santos y al médico y trabajador del Hospital Universitario de Navarra, dependiente del Opus Dei, José Diego Yllanes.
El exconcejal del PP ha sido condenado por los tribunales a 2 años por malversación de fondos públicos, por usar tarjetas de crédito del Ayuntamiento de Palma de Mallorca en diferentes puticlub y mantener sexo con hombres. Pero sin duda, su crimen más repugnante ha sido el abuso sexual a dos menores amigos de sus propios hijos a los que conoció en las ceremonias de la Comunidad Neocatecumenal a la que solía asistir. Según el juez, queda probado que Javier Rodrigo de Santos cometió un delito de abusos sexuales, con acceso carnal por la vía anal con un menos de 14 años, así como practicar una felación al adolescente de 16 años.
José Diego Yllanes, hijo de un conocido médico, se ha reconocido asesino de la joven Nagore Laffage Casasola. Este crimen es especialmente repugnante por lo que se transparenta. Se trata sin duda de un crimen machista (violencia de género) y clasista. Un chico médico, de buena familia, con novia y muy religioso, que se cree con el derecho de mantener sexo no consentido con una simple enfermera (“Le gustaban las de enfermería" ha testificado una amiga durante el juicio). Ante la negativa de Nagore, y posiblemente sorprendido que una trabajadora se negara a mantener relaciones con él, atractivo hijo de un prestigioso profesional y psiquiatra en ciertes, la asesinó, intentó descuartizarla y después la intentó ocultar.
Estas historias me producen dos reacciones: repugnancia, sí, pero también sorpresa. ¿Qué educación han recibido dos personas educadas “como dios manda”, de familias muy religiosas, que se suponen que aprendieron a diferenciar al mal del bien, socialmente adaptadas, pueden cometer crímenes tan espantosos?.
Tengo la convicción de que la educación religiosa recibida, la represión de los sentimientos y las emociones de la que la educación católica hace gala, su machismo genético, la soberbia moral de la que hacían gala las familias, y factores de similar característica, les llevaba a considerar a los demás objetos de sus propias necesidades.
Por eso, José Diego Yllanes y Javier Rodrigo de Santos consideraban que tenían derecho a “usar” a los menores y a Nagore (que seguramente no era la primera). ¿Dónde quedaba su caridad cristiana? ¿Y los preceptos de no fornicar ni cometer actos impuros? ¿Se confesaban? ¿Existen sacerdotes que conocían tan espantosos crímenes gracias al sacramento de la confesión?
Y las dos cosas que más me indignan: que si en vez católicos hubieran sido agnóstico o ateos ya tendríamos a los católicos de pro señalando que la raíz de estos crímenes estaban en su falta de fe; y que ambos utilicen su adicción a las drogas legales e ilegales para justificar sus crímenes. Porque soy de los que creen que el consumo de alcohol y otras drogas no deben ser un atenuante sino un agravante.

jueves, 11 de junio de 2009

Debate sobre qué es violencia de género


Publicado en la sección Lectores de PÚBLICO del 22 de abril de 2009.

Por Pablo Morterero / Sevilla. El debate en el seno del movimiento GLBT (gays, lesbianas, bisexuales y transexuales) sobre la necesidad de que la Ley Integral sobre Violencia de Género incluyera a las parejas compuestas por dos personas del mismo sexo viene de antiguo.

En su momento, mi posición en las asociaciones en las que participaba era contraria, en línea con lo expresado en este periódico por Miguel Lorente Acosta, delegado del Gobierno para la Violencia de Género, ya que la violencia que persigue dicha ley es la basada en la desigualdad y, en cambio, se supone que las relaciones construidas entre dos personas del mismo sexo parten de la igualdad. Pero hoy no lo aseguraría.

Parece cada vez más claro que el género es un constructo social como se afirma desde la Teoría Queer. La forma de cómo asumen gays y lesbianas su homosexualidad es lo bastante desconocida como para impedir afirmaciones tajantes. Parece posible que personas homosexuales asuman uno y otro rol de género. Es decir, hombres homosexuales que se construyan como homosexuales con roles femeninos y masculinos y mujeres homosexuales que se construyan con roles femeninos y masculinos.De ser así, no sería extraño que algunas parejas de personas del mismo sexo adopten en su convivencia actitudes de género similares a las de una pareja de personas de distinto sexo, objeto de la Ley Integral.

La negativa a discutir esta posibilidad me sorprende. Posiblemente se perciba como un ataque a un proyecto legislativo necesario, pero también puede deberse a prejuicios de los movimientos GLBT. Lo importante, en mi opinión, es proteger a la parte más débil de una relación emocionalmente construida en la desigualdad de género, la ejerza quien la ejerza y la sufra quien la sufra.