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viernes, 2 de octubre de 2015

Bien morir



Ayer, durante una entrevista radiofónica, el candidato socialista a La Moncloa abrió un melón con el que nos vamos a divertir bastante. Preguntado sobre la posición del PSOE entorno a la eutanasia, Pedro Sänchez afirmó que si alcanza la presidencia del gobierno de la Nación promoverá su debate con vistas a su aprobación.

Pero por mucho que nos divirtamos, el guión ya está escrito. En cuanto se plantee formalmente el tema, las organizaciones religiosas tronarán (aunque sobre todo nos lleguen las diatribas de la Iglesia Católica), el PP se posicionará en la ultraderecha más reaccionaria de Europa y aprovechará cualquier oportunidad para comparar con terroristas a los que estén de acuerdo con regularla, pero finalmente habrá mayoría en el Congreso, se aprobará y cumpliendo con lo que habrán dicho en la tribuna de la Carrera de San Jerónimo, al menos 50 diputados a Cortes del PP, con su presidente a la cabeza, presentarán un recurso de Constitucionalidad.

Luego la sociedad española, con esa normalidad que no deja de ser paradójica, ejercerá los derechos que le permita la ley. Y cuando el alto tribunal vaya a pronunciarse (¿siete, diez años después?) la eutanasia será un hecho completamente normalizado. Por eso la sentencia del Tribunal Constitucional ya se puede prever: declarará la ley conforme a la Constitución, y todos y todas nos dedicaremos a otra cosa. Y cerrará el guión cuando algún máximo dirigente del PP que firmó el recurso de anticonstitucionalidad acceda para sí o algún familiar cercano a la eutanasia.

Es triste, muy triste, que cualquier avance social en España haya contado con la encarnizada oposición de la derecha social, religiosa y política de España. Es triste, muy triste, que tras el ridículo que hicieron con leyes como las del divorcio o el matrimonio igualitario, el PP no comprenda que la sociedad española se liberó hace décadas de la tiranía de la jerarquía católica mediante el pago, eso sí, de cánones anuales más que generosos. Pero sobre todo es triste, muy triste, que miles, decenas de miles de personas sigan sufriendo sin necesidad cuando la razón y los sentimientos nos dictan que lo correcto es acortar la agonía.
         
Si debo elegir a un cristo, me quedo con el misericordioso, no con el vengativo. Espero no tener nunca que decidir sobre la vida o muerte de un familiar cercado, mis padres, mi marido, mis hermanos, mis sobrinos. Lo que sí tengo claro es que llegado el momento final quiero morir con dignidad, rodeado de los mismos, confiado en que nadie se empeñará en hacerme sufrir hasta el último de mis segundos.

lunes, 6 de abril de 2015

Marchena, o el paradigma de no entender el turismo



Este año los “capillitas”, esa fauna no necesariamente católica, no necesariamente española, no necesariamente de derechas, han estado de en hora buena. La Semana Santa que finalizó ayer domingo lo hizo con un sol espléndido y unas temperaturas, más que primaverales, veraniegas de junio. Cielos despejados, naranjos en flor, y noches frescas que ponían un telón magnífico al rito de muerte y resurrección que no deja de tener su atractivo.

Pero las procesiones de Semana Santa van mucho más allá de las grandes ciudades de Andalucía. Con pequeñas o grandes diferencias, los más de 800 municipios de nuestra Comunidad viven la pasión, muerte y resurrección de Cristo, con su punto de impiedad, con su punto de paganismo, con su punto de herejía. De ahí que la Junta de Andalucía declarara en 2006 a todas estas procesiones Fiestas de Interés Turístico.

Por eso, estos días de Semana Santa se convierten en una oportunidad magnífica para acercarse a algunos de esos pueblos de campilla o sierra, de costa o montaña, que habitualmente los capitalinos solo observamos desde la lejanía de las rondas de circunvalación de nuestras autovías.

Marchena es uno de esos pueblos, lo bastante alejado de las grandes arterias como la A92 o la A4, pero con un pasado esplendoroso para que hoy sea una localidad ideal para el turismo, una distancia perfecta, ni demasiado cerca ni demasiado lejos, del conurbano sevillano que aloja a más de un millón de habitantes, y un patrimonio rico que sin estar magníficamente conservado (mal de todo el patrimonio medieval andaluz) tiene elementos más que sobresalientes como antigua corte ducal de los Ponce de León y una edad contemporánea lo suficiente desigual para haber dejado hermosas casas de la burguesía agraria del siglo XIX y principios del XX.

Fueron estas razones, junto a mi pasión por el marchenero Lorenzo Coullaut Valera, escultor de los monumentos de Becquer de Sevilla y Cervantes de Madrid, y el extremeño Francisco de Zurbarán, los que me movieron a proponer a mis sobrinos visitar esta localidad el pasado Jueves Santos. Porque Coullaut Valera tiene su museo en la localidad que lo vio nacer, y la Iglesia de San Juan conserva una espléndida colección de nueve Zurbaranes que no se han movido de allí desde que llegaron en 1637.

Pero imagina cual fue nuestra sorpresa, desagradable por lo demás, cuando al llegar nos encontramos con una localidad cerrada a cal y canto por ser festivo. El museo de Coullaut Valera cerraba el Jueves y Viernes Santo y el Domingo de Resurrección. Es decir, los días más señalados para el turismo nacional. Y en cuanto al Museo de Zurbarán, para visitarlo hay que concertar aunque, eso sí, es de carácter gratuito.

Ante la imposibilidad de visitar ambos espacios museísticos, decidimos recorrer la localidad con la esperanza de ver algunas de sus iglesias en uno de los momentos álgidos del catolicismo popular, cuando las iglesias se llenan de fieles o simple admiradores de la retórica barroca de los cuerpos dolientes y las escenas de la Pasión de los pasos de misterio y de palio. Porque Marchena tiene buenos ejemplos de iglesias gótico-mudéjar y barrocas, desde la parroquiales de San Juan y Santa María, hasta las conventuales de San Andrés y Santa Clara. Pero el pasado Jueves Santo sólo tuvimos la oportunidad de visitar la capilla de la Veracruz y los dos pasos preparados para hacer penitencia aquella noche.

Claro que pasear por Marchena es siempre un placer, por sus calles de cuidadas casonas, algún que otro palacio y restos de su muralla medieval y de su alcázar, muchos de estos edificios perfectamente identificados por unas más que correctas señalizaciones bilingües castellano-inglés. Y eso hicimos, antes de almorzar en un mesón de la calle de las Torres.

Marchena representa el paradigma de la falta de entendimiento de qué es el turismo y para qué sirve. Porque no se trata de que un número indeterminado de forasteros se den una vuelta por las calles de una localidad y que lo único que dejen tras su paso sea la contaminación de los gases de combustión de sus vehículos.

El cuidado de sus calles, las señalizaciones, la existencia de tres museos y una oficina de turismo en Marchena son señales de que las autoridades municipales, provinciales y autonómicas aceptan la importancia del turismo para la creación de riqueza en los pequeños y medianos municipios andaluces, la mayoría con un gran patrimonio histórico y monumental.

Pero los museos, iglesias y centros de información cerrados en días festivos nacionales y autonómicos muestran que no han entendido que el turismo debe ser la excusa para posibilitar que el visitante gaste lo máximo posible con la mayor satisfacción posible. Todo monumento que por su valor histórico, artístico o etnográfico sea susceptible de ser mostrado al público debe estarlo los días en los que los y las forasteras pueden visitarlos, con pagos de entrada bien obligatorios, bien voluntarios como ocurre en el British Museum. Si no hay recursos para personal asalariado, seguro que pueden existir fórmulas novedosas de gestión con la participación de voluntarios culturales y/o parroquiales.
         
Y la información hasta llegar a los mismos debe planificarse no para el vecino sino para las y los forasteros que llegan a la localidad sin haber puesto nunca el pie en la misma.

En Marchena no hay señales adecuadas para llegar hasta el centro de la villa según se viene desde la A-92 por la A-364, situación que imagino similar si se llega por la misma desde Écija, o por la A-380 desde Carmona. Si se consigue llegar hasta el Arco de la Rosa o Puerta de Sevilla, deberían existir paneles informativos junto a los aparcamientos existentes que orienten al turista, o incluso mejor, una oficina de información turística en ese mismo lugar, porque para llegar a la actual, en la torre de la calle Manuel Rojas Marcos, hay que ir preguntando.

En esa oficina de información, que debería estar necesariamente abierta sobre todo los sábados, domingos y festivos nacionales y autonómicos, debería ofrecerse información suficiente de la oferta monumental y gastronómica, la cual además debería estar organizada de forma que el turista fuese tentado a permanecer el mayor tiempo posible en la localidad, ya que a mayor tiempo, mayores posibilidades de consumo y de gasto.
           
Nosotros al menos nos quedamos a almorzar y además de disfrutar de un precioso y soleado día de primavera en una hermosa villa, pudimos hacer algún gasto que repercutiera en la riqueza del municipio. Pero la verdad, nos lo pusieron difícil.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Gallardón, la Iglesia y el Matrimonio



A veces la vida tiene un no se qué de justicia poética muy divertida para los que teniendo ojos quieran ver, y teniendo oídos, quieran oír.

El catolicismo patrio se ha quedado con las vergüenzas al aire, por mucho que con su silencio intente tragar una medida del más derechista de los ministros de Rajoy que degrada el matrimonio a su condición natural de pacto privado entre pares.

Sabiamente, el primer ministro británico Míster Cameron afirmó “Yo no apoyo el matrimonio homosexual a pesar de ser conservador. Lo apoyo porque soy conservador". Porque ampliar el matrimonio a las personas del mismo sexo no sólo no debilita la institución matrimonial, sino que la refuerza al convertirse incluso para las parejas gay y lésbicas en la vía natural para su socialización, evitando que se avance hacia la privatización de las relaciones de pareja.

Y curiosamente, el partido que recurrió el matrimonio igualitario al Tribunal Constitucional, tras su aprobación por el socialista Rodríguez Zapatero, ha adoptado una decisión que sí ahonda en la vía de convertir el matrimonio en una cuestión completamente privada: su formulación ante notario, como cualquier otro pacto entre particulares que no requiere la supervisión del Estado.

Pero aún más sorprendente es el silencio de los siempre verborreicamente incontinentes conservadores obispos españoles, que en expresión castiza podríamos decir que “callan como putas”.

Lo más relevante de la decisión de Gallardón no es, por lo tanto, su deriva privatizadora, sino la destrucción de la institución matrimonial como la hemos conocido hasta ahora, reducida a un contrato comercial entre partes, como tomar un seguro, o vender una vaca.

Al final va a resultar que en España el último conservador fue Rodríguez Zapatero.

viernes, 20 de abril de 2012

Los 40.000 asesinatos del PP

A pesar de lo que pueda afirmarse, casi nadie piensa realmente que el aborto sea un asesinato, ni siquiera la Iglesia Católica. Si lo creyese realmente, el bautismo no se dejaría para después del parto, sino que se produciría en el momento más próximo al de la concepción. Esto es, al momento en el que la unión de un espermatozoide y un óvulo da paso a un embrión. De lo contrario, la Iglesia Católica sería cómplice de que millones de almas pre-católicas pululen inconsolables por el espacio ignoto del limbo.

Como yo tampoco lo creo, como no creo que el aborto sea un asesinato, nada puedo y nada debo reprochar al gobierno Rajoy ni a la amplísima mayoría absoluta de diputadas y diputados del PP, que con su inacción siguen permitiendo que desde que se formó el actual gobierno de la Nación, en España se hayan practicado alrededor de 40.000 abortos.

Pero si yo creyese que el aborto es un asesinato, me espantaría tener la certeza moral que la sangre de 40.000 seres inocentes manchan las manos del gobierno de la Nación por no eliminar el aborto en España por Real Decreto-Ley; si realmente creyera que el aborto significa sacrificar a un ser humano, no podría consolarme de haber votado a parte de los 186 diputadas y diputados (muchos de ellos católicos de comunión semanal) que con su preocupación en cosas banales (el medicamentazo, la contra-reforma laboral, etc.) toleran que el gobierno que sostienen siga permitiendo que cada día, cada hora, cada minuto, un ser humano inocente caiga bajo la cruel y asesina espátula de un médico (o médica) desalmado.

Pero me quedo tranquilo: como realmente nadie lo cree, ni siquiera las decenas de miles de católicos que se manifestaron a favor de la vida en Madrid durante los gobiernos de ZP, que el aborto sea un asesinato, nadie podrá acusar al PP de asesinos.

¿O sí?

miércoles, 17 de agosto de 2011

La superioridad moral cristiana

Andan los del “teparty” patrios (Ansar, entre otros) y extranjeros vanagloriándose de la supuesta superioridad moral del judeocristianismo respecto al resto de las religiones del mundo, especialmente la islámica. Naturalmente hablan de esa deformada imagen que en occidente tenemos de lo musulmán, de moros con turbantes que ocultan bombas como la viñeta que representaba a Mahoma de tal guisa.
Considerándome agnóstico (en el dogma, aunque católico en el rito que para eso fui bautizado) y no creyendo que ninguna religión es la verdadera, no puedo dejar de reconocer que la gran mayoría de los fieles de cualquiera de las religiones que existen en el mundo son buenas personas que pretenden vivir de acuerdo con unas normas que en sí misma no son negativas para una vida en sociedad.
Por ello me parece tan execrable que desde los fundamentalismos religiosos aticen los prejuicios y la violencia, en principio verbal que cualquier descerebrado termina traduciendo en violencia física. Me parece mal el integrismo islámico, pero peor me parece el integrismo cristiano y aún católico, posiblemente por un prejuicio de superioridad mal asumido. Y abominable cualquier forma de terrorismo, naturalmente.
Ejemplos los tenemos a cientos: personas aparentemente normales que sometidos a un bombardeo ideológico-religioso descerebrado dan el paso de las palabras a su lógica consecuencia: el acto terrorista. Recientemente en Suecia, y hoy en España con José Alvano Pérez Bautista, mexicano de 24 años y natural de Puebla, que residía en el exclusivo barrio de Salamanca, en Madrid. La policía lo ha detenido por presunta intención de realizar un acto terrorista durante la manifestación laica en Madrid.
Por las declaraciones que el diario mexicano “La Jornada” atribuye a Pérez Bautista, nos encontramos con el paradigma de integrista católico, amamantado por las arengas sacerdotales desde los púlpitos y las televisiones digitales y que ha hecho suyo el discurso más ortodoxo del catolicismo. De esta forma, según “La Jornada” había dejado escrito en foros sociales perlas como "Ésta es mi lucha. Matar maricones", que identifica a cualquier homosexual como "una aberración antihumana", "errores de dios" y "asquerosas abominaciones".
Pero no se trata de un chaval marginal, o de una secta destructiva marginal. No, se trata de un ejemplo de chico de buena familia que se encuentra en España estudiando en el Instituto de Química Orgánica General del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), residiendo en unos de los barrios más exclusivos de la capital del Reino, y que trabajaba como voluntario de las Jornadas Mundiales de la Juventud desde hace meses.
Para más inri, pretendía utilizar su estatus social para sus actos terroristas: "Soy trabajador de una importante industria farmacéutica en Madrid y puedo hacerme de suficientes sustancias peligrosas para boicotear las protestas antipapa" afirmaba y haciendo proselitismo entre sus iguales escribía: "El que se me quiera unir contacteme. Atentamente yo! Posdata que se vallan a chingar a su madre todos los putos maricones de mierda, asquerosas abominaciones, desechos de vida, errores de dios".
No se trata de un hecho aislado, un tarado más o menos incontrolable de los que se encuentran en la mayoría de las familias. No. Una gran mayoría de los jóvenes católicos que acuden a Madrid estos días seguro que suscribirían sin dudarlo estas afirmaciones. Posiblemente la mayoría se limitaría a esto, pero también es posible que más de uno, de dos y de tres estarían dispuestos pasar de la palabra a los hechos, y como el joven mexicano utilizar los medios a su alcance para terminar con “los putos maricones de mierda”.
Pero algún "iluminado" me dirá: pero si nada de eso dice el catolicismo, es más Jesucristo dice que si te dan una bofetada pongas la otra mejilla. Claro, pero del mismo modo, el Coran no dice en ninguna parte que deban volar las Torres Gemelas, ni poner bombas en el metro de Londes ni en las cercanías de Madrid. Pero si preguntas a cristianos y musulmantes, una gran parte de ellos dirán que sí viene. De igual manera, para un integrista católico amamantado por el discurso neo, matar maricones entra dentro de lo esperado por Dios y por Jesus.
Por mucho que lo pienso no veo la superioridad moral del catolicismo de este supuesto terrorista de los musulmanes que pusieron las bombas el 11-M: tarado por tarado, absurdo por absurdo, terrorismo por terrorismo.
El integrismo católico de Rouco Varela y “Ansar” suministran los argumentos para que tarados como Pérez encuentren la justificación moral de pasar a los hechos y gasear al personal. Y ahora que caigo, ¿no era de esto de lo que se acusaba a Gara?

sábado, 2 de julio de 2011

Catolicismo y Esperanza

Como propuesta a la libertad de mis lectores, y desde el más exquisito respeto hacia todas las personas, se introduce en este post, a la luz de la Inteligencia, una primera aproximación al tema del Catolicismo. Es capital recordar, actuando en consecuencia, que los hombres y mujeres que experimentan la fe hacia el catolicismo deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta.
La Razón nos enseña que es necesario distinguir entre las personas que sienten inclinación hacia el catolicismo, la inclinación católica propiamente dicha y los actos católicos. Por otra parte, la fe religiosa de una persona puede cambiar en el transcurso de la vida; es posible la esperanza. Así pues, si alguna persona desea un cambio o evolución, o quiere formarse sobre este tema, desde el respeto a todos, informamos próximamente de textos y recursos. En lo referido a los menores de edad conviene recordar que los padres, por su parte, cuando advierten en sus hijos, en edad infantil o en la adolescencia, alguna manifestación de dicha fe o de tales comportamientos, deben buscar la ayuda de personas expertas y calificadas para proporcionarle todo el apoyo posible.

Un post bastante estúpido, ¿verdad? Aunque no mucho más que la imbecilidad publicada por la web del Obispado de Alcalá sobre homosexualidad.

domingo, 2 de enero de 2011

Demetrio, o el mérito de la estulticia católica

Demetrio Fernández, obispo de Córdoba y uno de los “niños” mimados del radicalismo católico español, ya nos prometía momentos de hilarante diversión cuando propuso, no hace mucho, eliminar el término de “mezquita” del mobiliario urbano y en los carteles de información y promoción turística del complejo catedralicio de su ciudad, con el argumento de que "llamarla simplemente Mezquita siembra por lo menos confusión, en algunos casos intencionada, y se presta a no saber de quién es y para qué sirve hoy".
A pesar del rubor de propios y las carcajadas de extraños, el bueno de Demetrio no proponía más que una actualización de la costumbre católica de eliminar el pasado que no interesa renombrando y eliminando. Porque al fin y al cabo, lo que proponía el obispo cordobés se asemejaba mucho a lo que Stalin hizo durante décadas: eliminar de las fotos todos aquellos personajes que ya no gustaban al dictador.
Y siguiendo al dicho (quien tiene un vicio, si no se mea en la puerta se mea en el quicio) Demetrio nos ha regalado, con ocasión de las fiestas de navidad, una nueva ocasión de reírnos a mandíbula batiente con otras de sus perlas pastorales. Tan surrealista me pareció al leer la noticia en facebook que comprobé que no fuera la típica broma del 28 de diciembre, día de los santos inocentes. Pero no, la web que recogía la homilía pronunciada en la catedral de Córdoba el día 26 de diciembre de 2011, infocatolica.com, era de “fiar”. Luego, periódicos con EL MUNDO han recogido la noticia, lo que asegura que no se trata de una broma.
En un extenso parlamento, el obispo cordobés hace un cántico de argumentos peregrinos insostenibles a la luz de los evangelios reconocidos por la propia Iglesia Católica. Pero estando acostumbrado a estos desatinos, un párrafo del mismo sí que sorprende, escandaliza pero termina provocando la risa. Se trata del que dice: “El “ministro” de la familia en el gobierno del Papa, el cardenal Antonelli, me comentaba hace pocos días en Zaragoza que la Unesco tiene programado para los próximos 20 años hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual. Para eso, a través de distintos programas, irá implantando la ideología de género, que ya está presente en nuestras escuelas.
¡Ay!, ¡ay!, ¡que me da un ataque de risa! Si el bueno de Demetrio se ha inventado tan terrible bulo, demostraría que se trata de un perfecto imbécil. Pero si ha sido el cardenal Antonelli, lo que demuestra es que el imbécil es el jefe vaticano que lo ha nombrado. Si la ciencia ha demostrado la inutilidad (además del enorme sufrimiento) de técnicas psiquiátricas y quirúrgicas para convertir en heterosexuales a los homosexuales, ¿con unas “charlitas” van a conseguir lo contrario? Llevado a sus último estadios, el argumento de Demetrio nos llevaría al absurdo de aceptar que el estado “natural” de los seres humanos es la homosexualidad (ya que cualquier heterosexual se convertiría con unas cuantas charlitas) y la “contra natura” la heterosexualidad (ya que es imposible convertir en heterosexual al homosexual aunque se le lobotomice).
Si fuera factible convertir en homosexual a la mitad de la población mundial (¡2.500 millones de seres humanos!), a la Iglesia Católica debería serle mucho más fácil heterosexualizar a sus muchos sacerdotes gays, como, por ejemplo, al teólogo alemán ultraconservador, exprofesor de la Academia Pontifica de Santo Tomás de Aquino, que reciente declaró a EL PAIS que “Me fascinaba el mundo masculino de las antiguas liturgias tridentinas. Fueron para mí la droga de iniciación. Luego entre los teólogos conservadores siempre encontré tantos homosexuales que pensé que las dos cosas podían coexistir", explica.
Pero más allá de la “boutade” del supuesto programa de la UNESCO, que cualquier persona con su capacidad intelectual intacta sería incapaz de inventar o repetir, Demetrio sigue la estela de los radicales católicos españoles de confundir intencionadamente identidad de género con orientación sexual, de manipular intencionadamente igualdad de género llamándola ideología de género.
En su homilía (texto digno de ser editado por la colección "Al Monigote de Papel") Demetrio afirma “según la ideología de género, uno no nacería varón o mujer, sino que lo elige según su capricho, y podrá cambiar de sexo cuando quiera según su antojo. He aquí el último “logro” de una cultura que quiere romper totalmente con Dios, con Dios creador, que ha fijado en nuestra naturaleza la distinción del varón y de la mujer.
Puesto que la Iglesia Católica ha inventado la “ideología de género” corresponde a ella llenarla de contenido. Pero lo que afirman corrientes intelectuales como la Teoría Queer es que la identidad de género es en gran medida un constructo social, que la forma en la que nos socializamos como hombres y mujeres depende de la sociedad en la que creemos, que nada tiene que ver que luego te sientas atraído o atraída por una persona de sexo biológico distinto o igual al tuyo.
Pero lo más penoso es que “Educación para la ciudadanía”, bestia parda para “intelectuales” de la talla de Demetrio o Antonelli ni siquiera se acerca a corrientes como la Teoría Queer y se limita a llevar a cabo la igualdad social que jurídicamente consagra la Constitución Española de 1978.
Aunque hay que reconocer que, en el fondo, nuestro texto constitucional es el enemigo a batir por los radicales católicos.
PD: Para los cansinos que me vendrán con que el islám para allá y el islám para acá, les adelanto que en mi opinión las tres religiones monoteistas comparten ADN, y la crítica hacia el catolicismo se puede extrapolar al Islám y al Judaismo.

martes, 12 de octubre de 2010

La Reforma silenciosa

Hasta hace unas décadas, a la Iglesia Católica gustaba de escenificar sus grandes giros teológicos en los Concilios que reunían a toda la “intelectualidad” católica en grandes asambleas. Así fue el de Trento y el Vaticano II.
Pero con el paso de Juan Pablo II, un oscuro actor polaco, y especialmente la llegada del germano Benedicto XIII, la Iglesia Católica se sumó al mundo policéntrico, sin cabeza, que llegó sin avisar con internet.
No, no ha habido un Vaticano III o un Trento II para que la contrarreforma del catolicismo haya galvanizado toda la jerarquía católica, expulsando a los más revolucionarios, silenciando a los más reformistas, y promocionando a los más reaccionarios, de tal forma que la Iglesia Católica de hoy poco tiene que ver con la que conocíamos hace veinte años.
En las últimas semanas, varios han sido los hechos que nos demuestran que la jerarquía católica ha perdido el pudor y ha pasado al ataque, señalando las líneas ideológicas de esta contrarreforma: tienen un discurso total (¿totalitario?) y la voluntad de imponerlo. De nuevo, ya no se conforman con servir al pobre y mostrar un referente moral, sino que buscan la imposición de sus principios a toda costa.
Por eso, hoy es imposible la escena del arzobispo de Sevilla reunido con asociaciones de gays y lesbianas, como ocurrió en los noventa con fray Carlos Amigos. En cambio, Juan José Asenjo, actual mitrado hispalense, ha cargado contra la celebración del IX Congreso de la Federación Internacional de Profesionales del Aborto, lo que ha arrastrado a que el Consejo de Hermandades de Sevilla a que organicen “acciones de alcance que dentro de la más absoluta legalidad, puedan apoyar nuestras muy maltratadas convicciones".
Pero éste no es un hecho aislado. En la Comunidad Valenciana, donde más poder está recuperando la Iglesia Católica junto con Madrid por la convivencia del PP con la jerarquía más reaccionaria, recientemente el ayuntamiento de su capital, encabezado por la alcaldesa Rita Barberá, ha comunicado la decisión de prohibir a la Coordinadora de Asociaciones de Lucha contra el Sida de la Comunitat Valenciana (Calcsicova) que utilice la Plaza de la Virgen para celebrar los actos organizados con motivo del Día Mundial del Sida el próximo 1 de diciembre, bajo el argumento que el acto puede resultar «burlesco debido a la connotación religiosa» del emplazamiento, junto a la Catedral y la Basílica de la Virgen de los Desamparados. ¡Toma argumento! Ahora resulta que se impide un acto plenamente acorde con la legalidad por el carácter religioso del lugar.
En éste sentido, la Comunidad Valenciana parece haberse convertido en cabeza de puente de la contrarreforma al Vaticano II. Otro ejemplo lo tenemos en la polémica surgida tras la suspensión de los cursos de información sexual que se imparten en colegios de dicha Comunidad Autónoma por parte del gobierno de Camps, tras las críticas del arzobispado de Valencia antes del verano, al entender que ofrecían una “visión muy reduccionista del ser humano”. Y dado que los contenidos de dichos cursos están respaldados por la Academia Española de Especialistas en Sexología, la Academia Española de Intervención en Sexología, la Fundación Española de Contracepción o la principal sociedad de médicos de familia, Semfyc, nos señala que, de nuevo, para la Iglesia Católica, la ciencia ofrece una visión muy reduccionista del ser humano. Claro que algo menos que reduccionista que la versión del Génesis. Pero ahora no se limita a orientar a sus fieles sino que pretende imponerlo de nuevo en las aulas.
Pero la nueva jerarquía católica andaluza no se queda atrás. Demetrio Fernández, obispo de Córdoba (España), ha pedido la supresión del término mezquita al referirse a la actual catedral católica de la Asunción de Nuestra Señora. El mitrado cordobés defiende su postura argumentando que llamarla mezquita supone "una expropiación a nivel del lenguaje". Resulta curioso este argumento por parte precisamente de los que critican la lucha del feminismo contra el lenguaje machista al que despectivamente llaman “ideología de género”. ¿Está la Iglesia Católica Española iniciando una apología de la “ideología religiosa excluyente”?.
El giro de 180º de la jerarquía católica es comprensible. Responde al miedo de perder un protagonismo social mundial que el Vaticano II, desde su opinión, no sólo no lo evitó sino que lo provocó. Esta visión, que en mi opinión no es nada acertada, ya que el último Concilio católico lo que abrió fue la puerta a que la Iglesia Católica sobreviviera y no desapareciera, les ha llevado a regresar no ya al Concilio Vaticano I sino a Trento, lo que definitivamente les conducirá al desastre final, al canto del cisne de los últimos seguidores de Cristo, hasta convertirse en algo así como los Amish de occidente.
De la Iglesia Católica ya no podemos esperar los católicos escépticos, agnósticos y ateos sólo el ejercicio de su responsabilidad pastoral, sino que ha entrado de lleno en la lucha ideológica y partidista. Y por ello la jerarquía católica y sus fieles deben asumir que la batalla ideológica no se quedará fuera de los muros de sus “casas” sino que llegará a su interior e incluso a los escalones de sus altares.

domingo, 25 de julio de 2010

Cajasur: el secreto guardado… o no?

En Andalucía siempre se ha afirmado que Cajasur era algo más que una caja de ahorros andaluza, ya que la Iglesia Católica y incluso el Estado Vaticano la utilizaban como su banca para gestionar los recursos, realizar inversiones, controlar transferencias, etc.
Por ello, la defensa numantina para escapar del control de una administración socialista se ha interpretado como el esfuerzo para evitar que el “enemigo” se apoderara de secretos sensibles para la economía católica.
Primero fue el enfrentamiento para evitar que se le aplicara la Ley de Cajas andaluza, salvada in extremis por la intermediación de Rodrígo Rato desde el ministerio en Madrid. Luego ha sido la fusión con Unicaja, donde la dirigencia religiosa de Cajasur ha preferido ser encausada por el Banco de España antes de permitir que el largo brazo de la Junta de Andalucía llegara a enterarse de sus “secretos”.
Según algunos, varias han sido las maniobras de la Iglesia Católica Española para asegurarse un cierto control de la Obra Social de la extinta Caja andaluza, pero la opción BBK, según algunos mentideros andaluces, va mucho más allá.
Se rumorea que desde la Iglesia Católica vasca se ha asestado un golpe a Rouco Varela, consiguiéndose un as para parar el golpe de los radicales rouquista que en los últimos años han ido cercando y desmontando la iglesia autónoma vasca. Apoderándose de Cajasur a través de BBK, la Iglesia Católica de Euskadi se apodera de sus secretos. Con lo cual todos los esfuerzos de Rouco Varela y los suyos para huir del enemigo socialista ha terminado en la entrega de todos sus secretos al cordial enemigo amigo. Lo que no deja de provocar cierta hilaridad en Andalucía, ya que la venganza se sirve en frío.

martes, 13 de abril de 2010

Si yo fuera padre…

Si yo fuera padre y tuviera un hijo en un colegio, católico o no, me preocuparía por saber el protocolo de para la detección y tratamiento en casos de abusos de los menores por parte de otros alumnos o adultos (profesores, personal deportivo, etc.)
Si yo fuera padre y tuviera una hija en catequesis, me preocuparía por conocer cuáles son las medidas preventivas para detectar a los posibles pedófilos que puedan rondar por el grupo.
Si yo fuera padre y tuviera un hijo en un grupo scout, laico o católico, o en un club deportivo estaría ojo avizor para evitar que fuera objeto de abusos sexuales por parte de compañeros, monitores o directivos.
Afortunada o lamentablemente no soy padre. Pero me sorprenden los miles, millones de padres que ante la posibilidad de que en la Iglesia Católica se esté amparando, protegiendo y ocultando pedófilos, lejos de preocuparse de sus hijos, ataquen verbalmente de forma agresiva a los que sí se preocupan.
¿Qué tiene la religión que lleva a un padre o a una madre a renunciar a su mayor vocación y obligación, que es la protección de la integridad física y emocional de su hijo, por defender a una organización que a la vista de todos ha demostrado que no ha sido celosa en la denuncia y la persecución de los pederastas que se han escondido en sus filas?
Los argumentos que vengo escuchando en defensa de la jerarquía católica me parecen peregrinos.
Unos dicen que no todos en la iglesia son pederastas, y que solo representan una pequeña parte. ¡Naturalmente! Si se llegara a pensar que la mayoría de los sacerdotes son pedófilos la única solución sería disolver a la Iglesia Católica.
Otros justifican que en otros ámbitos también hay pedófilos, incluso más. ¡Evidentemente! Debe ser así ya que los sacerdotes es una parte muy pequeña de la sociedad. Pero si se pudiera comparar los porcentajes, posiblemente el tanto por ciento de sacerdotes pederastas es mucho más alto que su tasa en la población en general.
Los hay que invierten la acusación exigiendo que se culpabilice también al colectivo de profesores o de monitores deportivos, por ejemplo. ¿Quién ha escuchado a un consejero o ministro de educación dando órdenes de ocultar casos de pedofilia y proponiendo el traslado del pedófilo a otro centro? En cambio hay pruebas documentales e incluso confesiones de miembros de la jerarquía católica en este sentido.
También los hay que se suman a la declaración Tarcisio Bertone quien ha afirmado que sí existe vinculación entre homosexualidad y pedofilia y no entre ésta y celibato. ¿Y los hombres pedófilos occidentales que acuden a los prostíbulos de niñas en oriente son homosexuales?
La Iglesia Católica ha creado un universo que atrae y promueve los comportamientos sexuales más desordenados. Al demonizar el deseo sexual crea creyentes con grandes complejos y sentimientos de culpa que castran el desarrollo sano de la persona. Al promover el celibato y la castidad, aumenta los sentimientos de culpa de sus miembros ante el deseo sexual natural del ser humano, además de servir de refugio a aquellos hombres que pretenden ocultar su falta de interés hacia las mujeres, bien porque sean homosexuales, bien porque sean pedófilos. Al segregarlos espacialmente, separándolos de su localidad de nacimiento y en centros exclusivos de hombres y de mujeres, dificulta el lógico control social que la familia y los vecinos ejercen en la vida de cualquier ciudadano. Al dedicarse a la educación, se ofrece un trampolín perfecto para los pedófilos.
Todo este sistema atrae a los pervertidos sexuales, fomenta el trastorno afectivo-sexual, y favorece la creación de redes pedófilas de apoyo mutuo dentro de la Iglesia Católica que les permiten burlar la denuncia y el castigo. ¿Y cual es la respuesta de la Iglesia Católica?
Hoy sabemos que desde marzo de 1974, existe una "Instrucción" del entonces secretario de Estado, el cardenal Jean Villot, en la que se establecía que "En determinados asuntos de mayor importancia" entre ellos la pedarstía "se requiere un particular secreto, que viene a ser llamado secreto pontificio y que ha de ser guardado con obligación grave... Quedan cubiertos por el secreto pontificio..." estando obligados a dicho secreto "Los cardenales, los obispos, los prelados superiores, los oficiales mayores y menores, los consultores, los expertos y el personal de rango inferior, los legados de la Santa Sede y sus subalternos".
Es decir, hoy sabemos que si nuestros hijos sufrían abusos sexuales por parte del sacerdote que les educaba no solo no se dispararía un protocolo de detección, sino que se activaría un protocolo de ocultación y silencio. ¿Quienes entre los que han tenido hijos en colegios religiosos, clubes, asociaciones parroquiales, etc. pueden estar seguro que no han sufrido abusos los cuales han sido silenciados por una potentísima maquinaria de ocultación por voluntad de la Santa Sede?
Si yo fuera padre, siempre estaría preocupado por la integridad física y emocional de mi hijo, estaría sobre aviso en la guardería, el colegio, el club o sus amiguitos. Y si tuviera relación con la Iglesia Católica mucho más.
Y lo que me sorprende es que a miles, decenas de miles de padres responsables, no les preocupe en absoluto y sigan tan tranquilo dejando en manos de la Iglesia Católica a sus niños y niñas.