viernes, 26 de junio de 2009

Verdades veraces

Una de las mayores aportaciones a la hermenéutica de los programas televisivos del corazón (del que soy esporádico pero irredento tele-espectador) es la expresión “mi verdad”, que sorprendentemente se ha extendido a otros formatos televisivos. Debo estar haciéndome viejo, ya que al escuchar dicha expresión me entra la misma exasperación que sufre mi padre cuando oye en los telediarios gazapos del estilo “espacio exterior” para referirse a una órbita geoestacionaria, o cifras a las que faltan unos cuantos ceros, o les sobran, por poner un par de ejemplos.

Comparto la idea (de esas de andar por casa) de que la verdad es un como un poliedro de infinitas caras. Cada uno, al observar la verdad, verá una o varias facetas de la misma, pero es casi imposible contemplar y asimilar la verdad completa, en su conjunto.

Cuando se afirma “esta es mi verdad” quieren decir “esta es mi versión de los hechos”. Sin duda, la expresión que se ha puesto en boga es más rotunda, aunque completamente absurda. Solo existe una verdad, aunque sea inaprensible.

Mi sugerencia, amable lector o lectora, es que la próxima vez que escuches a alguien decir “esta es mi verdad”, te permitas pensar: “este tío (o tía) es gilipollas”.

1 comentario:

  1. jajaaja. totalmente de acuerdo...ya sabes aquello del cristal con que se mire...
    Saludos
    ;)

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