domingo, 1 de julio de 2012

Perdón.

En algún post ya he dejado de manifiesto mi opinión sobre la puerilidad enfermiza con la que se utiliza hoy en día la exigencia de pedir, o más bien exigir, perdón. Expresar con educación cualquier opinión puede dar lugar a que algún mameluco lance su anatema que cierra con la expresión “y que pida perdón”.

Esta "corrupción" del perdón no debe significar la banalización del concepto. Solicitar perdón es un acto íntimo y trascendente, que debe ser espontáneo para ser sincero. De igual manera, conceder perdón no quita ni minusvalora el daño causado, sino que puede, sólo puede, ofrece una reparación emocional al que ha sufrido el daño. Porque el agresor y víctima quedan unidos para siempre por el hecho violento, y el perdón no rompe ese vínculo ni exime de responsabilidad de alguna, ni judicial ni divina.

Ayer la prensa publicó que el ex dirigente etarra José Luis Álvarez Santacristina, Txelis, pidió públicamente perdón a las víctimas del terrorismo “de todo corazón y con toda hondura de reflexión autocrítica”. Al menos uno de los asesinos ha pedido perdón de sus crímenes, afirmando que “Dios es testigo que estoy profunda y sinceramente arrepentido de ello” reconociendo que todo el dolor causado no tiene justificación y que es “plenamente consciente de la responsabilidad moral que ello conlleva con las numerosas víctimas que ha generado ETA a lo largo de su historia”.

Es evidente que esa petición solo consolará a algunas víctimas de ETA. Puede incluso que no consuele a ninguna, pero en sí es un hecho importante, ya que para alguna de las centenares de víctimas etarras, alrededor de ochocientas creo recordar, pueda servirle algún día para superar su dolor. Y a pesar de todo, ¡qué suerte la de las víctimas de ETA! Otras víctimas como mi padre y mis tíos morirán pasados los ochenta años de edad, sin que nadie les haya pedido perdón por el asesinato en 1936 de mi abuelo, un buen padre y esposo, recto católico y responsable profesional, por el espantoso delito de ser maestro nacional y afiliado a FETE.

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