Mostrando entradas con la etiqueta Sindicalismo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Sindicalismo. Mostrar todas las entradas

domingo, 28 de febrero de 2016

La deriva evaperonista de Ada Colau



En 2014 publiqué en este blog un post titulado Ada, tras hacer pública la Colau (así, en plan diva) una carta en la que explicaba su decisión de dimitir de la responsabilidad de portavoz estatal de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y defendiendo que, a pesar de lo que rumoreaba, no iba a fichar por ningún partido.

En aquel post dejé escrito lo siguiente, que Aunque respete su decisión, yo personalmente creo que sería bueno para la democracia que Ada Colau se replanteara dicha negativa y que si le apetece, aceptase alguna de las propuestas que al parecer ya le han hecho llegar.

Traigo esto a colación porque quiero dejar claro que, entonces y ahora, tengo una gran consideración hacia Ada Colau, por mucho que no la votaría. Pero este respeto intelectual y moral no me impide mostrar mi sorpresa por la forma que ha abordado la gestión del conflicto laboral del metro de Barcelona.

Pero tal vez no debería sorprenderme. Suele ocurrir que los líderes que han salido desde abajo, y que han conseguido del obrerismo una parte importante del apoyo que les ha catapultado hacia arriba, son incapaces de evitar traducir una huelga como una agresión hacia ellos.

Las declaraciones de Colau me recordó una escena de la película Eva Perón de Juan Carlos Desanzo con una magistral Esther Goris en el papel de María Eva Duarte. Me refiero a la recreación de un encuentro, en un taller ferroviario, de la jovencísima esposa del presidente argentino con un grupo de trabajadores en huelga, luchando por la mejorar del bajo salario de la época (del minuto 13:56 al minuto 18:22).

La escena es fascinante. Una mujer menuda se enfrenta a un mundo absolutamente masculinizado (que rezuma testosterona, vamos), fuertemente sindicalizado, con presencia no sólo de trabajadores peronistas sino también de socialistas.

Desafiante, Eva reprende a los trabajadores por hacerle una huelga bajo la presidencia de Juan Domingo Perón:

Esta huelga, compañeros, que están ustedes haciendo al gobierno peronista, es una huelga contra el movimiento obrero. Una huelga contra ustedes mismos. Escuchen bien, compañeros, el que le hace una huelga al peronismo es un carnero de la oligarquía. Y entiéndanme bien, muchachos. Entiéndanme bien, por favor. No sé si quiero decir un carnero de la oligarquía, busco otras palabras, pero no me salen. Hacer una huelga a Perón es trabajar para la anti patria.

Un obrero le pregunta:

Compañera, un peón ferroviario gana 340 pesos. Nada más que 340 pesos. ¿Eso es justo, compañera?

La respuesta tiene muchos puntos de semejanza a la que ha ofrecido Ada Colau ante la huelga del metro barcelonés:

No, eso no es justo. Y hay muchas cosas que todavía no son justas. Los sueldos se van a llevar a 500 pesos, eso se lo juro yo, pero también les juro que lo vamos a hacer solo si abandonan esta huelga, muchachos.
       

Otro ferroviario, ante la pregunta de Eva sobre que habría sido de ellos si hubiese ganado en 1945 la Unión Democrática, le dice:

Eso es cierto, compañera, pero en el 45 no ganó la oligarquía, ganamos nosotros. Entonces de ellos no esperamos nada, pero de usted del general Perón, lo esperamos todo, compañera.


La respuesta de Eva Perón es lapidaria:

También Perón y yo esperamos cosas de los peronistas. Ante todo, que no nos hagan huelgas. Que no den mal ejemplo a los otros compañeros. No queremos huelgas en la Argentina de Perón.

Claro que la respuesta de Ada Colau también se asemeja mucho a la que han dado todos los presidentes de gobierno socialistas de España, González, Rodríguez Zapatero, cuando Sindicatos como UGT le han montado huelgas generales: ¿Cómo pueden los míos hacerme una huelga a mí?

Para rematar el dramatismo de la escena y perfilar la imagen implacable de Evita, el personaje termina su mitin con una amenaza nada velada:

Por última vez, compañeros. Levanten esta huelga. Después no digan que no les avisé. Porque si hay que dar leña, vamos a dar leña, compañeros. Caiga quien caiga, cueste lo que cueste.

Hoy es complicado que ese vamos a dar leña se traduzca en el envío del ejército a reprimir la huelga, como ocurría en Barcelona durante la dictadura de Primo de Rivera. Ahora las técnicas son más depuradas.  Y en el caso del ayuntamiento presidido por Ada Colau la estrategia ha consistido en intentar desprestigiar a los huelguistas, difundiendo unos supuestos salarios que los sindicatos de la empresa han negado, y quien ha reventado la huelga, elevando los servicios mínimos al 65% por la activación del protocolo de contaminación atmosférica por parte del accionista de la empresa.

Más allá de las razones objetivas de los huelguistas del metro de Barcelona y de la alcaldesa de la ciudad, lo que no puede permitirse un gestor público de izquierda como Colau es utilizar los mismos argumentos torticeros que utiliza la derecha mediática, política y económica para desacreditar las huelgas obreras.

Porque, a veces, tirar de curriculum no basta para llevar razón. Sobre todo porque, a veces, simplemente no la tenemos.

domingo, 3 de febrero de 2013

LIPASAM: No es cuestión de dinero, es cuestión de dignidad


Posiblemente el señor Zoido no entienda cuando le hable de dignidad. Y puede que tampoco lo entienda esa mayoría sociológica de la derecha sevillana, que reduce la dignidad a no abortar, pero que calla vergonzosamente ante la compra-venta de niños del franquismo. Pero si alguien sí sabe de dignidad, son los y las trabajadoras que como en LIPASAM se ponen en huelga.
        
Ya se ha publicado que el pasado viernes, en menos de una semana, empleados de la empresa pública de limpieza ya habrían perdido 500 euros de salario. Para cuando termine este enfrentamiento, los trabajadores habrán perdido no menos de la doceava parte de su salario anual y la empresa se habrá ahorrado decenas de millones de euros.

En términos económicos, una huelga así siempre la pierden los trabajadores y la gana la empresa. Pero si lo valoramos en dignidad política, siempre la ganan los huelguistas y la pierden los patronos, en este caso el alcalde Juan Ignacio Zoido.

Porque a Zoido ni siquiera le consuela lo originalidad de su postura de firmeza, que yo calificaría de temeraria. Antes que él, políticos neoliberales (sin caretas) ya ensayaron y vencieron, como la primera ministra del Reino Unido, señora Teacher. Los argumentos son igualmente “copiados” del manual neoliberal: utilizar arbitrariamente datos salariales y buscar el victimismo.

SOBRE LO GANAN LOS HUELGUISTAS: Una de las estrategias comunicativas es intentar convencer a la ciudadanía que los trabajadores en huelga son privilegiados. Y lo intentan esos mismos que cobraban sobres con cargo a fondos supuestamente proveniente de actividades ilícitas. Cualquier ciudadano debe saber que lo que cuesta salarialmente un trabajador a una empresa no es lo que cobra en nómina un trabajador. Generalmente, los costos salariales de la empresa respecto al salario del trabajador es de un 30%. Es decir, si una empresa dice que un trabajador cuesta 30.000 euros, significa que el salario bruto del trabajador es de 20.000 euros. Si a este salario se le descuenta la parte proporcional de Seguridad Social y Formación, más las retenciones de IRPF, y se divide por 14 pagas, significa que un peón de LIPASAM cobra realmente no más 1.200 euros al mes por un trabajo nocturno, a la intemperie y trabajando con mierda. ¿Ese es el salario de privilegio de los trabajadores de LIPASAM.

Otro de los mecanismos es sumar toda la masa salarial y dividirla por el número de trabajadores, para hallar un supuesto “salario medio”. O mi preferida, la de sumar el coste salarial de cada categoría profesional, desde el gerente, que cobra más de 100.000 euros, hasta el escalafón más bajo, y dividirlo entre el número de categorías. Todas estas fórmulas dan como resultado cifras tan escandalosas como falsas. Pero la verdad nunca ha sido patrimonio del patrón.

DIFERENCIAS ENTRE HUELGAS. Muchos voceros pretenden obviar que un día de huelga le cuesta un pastón al trabajador, y si lo multiplicamos por semanas, el costo de una huelga para el trabajador es brutal. Pero hay huelgas y huelgas. Las convocadas por los sindicatos corporativista suele ser más egoístas, ya que pretende mejorar exclusivamente las condiciones laborales de su categoría o sector, sin importarle el resto de trabajadores. Su gran poder de negociación consigue habitualmente ganar a costa del resto de trabajadores.

En cambio, una huelga de los sindicatos de clase, como en LIPASAM, luchan por el interés de todos los trabajadores de empresa. Y son estos sindicatos de clase los que luchan también por los derechos de aquellos trabajadores de empresas sin representación sindical e incluso sin trabajo, como cuando se convoca una huelga general.

Aunque mañana Zoido retirara su programa brutal de ajuste que anuncia una privatización, los grandes pagadores de la huelga habrán sido los trabajadores de LIPASAM. Pero consigan su objetivo o no, habrán ganado en dignidad.

Dignidad que Zoido sólo conoce de haberla leído en algún libro. Y puede que ni eso.

sábado, 18 de febrero de 2012

El totalitarismo de la "chusma" friedmana o neoliberal

DIARIO DE SEVILLA ha publicado hoy un artículo de Rafael Salgueiro, profesor titular de la Universidad de Sevilla, que pretende ser un alegato en defensa de la contrarreforma laboral puesta en marcha por el PP pero que nos pueden ayudar a comprender el verdadero peligro que acecha tras las frías letras de molde del BOE que nos traslada la reforma legal de Rajoy. Salgueiro es una de esas mentes grises que asesoran a Javier Arenas, presidente del PP de Andalucía, en su eterna marcha hacia el Palacio de San Telmo. Y por lo que escribe en el artículo (que puedes leer completo cliqueando aquí) también es un apóstol de la Escuela de Chicago, como esos que Milton Friedman se dedicó a sembrar por el mundo, comenzando los que desde la Universidad Católica de Chile ayudaron ideológicamente a la dictadura de Pinochet.

De su artículo "Reformas 'aggressives' a la inglesa", destaco especialmente el siguiente párrafo: "Las medidas difíciles son justamente las contrarias, cuando los perjudicados son nítidos y su perjuicio es real mientras que los beneficiarios son difusos y su beneficio es sólo potencial. Esta circunstancia fue muy bien examinada por Milton y Rose Friedman en su libro La tiranía del statu quo, en el que postulan la existencia de un "Triángulo de Acero" formado por las burocracias estatales asentadas en el sistema, los políticos capaces de casi todo a cambio de los votos y los beneficiarios directos de ciertas "políticas sociales", incluyendo en este vértice tanto a los sindicatos y lobbies empresariales como a las personas favorecidas por un exceso de protección. Verán como tendremos ocasión de contrastar esta tesis a lo largo de los próximos meses."

La diferencia entre un Estado del primer mundo de un Estado fallido, como Somalia, es, precisamente, su burocracia estatal, que articula y sustenta todos los derechos y libertades de los y las ciudadanas y sus instituciones. Por ello, el alegato friedmano en contra de la burocracia estatal, que se opone a cambios que atentan contra el propio Estado, lo que esconde es un alegato totalitarista. Friedman, y la chusma que lo sigue, tiene por lo tanto como objetivo la eliminación del Estado tal y como lo conocemos en Occidente, que se ha ido construyendo desde comienzos de la Edad Moderna, y en España desde los Reyes Católicos. Para los neoliberales de la Escuela de Chicago, el enemigo ya no es el comunismo, ni el marxismo ni AlQaeda, sino el andamiaje estatal que da sentido al Estado moderno.

Otro de los objetivos a destruir para Friedman, tal y como recoge Salgueiro en su artículo, son "los políticos capaces de casi todo a cambio de los votos". Es decir, el Estado democrático. En una democracia, el político es elegido a cambio de gobernar para sus votantes, anteponiendo los intereses de su electorado a los suyos propios. Para Friedman, como para Salguerio por lo que se ve, y podemos deducir que también para su pupilo Javier Arenas, el político debe anteponer los prejuicios ideológicos del Estado friedmano a los intereses de sus electores, imponiendolos incluso violentamente cuando se opongan frontalmente a ello. Para el Estado friedmano no sólo la burocracia estatal debe desaparecer, para que no sea un obstáculo para el cumplimiento de su programa ideológico, sino que además los políticos no deben responder a sus electores sino a los intereses de un programa ideológico que no han votado. Por eso Chile fue un magnífico ensayo para Friedman, al eliminar la variable democrática que obstaculizaba su proyecto ideológico. Y Grecia, Italia y Portugal su continuación.

Por último, Salgueiro recuerda que Friedman incluía en este vértice "a los sindicatos y lobbies empresariales". Es decir, lo que en nuestra Constitución de 1978 se define como Estado Social. Por lo tanto, los friedmanos como Salgueiro y por extensión Javier Arenas, consideran que la destrucción de las organizaciones empresariales y sindicales son la vía necesaria para conseguir imponer su proyecto ideológico. La inclusión de los Agentes Económicos y Sociales en la urdimbre constitucional, que pretendía superar los antagonismos de clases que tanta tragedia había traído a España, era precisamente la clave de la Transición española, la clave del arco que sustentaba el Pacto Constitucional de 1978. Y por lo tanto, su ruptura supone la ruptura del Pacto Constitucional que no sólo aseguran el derecho a huelga, la negociación colectiva y la libertad sindical, sino también la herencia, el derecho a la propiedad privada y a la libertad de empresa: todo iba en el mismo paquete.

Resumiendo: ante la imposibilidad de imponer un programa ideológico contrario a los intereses sociales y económicos del Estado, sus ciudadanos y sus representantes políticos y sociales, lo que defienden Friedman es destruir ese triángulo de acero, es decir, los mecanismos que precisamente se ha dotado el Estado Democrático, Social y de Derecho para su defensa. Por ello, la receta ideológica friedmana es, en puridad, un golpe de Estado totalitario. Y por eso mismo, al romper el pacto uno de sus firmantes (lo que antiguamente se llamaba la burguesía, el capital, y ahora los mercados y su ejecutores políticos, el Partido Popular), deben aceptar que el resto de firmantes también lo den por finiquitado.

Con la estrategia diseñada por Friedman en los años cincuenta desde la Universidad de Chicago, ¿alguien en su sano juicio piensa que los prejuicios contra políticos, empresarios, sindicalistas y funcionarios es casual? En absoluto, es una estrategia perfectamente diseñada y ejecutada, para lo cual cuentan con inestimables colaboradores entre esa izquierda apolítica que cree descubrir América al repetir los argumentos de los que se sirven la chusma friedmana para destruir el Estado que le estorba. Vía email y facebook, naturalmente.

martes, 7 de julio de 2009

Apuntes sobre la Transexualidad

En 2007, la secretaría de igualdad de la UGT de Andalucía me pidió un informe resumido sobre la transexualidad, documento que confeccioné con el nombre de APUNTES SOBRE LA TRANSEXUALIDAD. Localizado de nuevo en mi archivo, y visto que aún conserva su vigencia, he decidido incluirlo en el blog. Espero que resulte de tu interés.

La disforia de género o transexualidad es un trastorno de la identidad de género sobre cuyo origen no hay consenso en la comunidad científica. Las personas denominadas transexuales se identifican con el sexo contrario al sexo biológico. Es decir, la transexual femenina es la persona que habiendo nacido con sexo biológico masculino se identifica plenamente como mujer, y el transexual masculino es la persona que habiendo nacido con sexo biológico femenino se siente identificado plenamente como hombre.

Históricamente en occidente, la disforia de género se ha identificado con situaciones extremas de homosexualidad, cuando la realidad es que esta afecta a la orientación sexual (hacia que sexo te sientes atraido/a) y la transexualidad afecta a la identidad de género (con que sexo te sientes identificada/o).

Tras los estudios del médico norteamericano Harry Benjamín
, se concluyó que la única respuesta clínica para mitigar el sufrimiento de los pacientes que mostraban una disforia de género es favorecer que la persona viva de acuerdo con su identidad de género. En su libro El Fenómeno Transexual editado en 1966, relata los fracasos de todas las técnicas terapéuticas psiquiátricas tradicionales y las posibilidades que ofrecía para mejorar la calidad de vidas de las personas transexuales favoreciendo su vida con el sexo identificado, pero también de las dificultades sociales en los Estados Unidos de América de aquellos años, porque en algunos Estados vestir con ropas que no correspondiese con el sexo biológico podía castigarse con pena de cárcel.

El debate sobre el número de personas que puedan calificarse de transexuales viene de antiguo y en estos momentos no hay consenso sobre ello. Desde un primer porcentaje que calculaba una persona por cada 100.000 (que significaría que en Andalucía sumarían un total de 80 personas), hasta una proporción de 1 de cada 15.000 para el caso de las mujeres transexuales (que han nacido con sexo biológico masculino), y 1 de cada 25.000 para el caso de los hombres transexuales (que han nacido con sexo biológico femenino), lo que supondría alrededor de 500 personas. A nivel nacional, la Fundación para la Identidad de Género
baraja la cifra de 3.000 transexuales.

Pero estos datos hay que tomarlos con cierta precaución, porque existen factores que pueden distorsionar estos números. En Andalucía, por ejemplo, la inclusión en el catálogo de prestaciones de las operaciones de reasignación de sexo por parte del Servicio Andaluz de Salud (mediante la creación de la Unidad de Trastorno de Identidad de Género en el Hospital Carlos Haya de Málaga) ha llevado a muchas personas transexuales de otras Comunidades Autónomas a fijar su residencia en la nuestra para beneficiarse de una prestación que lamentablemente no está incluida en el Catálogo General de Prestaciones del Servicio Nacional de Salud.

Por otro, los hechos parecen demostrar que un mayor conocimiento de la realidad transexual tanto por parte de las familias como por los sistemas de sanidad, permitirán en los próximos años un mejor diagnóstico y por ello un aumento de los casos declarados.

Las personas transexuales se enfrentan con graves dificultades para su desarrollo, lo que les produce un gran sufrimiento que es lo que en la actualidad se intenta solventar. Como afirmábamos anteriormente, adecuar la vida cotidiana de la persona transexual al sexo sentido es la única propuesta terapéutica para evitarlo. Vestir con ropas correspondientes al sexo identificado, usar un nombre de dicho género y la reasignación quirúrgica son los elementos más utilizados.

Los problemas que se encuentran las personas transexuales son múltiples y en la mayoría de los casos causantes de otros cuadros clínicos como la depresión, etc. Cuando una persona, generalmente en la pubertad y/lo la adolescencia, comienza a tener un conflicto con identidad de género, la ausencia de información y de referentes, les llevará por un lado a una búsqueda absurda para comprender que es lo que le pasa y por otro a ser calificado en la mayoría de las veces como homosexual, lo que dificulta aún más la comprensión de su realidad por la persona transexual y su entorno.

Cuando finalmente comprende que es lo que le pasa, comenzar a vivir la vida cotidiana su identidad de género (cambio de nombre, ropas del “otro sexo”, etc…) supone un enfrentamiento brutal no ya con la familia, que también, sino con la sociedad en general: ¿Cómo pedir en el instituto, en la facultad o en el trabajo que se le llame por otro nombre distinto del que fue registrada en su día?. Esta situación ha generado que la mayoría de las personas transexuales que han manifestado a edades tempranas su conflicto no hayan finalizado sus estudios básicos y muy pocas, hayan cursado estudios medios o superiores. En el caso de que sea demandante de empleo, la situación pasa directamente por el rechazo sistemático a ser contratada.

Hasta la última reforma de producida en España, la juridisprudencia española, una de las más avanzadas del mundo, permitía el cambio de nombre en el registro siempre que se hubiera completado la reasignación quirúrgica. Contra lo que se puede pensar atendiendo a las noticias publicadas, no es la panacea para las personas transexuales. Primero porque es una operación a las que no todas las personas transexuales pueden o quieren acogerse; segundo, porque requiere un tratamiento hormonal de por vida, que afecta de forma importante a la salud de los mismos.

Además, los protocolos de reasignación recomiendan un periodo de 12 a 18 meses de lo que se denomina “Test de la Vida Real”, que consiste vivir social y personalmente durante dicho periodo con el género con el que se identifica. Este test, fundamental e inevitable, supone una complicación más para la reasignación.

En la actualidad, la ley aprobada recientemente, permite el cambio de nombre del DNI con el diagnóstico de la disforia y sin necesidad de haber completado el proceso de reasignación.

Como hemos afirmado anteriormente, la Junta de Andalucía fue la primera administración en incluir en su catálogo de prestaciones la reasignación de sexo, tras un Informe emitido por el Defensor del Pueblo Andaluz y una resolución por unanimidad del Parlamento de Andalucía. Hasta ese momento, dichas operaciones se solían realizar en el extranjero, con pocas garantías sanitarias, y sin un seguimiento exhaustivo de los protocolos anteriormente citados. En la actualidad, varias administraciones autonómicas han manifestado su intención de incluir dicha prestación en sus sistemas públicos de salud.

Una de las “salidas” más utilizadas por las personas transexuales es buscar nombres “neutros” (como Trinidad para las mujeres transexuales) que pasen sin dificultad las limitaciones del cambio de nombre. Esta solución solo evita a las personas transexuales que han cambiado su aspecto físico y vestimenta usar un nombre demasiado chocante con el sexo biológico consignado en el Documento Nacional de Identidad.

Tradicionalmente, las mujeres transexuales se han visto abocadas por el rechazo familiar y socio-laboral, a dedicarse a la prostitución y/o el espectáculo. Por su parte, los hombres transexuales han sufrido una menor persecución ya que la propia discriminación de la mujer les ha impedido ser visualizadas socialmente pero han quedado relegados a desarrollar trabajos asignados a mujeres con baja cualificación. Afortunadamente hoy en día la situación del hombre y de la mujer transexual está cambiando.

Desde el ámbito sindical, la acción a favor de las personas transexuales puede ser importante, ya que una de las mayores dificultades de estas personas es la imposibilidad del acceso al empleo. Pero siendo conscientes también que la propia trayectoria vital de la mayoría de estas personas las convierten en personas de difícil empleabilidad.