viernes, 8 de abril de 2011

Zoido, el copión.

En esto de adjetivar, no sólo hay que tener arte sino también tino. Si no, que se lo pregunten a Santiago Carrillo cuando determinó que el rey Juan Carlos I sería conocido como el “breve”. Pero al menos por lo que llevamos de campaña para las elecciones municipales del 22-M, el candidato del PP a la alcaldía de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, se le podría etiquetar perfectamente como “Zoido, el copión”. Hay que tener en cuenta que la campaña de Juan Ignacio ha sido larga, muy larga. Lleva desde hace cuatro años empeñado en la ardua tarea de la campaña electoral permanente, siendo posiblemente el sevillano que más fotografías se ha realizado junto al mobiliario urbano de la ciudad. Por ello recomiendo vivamente a la Fototeca del Laboratorio de Arte de la Universidad Hispalense que conserve la colección completa de sus apariciones en prensa, ya que se tratará de una herramienta fundamental para los estudiosos del futuro para conocer qué tipos de farolas, aceras, papeleras, incluso zanjas y tapas de alcantarilla se utilizaban a principios del siglo XXI en la ciudad. Tanto esfuerzo ha dejado, sin duda, agotado emocional e intelectualmente al candidato de la derecha, bueno, del centro derecha liberal reformador (creo que habían quedado en eso, ¿no?) Y por lo tanto, cuando su equipo descubrió que a pesar de las encuestas, para ganar además de desear lo peor al contrincante hay que hacer propuestas, le ha pillado desprevenido. No corto, pero sí algo perezoso, Zoido y su equipo se han decantando por “copiar” la gestión política de otros alcaldes como a Ruiz Gallardón y Barberá, por poner dos ejemplos. Lo malo de afirmar que se copiará de tal o cual munícipe es que si no atina bien la frase podríamos pensar que Zoido pretende copiar al alcalde de Madrid su nefasta gestión económica (la administración local con mayor deuda con diferencia, tanto en términos absolutos como per cápita) o a la alcaldesa Rita sus bolsos llamativos (estética y políticamente). Pero la descoordinación de su equipo (mal asunto para un candidato que pretende gestionar una ciudad de setecientos mil habitantes), su falta de ideas (preocupante para los setecientos mil habitantes que podemos estar bajo su batuta) o simplemente su certeza de que las votaciones son un puro trámite que para nada sirve (aterrador para cualquier demócrata) le ha llevado a copiar directamente a su contrincante socialista, punto por punto, el compromiso de Juan Espada, candidato al ayuntamiento de Sevilla por el PSOE, con la Universidad Pablo de Olavide. En cualquier democracia que se precie, y por parte de cualquier candidato, el que lo hayan pillado copiando por lo menos debería haber generado alguna disculpa. Pues Zoido, no. Con la desfachatez propia del mal estudiante ha sacado pecho y a punto ha estado de acusar a Espadas de ser el verdadero copión. Los cuatro años de campaña permanente nos han demostrado que Zoido no es fotogénico. En esta precampaña Zoido también nos ha demostrado que es un copión. Temiendo estoy que llegue la campaña electoral propiamente dicha. Y si gobierna, ni te cuento.

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